En el mundo de las inversiones, el enfoque en criterios medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) ha generado un debate candente. Sin embargo, a medida que la inversión sostenible ha ganado terreno, también lo ha hecho la resistencia en su contra. Por ello, a principios de diciembre de 2023, un grupo de defensores de ESG anunció una campaña de más de $10 millones de USD en respuesta a la creciente oposición. Este fenómeno, denominado movimiento anti-ESG, refleja una reacción organizada y bien financiada por parte de los defensores de inversiones responsables.
Con más de 150 proyectos de ley y resoluciones en contra presentadas en 37 entidades de Estados Unidos este año, según un informe de la firma legal Simpson Thatcher, «Unlocking America’s Future», busca una solución. Puesto que los criterios ESG son esenciales para evaluar riesgos y oportunidades financieras. Pero ¿qué es lo que se plantea? ¡Te contamos!
Contra los defensores de ESG
El fenómeno anti-ESG ha tomado forma como una respuesta política y legislativa, reflejando un año récord de resistencia contra las prácticas de inversión sostenible. Puesto que el movimiento ha adquirido una considerable influencia, ya que se han promulgado 40 leyes en 18 estados desde 2021, estableciendo un entorno político desafiante para los defensores de ESG.
En gran medida, estas iniciativas legislativas han sido respaldadas por grupos conservadores como el American Legislative Council y la Heritage Foundation, quienes han redactado propuestas modelo que han influido en la formulación de leyes estatales. Entre las objeciones expresadas por políticos se encuentra la resistencia a la consideración de criterios medioambientales, sociales o de gobierno en las inversiones públicas, especialmente en los planes de pensiones gubernamentales estatales.
Sin embargo, aunque se ha alegado que las inversiones basadas sostenibles han tenido un rendimiento inferior, los defensores afirman que la evidencia no respalda la afirmación de que los criterios ESG se vinculan con menores retornos a largo plazo.
¿Qué implica el movimiento anti-ESG para el desarrollo sostenible?
El movimiento anti-ESG en Estados Unidos no solo es un enfrentamiento de políticas, sino también una batalla que tiene implicaciones significativas para el desarrollo sostenible a largo plazo. Por ello, los defensores de ESG destacan la importancia de mantener un enfoque equilibrado que considere tanto los resultados financieros como el impacto social y ambiental.
Asimismo, en el centro del debate se encuentra la preocupación de que el movimiento anti-ESG podría desacelerar los avances hacia una economía más sostenible. Puesto que los criterios ESG no solo buscan rendimientos financieros, sino también promover prácticas empresariales que fomenten la equidad, la transparencia y la responsabilidad medioambiental.
Al desestimar estos criterios, los detractores podrían inadvertidamente debilitar los incentivos para que las empresas adopten prácticas más sostenibles. Es por ello que los defensores de ESG subrayan que la inversión responsable no es solo una cuestión de valores éticos, sino también una estrategia a largo plazo para mitigar riesgos y fomentar la estabilidad económica.
¿Se debe seguir impulsando los criterios ESG?
Los defensores de ESG sostienen que, a pesar de la resistencia y la proliferación de leyes anti-ESG, el enfoque en la inversión responsable es esencial para el futuro financiero y sostenible. Asimismo, argumentan que abandonar estos criterios no solo socavaría los avances hacia una economía más ética y sostenible, sino que también aumentaría los riesgos para los inversores a largo plazo.
Por ello, en respuesta a las críticas, los defensores de ESG están intensificando sus esfuerzos para educar y comunicar, mientras que difunden la idea de que los criterios ESG no son simplemente una tendencia pasajera, sino una respuesta estratégica a los desafíos contemporáneos. De esta manera, las empresas y gestores de activos comprometidos con la inversión responsable continúan subrayando que estos criterios no solo sirven para cumplir con objetivos éticos, sino que también son herramientas esenciales para evaluar los riesgos y oportunidades financieras de manera integral.
En el ámbito político, los defensores de ESG buscan forjar alianzas y promover la transparencia en la toma de decisiones. Ante la incertidumbre creada por el movimiento anti-ESG, destacan la necesidad de un diálogo constructivo que permita a ambas partes comprender mejor las implicaciones y beneficios de la inversión responsable. Además, insisten en que estos criterios son esenciales para abordar desafíos globales, desde la crisis climática hasta las cuestiones de equidad social.
Así, queda claro que la cuestión va más allá de los rendimientos financieros inmediatos. Se trata de moldear el futuro de las inversiones y, al mismo tiempo, contribuir a un mundo más equitativo y sostenible. Por lo que adoptar o no estos criterios definirá no solo el curso de la inversión, sino también el tipo de impacto que se desea lograr en la sociedad y en el planeta.
