La cerveza Heineken en Puerto Rico quería crear una acción medioambiental que conectara la marca con sus clientes. La respuesta más efectiva, como todo lo estratégico en la RSE, combinó varios aspectos en una sola ejecución.
La acción consisitió en generar una bolsa con materiales reciclados. Sí, cualquiera lo hubiera hecho… pero no cualquiera hubiera utilizado las lonas de sus propios anuncios espectaculares que había desechado en campañas pasadas.
En este contexto, Heineken apoyó la iniciativa medioambiental respecto de que la gente deje de usar bolsas de plástico a favor del empleo de una reutilizable. Recicló los materiales utilizados en campañas publicitarias anteriores, mismos que tradicionalmente son desechos y muchos de ellos no pueden volverse a utilizar. Le dieron trabajo a una PyME en Puerto Rico para que fabricara las bolsas, a fin de apoyar a las pequeñas empresas locales; y, finalmente, le invirtieron publicidad al proyecto como si esta nueva bolsa fuera un accesorio de moda, introduciéndola en desfiles de moda y boutiques; de hecho, éstas sólo se podían adquirir en estos comercios y a través de internet. El resultado fue un éxito total, propiciando que la primera generación de bolsas se agotara por completo.
Nuevamente, una conjunción de sustentabilidad, apoyo a cadena de valor y rentabilidad, producen un programa redituable para la sociedad, el medio ambiente y la empresa. Estas ejecuciones son las que la RSE necesita ejecutar con mayor frecuencia para asegurar su permanencia en las organizaciones.
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