La libertad de expresión es defendida en casi todo el mundo y en todos los sectores, sin embargo, en ocasiones dentro del mundo laboral existe la pregunta: ¿hay límite en esta? Dicho debate se abre cuando la presidenta de Levi’s renuncia a su puesto.
De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones”. La realidad es que en muchas ocasiones existe el cuestionamiento sobre los límites de la libertad de expresión, especialmente en el trabajo, cuando deliberadamente se omiten temas de política o religiosos.
A continuación, te presentamos los detalles sobre cómo la presidenta de Levi’s renuncia, el contexto de su decisión y los debates que abre.
¿Por qué la presidenta de Levi’s renuncia?
De acuerdo con un artículo de bariweiss escrito por Jennifer Sey —presidenta de Levi’s, ex campeona nacional de gimnasia— ella expone los puntos de su renuncia dentro de los que destaca que rechazó 1 millón de dólares a cambio de su voz.
Sey, además de colaborar durante más de 20 años para la marca de jeans más famosa del mundo, también es reconocida como empresaria y ex gimnasta. ¿Por qué luego de colaborar tantos años la presidenta de Levi’s renuncia?
Para entender sus motivos, ella hace un recorrido en el significado de la empresa para ella, quien incluso antes de ser colaboradora, fue consumidora de los productos Levi’s y fiel creyente de los valores de la empresa.
El significado de Levi’s culturalmente es, sin duda, muy valioso. Para Sey, Levi’s fue un símbolo del «mundo libre» en el contexto de la Guerra Fría. Sin embargo, de acuerdo con ella, ahora los valores de la marca no empatan con los de ella.
La situación, narra Sey, se volvió insostenible. La razón: limitar su libertad de expresión. En especial, en referencia a la postura de Sey sobre abrir las escuelas públicas en Estados Unidos durante la pandemia. De hecho, la ex gimnasta nacional al principio de la emergencia sanitaria, cuestionaba públicamente si las escuelas tenían que cerrar.
A los niños y niñas de esta generación, a los que se les niega una educación y la posibilidad de tener una oportunidad, se verán obstaculizados por una educación incompleta, paralizados por una visión distorsionada y sin valor de sí mismos o cegados por la ira hacia los adultos que les negaron la oportunidad, posiblemente todo lo anterior.
Jennifer Sey, presidenta de Levi’s, ex campeona nacional de gimnasia.
Tras estas declaraciones, la preocupación de Sey sobre la apertura de las escuelas públicas en Estados Unidos no cesó. Dentro de los motivos de esta postura, Sey señala que agudizaba las desigualdades; mientras las escuelas privadas tenían clases presenciales, las escuelas públicas norteamericanas no lo hacían, hecho que para Sey era desigual, además sus hijos acudían a las escuelas públicas.
En octubre de 2020, Sey le propuso al liderazgo de la empresa que interviniera en el tema del cierre de escuelas en San Francisco, la ciudad en donde operan: La respuesta fue:
No intervenimos en temas hiperlocales como este. También hay muchos aspectos negativos potenciales si hablamos con firmeza, comenzando con los numerosos ejecutivos que tienen hijos en escuelas privadas de la ciudad.
La postura de Levi’s era clara e incluía una falta de apoyo sobre el tema, sin embargo, afirma Sey que la empresa no se opuso a apoyar a Elizabeth Warren en las elecciones primarias demócratas y tampoco lo hizo a la tristeza que expresó por los asesinatos por instigación racial de Ahmaud Arbery y George Floyd. «Nadie en la empresa se opuso a nada de eso».
En cambio, en octubre de 2021 pese a que las acciones se habían duplicado bajo el liderazgo de Sey, le comentaban en una cena que el obstáculo para convertirse en la próxima presidenta de Levi’s era ella misma y el tema de la escuela.
Incluso trolls anónimos en Twitter pedían que la despidieran, había llamadas a la línea de ética. Además, el responsable de comunicación corporativa enviaba al CEO los tuits de Sey y sus interacciones en línea. La situación fue tal que le ofrecieron a Sey un paquete de indemnización de 1 millón de dólares a cambio de firmar un acuerdo de confidencialidad.
El dinero estaría muy bien, pero simplemente no puedo hacerlo. Lo siento, Levi’s. […] Siempre usaré mis viejos 501, pero hoy estoy cediendo mi trabajo en Levi’s. A cambio, puedo mantener mi voz.
Jennifer Sey, presidenta de Levi’s, ex campeona nacional de gimnasia.
La experiencia de Sey abre un debate sobre el Código de Ética, la libertad de expresión y sus límites dentro de las empresas.
Esta bien la libertad de expresión pero…
Cuando la presidenta de Levi’s renuncia en el contexto que se ha descrito anteriormente abre muchas interrogantes, en especial en referencia a la libertad de expresión y su relación con las empresas.
Si bien desde la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se apela por impulsar un Código de Ética donde se salvaguarden las conductas adecuadas de los colaboradores y colaboradas, este caso deja en evidencia que se pueden apoyar ciertas causas, pero no todas.
Hoy en día, hablar de inclusión, respeto a las personas LGBT+, políticas de paternidad y maternidad, cero tolerancia a la discriminación se integran en los códigos de ética; sin embargo, en el contexto actual los temas en referencia a la pandemia parecen vetados.
Más allá de defender o atacar la postura de Sey sobre su postura respecto al cierre de las escuelas públicas en Estados Unidos durante la pandemia, lo relevante para la RSE es cuestionar la apertura sobre la libertad de expresión a tal grado de «solicitar un retiro voluntario».
Es cierto que, actualmente las empresas dentro de sus centros de modelos de negocios se encuentran sus valores (elemento que ha existido con anterioridad, pero hoy adquiere mayor relevancia); sin embargo, las declaraciones de sus colaboradores fuera de sus actividades laborales ¿también son competencia de las empresas? ¿Afecta a la marca?
Para Levi’s la respuesta parece ser afirmativa, sin embargo, abre el debate sobre los límites que tienen las compañías para la libertad de expresión de sus colaboradores, tema que queda abierto.
