Por: Rodrigo Arévalo, Analista de Negocios de New Ventures

Desde hace muchísimos años tengo una pregunta que nadie me ha podido responder, y que me he vuelto loco tratando de responderla: ¿¡Qué rayos significa el “…y algo más…” que vemos en tantos negocios en nuestro país!?

Piénsenlo, todos hemos comido en Antojitos María, comprado dulces en la Miscelánea Don Pepe, sacado copias en la Papelería La Educadora, etc… y siempre nos ofrecen “Sopes, Tortas, Tacos, y algo más…”, “Dulces, Refrescos, Botanas, y algo más…” o “Copias, Rótulos, Cuadernos, y algo más…”.

Esos negocios son vitales para sus comunidades, y representan el ingreso diario para cientos de miles de familias en nuestro país, pero la gran mayoría de ellas no forman parte de nuestra economía formal y muchas ni siquiera saben si de verdad están ganando dinero. Lo peor es que estos negocios están desapareciendo porque cada vez hay más empresas (nacionales e internacionales) que han descubierto la forma de hacerles llegar esos bienes a la gente de forma más rápida, eficiente y barata. Y esas empresas no son cerdos capitalistas y crueles que quieren mandar a la quiebra a su competencia, simplemente creo que esos emprendedores que alguna vez comenzaron como Don Pepe, María y La Educadora supieron capitalizar ese “y algo más…” en los toldos de sus locales.

América Latina ha experimentado cambios significativos estas últimas dos décadas a nivel político, económico y social. Tanto el proceso de democratización sin precedente, la internacionalización de sus economías, el nacimiento de las translatinas (multinacionales latinoamericanas), así como el surgimiento de asociaciones sociales y el crecimiento económico al 4.3 por ciento constante de esta nueva década, han transformado la realidad socioeconómica y geopolítica de la región.

En este marco, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) surge como un movimiento activo, que implica a redes de empresas, universidades, asociaciones y grupos sociales y ante una ciudadanía cada vez más sensible y movilizada que exige un compromiso mayor entre la empresa y la sociedad. Y en este sentido, considerando la realidad de la región, ¿se puede hablar de la RSE como instrumento de cohesión social y estabilidad política ante las inestabilidades de la región? ¿O es pedir demasiado de la interacción entre empresa y sociedad? Un consenso que parece predominar entre los expertos de RSE es que modelo europeo y estadounidense no puede ni debe ser exportado a la región, porque no integra las prioridades y necesidades esenciales de la propia idiosincrasia latinoamericana.