Las diferentes actividades humanas desarrolladas en los ámbitos agropecuario, urbano, turístico e industrial generan subproductos y desechos diariamente que sólo en raras excepciones reciben un tratamiento adecuado. La presencia de estos desechos en el entorno ocasiona invariablemente problemas de contaminación ambiental cuya seriedad depende de la magnitud de la acumulación, los problemas son menores o están bajo control en las sociedades que les conceden la importancia que tienen.
La situación que se vive en el sureste mexicano – parecida a la de otras regiones del mundo – es que, aunque existe una legislación vigente, por diversas razones el impacto de la actividad humana en el ambiente es ignorado total o parcialmente, tanto en la ciudades como en las áreas rurales, hecho que conlleva a múltiples problemas que se magnifican con el incremento poblacional. Algunos de estos problemas son: la generación de aguas residuales y de drenaje, la contaminación de suelos y cuerpos de agua, la emisión de gases tóxicos, la generación de residuos sólidos, etcétera.
Así, los problemas que enfrentan todas las ciudades de México , por citar un caso, debido a la generación de 1-2 kg de basura diaria promedio por habitante no es más que una muestra de la gravedad del asunto. Por lo general, los problemas antes mencionado no se consideran prioritarios y las decisiones para reducirlos más bien parecieran accione dirigida a ocultarlos o a postergarlos, y no a solucionarlos.