Según el proyecto de recomendaciones de la UNESCO, haciendo eco de las advertencias de los científicos de que el cambio climático está devastando una de las estructuras más emblemáticas del planeta, la Gran Barrera de Coral —la especie viviente más grande de la Tierra, que es visible incluso desde el espacio exterior—, debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad «en peligro«.
De acuerdo con The Huffington Post, el organismo cultural de las Naciones Unidas compartió recientemente que los impactos continuos de las temperaturas más cálidas a lo largo del arrecife —que han golpeado la estructura y han dejado grandes franjas de corales muertos o moribundos— justifican la dramática medida que pediría al gobierno australiano que lleve a cabo «las acciones más ambiciosas para abordar el cambio climático».
Incluir la Gran Barrera de Coral en la lista de «en peligro» sería un golpe importante para la identidad australiana, aunque estaría en consonancia con las advertencias repetidas por los científicos durante años de que el cambio climático no ha disminuido.
¿Se nos muere la Gran Barrera de Coral?
La UNESCO afirma que la designación tiene por objeto «informar a la comunidad internacional de las condiciones que amenazan las características mismas por las que un bien fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial, y fomentar la adopción de medidas correctivas».
La sugerencia suscitó el desconcierto y la protesta de los políticos australianos, que afirmaron que las recomendaciones sorprendían a la nación. La ministra de Medio Ambiente del país, Sussan Ley, dijo que el Gobierno se «opondría firmemente» a la designación y que la UNESCO no valoró adecuadamente los esfuerzos para salvar el arrecife.
Cuando no se siguen los procedimientos, cuando se da la vuelta al proceso cinco minutos antes de que se publique el proyecto de decisión, cuando las garantías que recibieron mis funcionarios y, de hecho, yo mismo, se han puesto patas arriba.
¿Qué otra conclusión se puede sacar sino que se trata de política?
Ley a la Australian Broadcasting Corp.
Sin embargo, la UNESCO señaló directamente los «insuficientes» avances del Gobierno australiano para cumplir los objetivos establecidos en su plan Arrecife 2050, afirmando que la nación debe trabajar urgentemente para contrarrestar los efectos del cambio climático.
Los investigadores han argumentado que, aunque el plan cita el cambio climático como la principal amenaza para los corales de todo el mundo, el esfuerzo ignora en gran medida este fenómeno en los planes para salvar el arrecife.
La agencia también citó una serie de eventos devastadores de blanqueamiento masivo de coral a lo largo de la Gran Barrera en los últimos años, que han dejado franjas de la estructura muertas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza afirmó que los daños sufridos en los últimos cuatro años eran tan graves que en diciembre rebajó el estado del arrecife a «crítico».
Compromisos más firmes en el plan de Australia
El plan de Australia «requiere compromisos más firmes y claros, en particular para contrarrestar urgentemente los efectos del cambio climático, pero también para acelerar la mejora de la calidad del agua y las medidas de gestión del territorio», dice el proyecto de recomendaciones de la UNESCO. «Los efectos generalizados de los sucesivos eventos de decoloración del coral se suman a las importantes preocupaciones sobre el futuro del bien».
El Comité del Patrimonio Mundial decidirá si acepta la recomendación durante su reunión en China el 16 de julio. Si lo hace, será la primera vez que un sitio natural del Patrimonio Mundial se incluya en la lista de los que están en peligro debido principalmente al cambio climático.
Las autoridades australianas llevan años enfrentándose a la UNESCO en un intento de evitar la designación. En 2015, el Gobierno presionó con éxito en contra de la medida, incluso mientras impulsaba agresivamente los planes de nuevas y gigantescas minas de carbón.
La Gran Barrera de Coral todavía se está recuperando de los sucesivos blanqueamientos masivos de 2016 y 2017, cuando el agua del mar, más caliente de lo habitual, arrasó con los corales, cocinando grandes extensiones. Durante este fenómeno, los corales, antes coloridos, se vuelven blancos como el hueso cuando las algas que los alimentan abandonan sus esqueletos. Si las temperaturas se estabilizan, los corales pueden recuperarse y sanar, pero en casos graves mueren.
Un tercer evento de blanqueo masivo tuvo lugar a lo largo de la Gran Barrera a principios de 2020, y los científicos dijeron en ese momento que era como ver el Museo del Louvre «arder hasta los cimientos».
Un estudio publicado en octubre reveló que la mitad de los corales del arrecife han muerto desde la década de 1990.
