La responsabilidad social corporativa consiste en la integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones económicas, sociales y medioambientales de los diferentes grupos de interés en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores. Así es como definió ya en 2001 la Comisión Europea este nuevo movimiento empresarial.
Se trata de una definición que comienzan a tener bien asumida en sus negocios las grandes empresas españolas, pero aún queda mucho camino por recorrer para que las empresas más pequeñas, es decir, el 99% de las que componen el tejido empresarial, sepan en qué consiste la RSC y sobre todo para que sepan cómo incorporarla a la gestión de sus negocios.
