La necesidad de conservar la diversidad biológica es, día con día, más aceptada por la sociedad en el mundo entero, y aunque aún dista mucho de otorgársele la importancia que han alcanzado temas como el cambio climático, el compromiso por evitar la pérdida de la biodiversidad es creciente, pero aún insuficiente.
A pesar de dicho reconocimiento, la implementación de los instrumentos de gestión para la conservación enfrenta múltiples obstáculos y la tarea de protección se hace cada vez más difícil poniendo en riesgo a la propia biodiversidad.
Las áreas naturales protegidas (ANP) son el mejor instrumento para conservar la biodiversidad y los servicios ambientales que generan ya que protegen amplios espacios naturales, con baja o nula interferencia humana, en donde se concentra una buena parte de dicha biodiversidad.

