Además de regular comida chatarra, necesario, normar publicidad y etiquetado de productos

La organización El Poder del Consumidor se congratuló por los lineamientos dados a conocer ayer por la SEP y la SSA, en cuanto a la venta de alimentos en escuelas, aunque advirtió que para que esta norma tenga éxito es necesaria también una política integral de Estado, que no sólo esté encaminada a recuperar la dieta tradicional mexicana, sino que regule la publicidad dirigida a niños y el etiquetado de productos.

Así lo aseguró su titular, Alejandro Calvillo, quien también alertó sobre la «guerra sucia» que está por comenzar, una vez que la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) tenga en sus manos la responsabilidad de analizar esos lineamientos, y la industria -que sin duda sale afectada- comience a velar por sus intereses.

«Se dio un paso muy importante al establecer la salida de bebidas azucaradas y botanas con altos contenidos de grasas y sales, entre otras cosas», apuntó, para luego abundar que esto no es sólo un avance para México, sino también para el continente americano.

Sin embargo, reconoció que esto no va a cambiar la problemática del país, ya que para que esto suceda hace falta darle al problema una atención integral, donde la regulación de la publicidad dirigida a niños, el etiquetado de los productos, la promoción de una cultura de la alimentación y la recuperación de la dieta tradicional mexicana jueguen un papel fundamental.

Consumismo
Admitió que la publicidad sigue fomentando en los niños el consumo, sin que las autoridades hagan algo para detenerla, además de que muchos productos dicen contener ingredientes que en verdad no tiene en las cantidades descritas y que no brindan la alimentación que indican. De ahí que consideren necesario regresar a los tradicionales alimentos mexicanos.

«Los lineamientos son pobres en la promoción de una cultura de dieta tradicional mexicana, o regresamos a ella o no vamos a poder cambiar el problema», aseveró Julieta Ponce, del Centro de Orientación Alimentaria, quien enfatizó que una buena solución serían los comedores escolares, única estrategia que ha mostrado resultados.

Y aunque Ponce reconoció que los lineamientos son buenos, también aceptó que son insuficientes para el tamaño de la situación que vive el país en cuanto a sobrepeso y obesidad. Lo ideal, desde su punto de vista, sería no tener alimentos industrializados en la escuela para poder recuperar el paladar de los niños, que se ha perdido ante la presencia de tantos productos en el mercado.

Los ponentes señalaron que esta lucha debe ir más allá de las escuelas y aplicarse en todos aquellos espacios que atienden a niños, como son museos o espacios recreativos, que están plagados de publicidad y productos industrializados.

«Esto debe irse a una campaña frontal que no tenga como fin intereses económicos, ni políticos, ni de otro tipo, simplemente la salud de los niños», acotó Calvillo y sostuvo que la Cofemer va a recibir ahora la guerra de las empresas.

«Hay muchas empresas que han dicho que sí a la SSA, pero esa es una cara, ahora viene la otra, la guerra sucia que es la que van a empezar y por la que la sociedad civil debe estar alerta para que no se dé marcha atrás a lo estipulado», afirmó.

No obstante, confió en que los documentos de impugnación que se den se hagan públicos, a fin de conocer los argumentos de la industria y la decisión que tomarán las autoridades respectivas, la cual, aseguró, será en favor de la niñez mexicana y no de las empresas.