La crisis financiera internacional ha confirmado que los gobiernos deben ser garantes cuando una economía no funciona, aseguraron especialistas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Ricardo Bisso, asesor internacional de competitividad e integración productiva del PNUD, centró su platica en lo que deben hacer los gobiernos para apoyar a su aparato productivo y le pueda hacer frente a las crisis internas o globales.

Bisso puso énfasis en que la responsabilidad social empresarial “no sólo es tratar bien al medio ambiente y a los trabajadores, sino también llegar a las Pymes de México y tratar de generar desarrollo“.

El Financiero, Economía, p. 11

Cuando la organización ha tomado la decisión seria y comprometida de aplicar el concepto de responsabilidad social, debe llevar a cabo una serie de pasos planificados, y posteriormente gestionar y mejorar el sistema.

Para ello, es preciso establecer un proyecto específico en el que participen todos los niveles de la empresa, comenzando por la alta dirección.

La auditoría de RSE es un instrumento de gestión de carácter correctivo que comprende la evaluación sistemática, documentada y periódica del cumplimiento de la eficacia, del cumplimiento de los objetivos de responsabilidad social, el sistema de gestión y los procesos de RSE.

La auditoría de RSE no es punitiva, debe ser una herramienta proactiva y flexible, cuyo alcance esté determinado por las necesidades y prioridades de cada empresa.

La evaluación del desempeño social y ambiental de la empresa puede ser tan simple como preguntar al responsable de RSC y a las partes interesadas cómo van las cosas o puede estructurarse en un proceso formal.

En función de las características y prioridades de la empresa, la metodología para auditar puede ser más o menos sofisticada.

En caso de aplicar auditorías formales, la organización se debe asegurar de la competencia de sus auditores y la aplicación de una metodología que asegure la objetividad y el éxito de la misma.

Una excelente fuente de información, para lo anterior, es la norma ISO 19011:2002.

El Financiero, “Estrategia Empresarial”, Mercados, p.7

Para las empresas comenzar a desarrollar políticas de RSC es un gran desafío y es muy común tanto en organizaciones grandes como en pymes que se cometan errores usuales debido a la falta de conocimiento sobre el tema, falta de experiencia , personal poco entrenado etc entre otras causas.

Los 10 errores más comunes son:

1. -Confundir conceptos como filantropía con RSC: El concepto actual de filantropía, hace referencia a la ayuda a los demás, sin necesidad de un intercambio o interés de retribución. Por ejemplo: donativos a organizaciones humanitarias, personas, comunidades, o trabajando como voluntario para ayudar a los demás, directamente o a través de organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro. En cambio las políticas de RSC se encuadran dentro de una estrategia que se utiliza como herramienta de gestión cuyo objetivo es generar ganancias teniendo un comportamiento social positivo, solidario y ético con la sociedad y el medio ambiente.

2. Invertir más en publicitar las políticas de RSC que en las propias acciones: Es común que los encargados de las relaciones públicas busquen explotar este tipo de acciones para promocionar una marca o empresa. La publicidad no es mala solo que si se exagera se corre el peligro de gastar más dinero en ello que en las acciones solidarias y las personas tengan una imagen superficial de esto y sea contraproducente, ya que se notara que solo se hace por la imagen.

3. Falta de una adecuada planificación: Esto provoca el fracaso en la implementación de programas de RSC por no tener objetivos ni metas claras, falta de medición de las acciones, ni determinar que tipo de metodología se utilizara.

4. No incorporar a las acciones de RSC como parte de la estrategia integral empresarial: Es común que en muchas empresas se encasille a la RSC a un departamento o área específica, por lo que no se hace participar al resto de la organización. Esto es un error debido a que parte de la idea es juntar a las personas y que colaboren en los programas o acciones para que tengan éxito y un verdadero beneficio para la empresa.

5. Confeccionar un balance social o reporte de sostenibilidad demasiado complejo: Este tipo de herramienta de comunicación sobre RSC debe ser simple, entendible y desarrollado de acuerdo a sus grupos de interés. Para que el mensaje sea comprendido y evaluado por el conjunto de la sociedad

6. Intentar ocultar con RSC la imagen negativa que tiene la empresa en otros aspectos como por ej : área ambiental por problemas de contaminación, o en el área social como tener personas trabajando en forma ilegal, y en el área económica con maniobras de negocios poco transparentes, etc. Por lo que la donación de fondos no ocultara los problemas que genera la empresa a la sociedad solo lograra formarse una imagen de doble moral y de un comportamiento demagogo muy perjudicial para la organización.

7. Firmar el Pacto Global y pensar que con eso alcanza como acciones de RSC: Para muchas empresas la adhesión a esta iniciativa de Naciones Unidas es suficiente pero en realidad es un comienzo, una guía que ayuda a la organización para elaborar las primeras acciones, pero no es suficiente para considerarse una empresa socialmente responsable.

