Las presiones competitivas han cambiado radicalmente el sector de la distribución minorista. En un periodo de tiempo relativamente corto ha pasado de la fragmentación a una alta concentración debido a la absorción de los pequeños por parte de los grandes.
La creciente presión sobre los precios está reduciendo los márgenes de las empresas y la fidelidad de los consumidores.
Los distribuidores minoristas han de buscar constantemente nuevas maneras de atraer a consumidores y aumentar sus compras en los establecimientos.
Muchos analistas han señalado la importancia de la confianza en un sector de servicios como la distribución minorista. Procurar la satisfacción del cliente y ganar su confianza permiten al distribuidor beneficiarse en el futuro de un vínculo relacional con el cliente, dados los efectos de las intenciones y comportamientos.
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