En las anteriores notas he puesto de relieve algunas contribuciones que, desde la CV, se hacen al análisis de la realidad empresarial y que podrían tomarse en consideración desde una aproximación a la RSE que no viva encerrada sobre sí misma. Pero, para concluir, es necesario reconocer también que, a veces, la principal dificultad para que se dé una recepción de la DS proviene de ella misma.
Y no me refiero solamente al hecho de que a veces la práctica eclesiástica parece incapaz de mirarse al espejo de su propia doctrina. De esto ya hemos hablado y, con ser un serio problema de coherencia y consistencia, no lo explica todo. Las resistencias o la indiferencia ante el discurso de la DS no siempre (ni solamente) son debidos a la cerrazón o a la poca sustancia de sus potenciales oyentes, sino que se encuentran en limitaciones estructurales de la propia DS. Veamos algunas de ellas, particularmente presentes en la CV.