8. Desarrollar políticas de RSC hacia afuera y no hacer políticas en esta área puertas adentro: Muchas empresas se concentran en programas con acciones para la comunidad, descuidando el aspecto interno de la RSC. Lo que provoca un gran malestar en los empleados de la organización debido a que este grupo de interés seguramente necesita también de políticas de RSC y al no actuar sobre sus necesidades genera sensaciones de hipocresía o de solo interés de lograr publicidad positiva y no un verdadero interés en la RSC.

9. Contratar al personal inadecuado para el diseño e implementación de RSC: Gran parte de los anteriores errores que se enumeraron se debe a la contratación, asignación o tercerización del personal que se ocupara de gestionar las políticas de RSC. Es muy importante capacitar y concientizar al personal sobre el verdadero concepto de RSC para disminuir los errores que se cometen por esta razón.

10. Es conocido los beneficios que trae la implementación de la RSC en una empresa, por lo que si se puede reducir el numero de errores se administraran e invertirán mejor los fondos, se disminuirán costos innecesarios y se logrará un beneficio general para la todos los integrantes de empresa y la comunidad en la que se encuentra inmersa.

Fuente: Diario Responsable

Participan Microsoft, el Centro Mexicano para la Filantropía y la TechSoup Global en un programa para apoyar a organizaciones civiles.

Con el fin de apoyar a las organizaciones civiles de México, Microsoft, en coordinación con el Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) y la TechSoup Global, lanzan OSC Digital, un nuevo programa de donación de software.

El portal fue presentado por Vyria Paselk, representante de TechSoup Global, y Rubén Illoldi, director de Ciudadanía Corporativa de Microsoft México.

Illoldi dijo que este lanzamiento digital “está a disposición de todos de tal forma que una organización de la sociedad civil especializada en tecnología puede asesorar a otra en cómo utilizar la tecnología en sus procesos, pero sobre todo cómo sacar el mayor provecho para ser más productivos y rentables en nuestra labor. En Microsoft, estamos convencidos de que la tecnología es el signo de nuestros días, ya que está presente en todo lo que hacemos”.

Por su parte, Vyria Palsek aseguró que cada vez son más las empresas interesadas en este proyecto que está abierto a las organizaciones desde el pasado 5 de noviembre, y que entre las próximas empresas en incorporarse como socio donante está Cisco, corporación especializada en el hardware.

Las organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro podrán solicitar una donación tecnológica mediante el portal OSC Digital.

Para poder participar en el programa de donación, la institución debe cumplir con los requerimientos establecidos por las empresas donantes. A través de este registro por internet se elegirá las organizaciones donatarias, en un plazo de 15 días, y éstas pagarán sólo 4% del costo de los productos tecnológicos solicitados.

En el evento estuvieron presentes Jorge Villalobos, director general de la institución; el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio Álvarez Icaza.

En la clausura del Programa Anual 2008 del CEMEFI estuvo como invitado el senador del Partido Acción Nacional, Gustavo Madero.

Los asistentes coincidieron en que el apoyo a las organizaciones de la sociedad civil es indispensable para el desarrollo y fortalecimiento del país.

Microsoft es el primer socio donante de la OSC Digital, producto de la alianza entre el CEMEFI y el TechSoup Global, programa al que la empresa de software ha apoyado desde 2003 en Norteamérica , y ha expandido a nivel mundial a partir de 2006.
Fuente: El Universal

El pasado mes de octubre, la organización ambientalista Greenpeace visitó ocho predios en diferentes estados para documentar la efectividad de las campañas de Proárbol y encontró que sólo 7.6 por ciento de los árboles plantados están en condiciones adecuadas para sobrevivir un año más.

Al día siguiente la Comisión Nacional Forestal salió en defensa de Proárbol señalando que del total de los árboles sembrados a través de dicho programa en el 2007, el 58 por ciento sobrevivió.

La pregunta es: ¿A quién le creemos como ciudadanos?

Érase una vez un niño tan pequeño como un dedo. Era tan minúsculo, que sus padres temían que no pudiera hacer las mismas cosas que los grandes… Como Pulgarcito, el protagonista de este cuento, muchas veces se piensa que las pequeñas y medianas empresas no serán capaces de adoptar con éxito políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

Pero son los propios prejuicios de las pymes los que muchas veces las detienen, la creencia de que la RSC está reservada a los más grandes. En “La responsabilidad social de las empresas pequeñas y medianas”, el profesor Antonio Argandoña demuestra que las pymes sí pueden ser socialmente responsables y ofrece algunas recomendaciones prácticas para ello.

Características de la pyme
Las pymes están sujetas a importantes restricciones de recursos, tanto financieros como humanos o de tiempo. Muchas veces, carecen también de una idea clara sobre qué responsabilidades deben asumir. Su principal preocupación es mantener el negocio y el nivel de riesgo que están dispuestas a asumir es bajo.

La visión de futuro en estas empresas no es a largo plazo, sino que tienden a centrarse en el día a día. Pero, más que una desventaja a la hora de cumplir responsabilidades sociales, el hecho de no sufrir la presión de los mercados financieros permite a las pymes priorizar otros objetivos compatibles con la RSC.

