Al tiempo que la revista TIME pone por primera vez en la portada a un hombre trans, la iglesia reafirma que rechaza uniones del mismo sexo, mostrándose reacia a la inclusión y perdiendo seguramente adeptos en un mundo en el que los derechos de la comunidad LGBT+ cobran cada vez mayor relevancia.
El Vaticano dijo el lunes que los sacerdotes no pueden bendecir las uniones entre personas del mismo sexo y que esas bendiciones no son válidas. Este es un fallo que decepcionó enormemente a los católicos homosexuales que esperaban que su Iglesia se volviera más acogedora bajo el liderazgo del papa Francisco.
En algunos países como Estados Unidos y Alemania, las parroquias y los ministros han comenzado a bendecir las uniones entre personas del mismo sexo en lugar del matrimonio, y se ha pedido a los obispos que las institucionalicen de facto.
En Noviembre de 2020, el papa Francisco señaló su apoyo a las parejas LGBT+ señalando que tienen el derecho a vivir en familia. No obstante el vaticano ha recordado una y otra vez que la iglesia rechaza las uniones del mismo sexo; y matizó la declaración del pontífice declarando que éste se refería únicamente a las uniones civiles.
De acuerdo con información de Reuters, los conservadores de la Iglesia de 1,300 millones de miembros han expresado su alarma por estas prácticas, especialmente en Alemania, donde al menos dos obispos, entre ellos el cardenal Reinhard Marx de Munich, uno de los principales asesores del Papa, han mostrado su apoyo a algún tipo de bendición «pastoral».
La respuesta del Vaticano
En respuesta a las preguntas formales de varias diócesis sobre si la práctica estaba permitida, la oficina doctrinal del Vaticano, la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), emitió la sentencia: «Negativo».
El Papa Francisco aprobó la respuesta, dijo la CDF, añadiendo que «no pretendía ser una forma de discriminación injusta, sino un recordatorio de la verdad del rito litúrgico» del sacramento del matrimonio y la bendición asociada a él.
Francis DeBernardo, director ejecutivo del grupo de católicos homosexuales New Ways Ministry, dijo que «no es sorprendente, pero sí decepcionante, que el Vaticano haya respondido ‘no'».
Por su parte, Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva de DignityUSA, que también apoya a los gays en la Iglesia, dijo que la negativa «exacerbará el dolor y la ira de los católicos LGBTQI y de nuestras familias» y perjudicará a «las parejas que viven relaciones profundamente amorosas y comprometidas».
Postura del Papa Francisco
Desde que era arzobispo en su Argentina natal, el Papa Francisco ha apoyado el derecho de las parejas homosexuales a tener protecciones legales civiles, pero siempre se ha opuesto al matrimonio gay.
También se ha reunido con parejas homosexuales y en 2013 hizo el ahora famoso comentario «¿Quién soy yo para juzgar?» sobre los homosexuales que intentan vivir según las reglas de la Iglesia.
La Iglesia enseña que ser gay no es intrínsecamente pecaminoso, pero prohíbe la actividad sexual entre personas del mismo sexo.
El jefe de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Baetzing, dijo que la Iglesia había reflexionado «sobre la situación de vida de las personas hoy en día» en lo que llamó «relaciones exitosas» y que la decisión del Vaticano formaría parte de futuras discusiones. «No hay respuestas fáciles a estas preguntas», dijo en un comunicado.
Bendiciones individuales: Iglesia rechaza uniones del mismo sexo
Una nota explicativa separada de la CDF decía que, aunque la bendición de las parejas del mismo sexo no era lícita, la decisión «no resta en absoluto la consideración humana y cristiana en la que la Iglesia tiene a cada persona».
También decía que la Iglesia podía conceder bendiciones «a personas individuales con inclinaciones homosexuales que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los planes revelados de Dios, tal como propone la enseñanza de la Iglesia».
Una encuesta de Pew Research realizada el año pasado mostró que la mayoría de los católicos de Estados Unidos y Europa Occidental aprobaban el matrimonio homosexual, mientras que la mayoría de los países de Europa del Este y del antiguo bloque soviético se oponían a él.
Las iglesias de África y Asia también se oponen firmemente al matrimonio homosexual. Los conservadores han advertido que los debates sobre la homosexualidad han generado divisiones debilitantes en otras iglesias cristianas, como la comunión anglicana.
El año pasado, el Vaticano tuvo que actuar para aclarar los comentarios atribuidos al Papa Francisco sobre las leyes de uniones civiles en un documental, diciendo que se habían sacado de contexto y que no señalaban un cambio en la doctrina de la Iglesia sobre los homosexuales o el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Los comentarios atribuidos al Papa en el documental alarmaron a los conservadores y aplaudieron la aclaración del Vaticano. Los periodistas descubrieron más tarde que dos citas separadas en respuesta a preguntas separadas fueron empalmadas para que aparecieran como una sola, eliminando el contexto y las preguntas intermedias.
La Iglesia Católica no podrá aprobar «matrimonios» de parejas del mismo sexo porque su actuar se basa en las fuentes de la Revelación, que son reflejo de la ley natural, plasmando la naturaleza del ser humano desde su origen. La iglesia respeta a cada persona, pero por naturaleza sólo hay dos sexos. No puede ir contra la biología y la ciencia, aunque haya tendencias afectivas hacía el mismo sexo, no se puede cambiar lo natural. Pero eso no implica cerrazón, sino actuar conforme a lo natural, a lo evidente.