Si he sido capaz de iluminar una sola infancia triste, estoy satisfecha; decía la escritora sueca Astrid Lindgren. Esta frase refleja de manera profunda una misión que hoy necesitamos compartir en el mundo.
Millones de niñas y niños en el mundo sueñan todos los días con posibilidades. En ese espacio que ocupa su imaginación ya hay profesionales en medicina y leyes. Hay quienes se dedican a las artes y quienes guían el futuro de otros. Para algunos la vida está llena de posibilidades, pero para otros muchos esas oportunidades jamás se materializan.
El 30 de abril, día en que celebramos a las niñas y los niños, es un buen momento para mirar los avances realizados a nivel global en la defensa de sus derechos, pero sobre todo, para reflexionar acerca de los millones de infantes que aún viven en situación de vulnerabilidad.
De acuerdo con Save The Children, en México 27.6% de las niñas, niños y adolescentes no tienen acceso a una alimentación adecuada y más de 2.5 millones se ven obligados a trabajar.
Durante la pandemia de COVID-19, los problemas de acceso a la salud y educación se vieron intensificados. El confinamiento, la falta de acceso a la tecnología y los problemas económicos significaron un obstáculo importante para que gran parte de la niñez mexicana se dedicara a soñar.
Y así dañamos el futuro de México. Nos perdemos del talento de millones de futuros profesionales de la salud, la enseñanza o la tecnología. Quizá del siguiente adulto con la capacidad de hacer grandes transformaciones.
¿Cómo reimaginar el futuro e impulsar a la niñez?
Impulsar el desarrollo de la infancia y garantizar su derecho a una vida plena es tarea de todos.
Comprometida con esa misión, desde hace varios años Fundación Pablo Landsmanas ha activado numerosos esfuerzos para, de la mano con distintas organizaciones, proveer salud y nutrición a la niñez vulnerable.
Sabemos que el futuro de México está en manos de la niñez y para nosotros es muy importante promover su sano desarrollo. Es atendiendo las necesidades de las nuevas generaciones como realmente contribuimos a garantizar un mejor mañana.
Patricia Flores, presidenta de FPL
A través de Casa Hogar Florecer, por ejemplo, la fundación dona alimentos para satisfacer las necesidades alimentarias de 25 niños: desayunos, comidas y cenas los 365 días del año.
Al mismo tiempo, Fundación Pablo Landsmanas también apoya a Casa de las Mercedes, una organización que trabaja en favor de niñas y adolescentes víctimas de explotación sexual y en situación de calle; a quienes provee de alimentos y abarrotes de manera mensual.
Además, la fundación colabora con Centro Suma para proveer de cirugías a niñas y niños de escasos recursos, que nacen con Labio y Paladar Hendido y no pueden acceder a los sevicios de salud que necesitan.
Por cada mil bebés que nacen en México, entre 1.1 y 1.3 lo hacen con Labio y Paladar Hendido. Al tener la cirugía que necesitan, no solo se les devuelve la sonrisa, sino también la oportunidad de hablar y alimentarse de manera optima y tener una mejor calidad de vida.
Fundación Pablo Landsmanas provee además despensas mensuales para familias cuyos integrantes más pequeños tienen expedientes quirúrgicos; con lo que les permite dedicar mayor atención a las necesidades de salud que enfrentan.
Para nosotros es muy importante trabajar en conjunto con otras organizaciones que nos ayuden a hacer llegar la ayuda efectivamente a quienes más la necesitan y hemos encontrado aliados muy valiosos en el camino. – Patricia Flores, presidenta de FPL.
Estos esfuerzos se suman a los apoyos que la fundación brinda a organizaciones que atienden a adolescentes y adultos mayores en situación de vulnerabilidad; y que en conjunto forman un compromiso sólido con el desarrollo y bienestar de la población mexicana.
Atendiendo a la niñez, la fundación se asegura de impulsar el crecimiento de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, y el más importante para su desarrollo en el futuro.