Con todo, son los valores éticos, sociales y medioambientales del propietario-directivo los que impulsa a una empresa a emprender políticas de RSC. Esto ocurre especialmente en las pymes, donde apenas hay aparatos burocráticos extensos y el estilo de dirección imprime una dimensión ética y social más clara.

Las pequeñas y medianas empresas basan más su dinámica en las relaciones personales que las grandes corporaciones. Sus grupos de interés más importantes suelen ser los empleados y su comunidad local, y es probable que desarrollen con ellos unas relaciones a largo plazo.

¿Para qué les sirve la RSC?
La cuestión que más parece preocupar a las pymes sobre la RSC es si la responsabilidad social es rentable para ellas. El profesor Argandoña asegura que su práctica tiene muchas consecuencias positivas son muchas: reduce los riesgos laborales, medioambientales, de litigios y sanciones de boicot y publicidad negativa; mejora las relaciones con la administración pública; puede dar ventajas en la concesión de contratos públicos y concesiones; mejora la relación con los medios de comunicación; y crea una buena imagen ante los clientes, los proveedores y la sociedad.

Las políticas de RSC también producen efectos positivos en el seno de la empresa: contribuyen a atraer, fidelizar y motivar a los empleados y directivos; crean un clima de confianza y transparencia en las relaciones laborales; permiten instaurar buenas prácticas como, por ejemplo, una cadena de suministro sin problemas laborales o medioambientales; y reducen los accidentes laborales y el absentismo.

Todos estos efectos pueden traducirse en ventas mayores o más estables; quizás en una diferenciación del producto que permita cobrar precios más altos; o en menores costes laborales; en un mayor aprovechamiento de las primeras materias y la energía; en menores costes operativos; o quizás en una productividad más elevada de los empleados y una menor rotación de personal, que puede materializarse en una prima de riesgo más baja y, por tanto, en menores costes financieros… Estos beneficios compensan la mayoría de las veces los posibles costes derivados de las políticas de responsabilidad social.

Identificar oportunidades de mejora
Es bueno empezar haciendo un listado, aunque sea provisional e incompleto, de las acciones sociales que la empresa ya realiza. Frases como “utilizamos bombillas de bajo consumo”, “los horarios laborales se adaptan a las necesidades de las madres y padres con hijos pequeños” o “nuestros vendedores preguntan a nuestros clientes cuáles son sus necesidades antes de intentar venderles un producto” ayudan a entender que no se empieza desde cero.

Junto a las tareas realizadas, hay que escribir las que quedan por hacer. Para escribir esta relación de “agujeros” es conveniente mantener un diálogo con los grupos de interés. Aunque lo ideal sería hacerlo de manera sistemática y organizada -mediante encuestas a los clientes o reuniones periódicas con los empleados, por ejemplo- esta fórmula encarece la actividad.

En todo caso, antes hay que identificar a los grupos de interés, tarea no siempre sencilla. ¿Quién es nuestro cliente?, ¿la empresa contigua en la cadena de suministro o también el cliente final?; ¿Con quién hemos de relacionarnos en la comunidad local?, ¿con el ayuntamiento del pueblo o también con las asociaciones de vecinos y otras organizaciones? El mejor método es entender qué relaciones mantenemos con cada grupo de interés, es decir, cómo nos afecta y cómo le afectamos, y establecer qué necesitan, qué piden, qué tienen derecho a recibir de nosotros -que no siempre coincidirá con lo anterior- y qué deben aportar a la empresa y a los demás grupos de interés.

Priorizar acciones de acuerdo con los medios
Después hay que priorizar la lista de problemas detectados en función de dos criterios: lo más urgente, aquello que hacemos claramente mal y que debemos corregir cuanto antes; y lo más importante, aquello que coincide con la misión y estrategia de la empresa. Si, por ejemplo, nuestra ventaja competitiva es la calidad, nuestras acciones de responsabilidad social deben ocuparse, en primer lugar, de la creación y mantenimiento de esa ventaja. Debe evitarse cuidadosamente el divorcio entre la estrategia de la empresa y las acciones de responsabilidad social.

Existe un tercer criterio que también debe tenerse siempre en cuenta: la capacidad de nuestros recursos, ya sea tiempo, dinero, personas, estructura o entorno.

Los objetivos deben traducirse en planes de acción, señalando a los responsables de llevarlos a cabo; las atribuciones que tendrán para ejecutarlos; los recursos que se utilizarán; las etapas y plazos; y, claro está, los resultados esperados y cómo se medirán; así como los controles que se realizarán y las informaciones a que darán lugar esos procesos.

Por último, y para que el plan sea un éxito, es necesaria la implicación de la alta dirección. No basta con comunicar las nuevas políticas a los grupos de interés implicados, sino que es necesario involucrarles, animarles y motivarles para que asuman su parte en esa responsabilidad. Precisamente en la participación de los grupos de interés y en un buen plan de acción radica el secreto del éxito de una iniciativa de RSC.
Fuente: Insight