¿Cuánto influye la cultura organizacional en el desempeño económico y la sustentabilidad de una empresa? Para encontrar una respuesta existen variedad de estudios al respecto, opiniones de expertos, pero sobre todo el sentido común.
Es obvio y visible que los temas de moda donde las organizaciones, por la necesidad de no perder mercado, seguir vendiendo y sustentarse como empresas, buscan opciones que les permita “estar al día y a la moda” en temas denominados de “innovación”.
Versiones periodísticas indican que en los últimos años, las compañías que han otorgado mayor importancia a la responsabilidad social (RS) en sus modelos empresariales han registrado porcentajes de ingresos mayores que aquellas que no lo han hecho.
No siempre los tomadores de decisiones de la organización suelen estar involucrados en los temas de RS, cuestión irresponsable que a la larga se revertirá en deterioro de la misma organización.
Una investigación realizada por John P. Kotter y James L. Heskett especialistas en cultura de empresas y rentabilidad, de muestra que la cultura organizacional influye, para bien o para mal en el desempeño económico de las empresas.
¿A qué nos referimos? Del mismo modo que un paterfamilias predica con el ejemplo para inculcar valores en sus hijos, de ese mismo modo las acciones del patrón incidirán en sus empleados, si es que estos valores no sólo se quedan en el discurso, sino que se conviertan en acciones que forman parte de la experiencia laboral de los empleados.
“Si a mi patrón sólo le interesa publicitar los valores que se encuentran escritos en la política, la misión y la visión de nuestra empresa pero no los vive, a mí como empleado menos me interesa vivirlos”.
Las organizaciones, además del ejemplo requieren para poder predicar lo que pregonan, estar dentro de un mecanismo que les certifique y avale ese esfuerzo, me refiero a que difícilmente una organización que carece de un sistema de gestión de calidad tipo ISO 9000 (certificable)pueda de mostrar una actitud hacia la calidad sólo por tenerlo como eslogan.
Si las empresas quieren ser reconocidas como que toman en serio la responsabilidad social corporativa existen mecanismos que ayudan y permiten demostrarlo tal es el caso de la norma certificable SA 8000 o la no certificable pero muy completa guía ISO 26000 de responsabilidad social entre otras.
La RS va más allá de unas cuantas actividades empresariales de altruismo y exige el desarrollo de innovaciones y nuevos modelos de negocios Las empresas que deseen aprovechar esta oportunidad deben cambiar la manera de operar.
Estas empresas lo único que requieren son líderes que puedan desarrollar una nueva visión y una cultura organizacional adaptable a su propia organización, que integre valores positivos y que promueva la transparencia esencial, para que una nueva visión y estrategia puedan ser aplicadas de manera eficaz.
Se trata entonces de un cambio de paradigma donde sólo las empresas que puedan adaptarse a este nuevo contexto y a estas nuevas exigencias del mercado lograrán sobrevivir.
La RS constituye una oportunidad única para las empresas, pero sólo podrán traer beneficios a aquellas donde sí se encuentra integrada su estrategia. Para ello, es necesario que los tomadores de decisiones en tiendan bien los riesgos y beneficios que representa para su negocio y que desarrollen una respuesta.
Muchos directivos de empresas y organizaciones, tanto familiares, Pymes o grandes corporativos han considerado la posibilidad de integrar estos conceptos en la estrategia corporativa, como algo indispensable para asegurar la continuidad de sus empresas a largo plazo; sin embargo, por lo menos en México una gran mayoría de gerentes y empresarios admite que no sabe cómo hacerlo.
¿Qué se puede pedir entonces a los actuales líderes empresariales o dueños de negocios? Simplemente que vean su propio negocio a largo plazo en vez de verlo a corto. Sabemos que es muy difícil pedirles a todos nuestros empresarios cursos especializados, maestrías en negocios, capacitación como emprendedores o mantener un buen consejo administrativo, pero sí podemos pedirles y exigirles que vean que lo obvio está en que a largo plazo, un ambiente de cultura organizacional con responsabilidad social puede darle mayor sustentabilidad al negocio y por ende al futuro de las familias que de él dependen económicamente.
Si no les pedimos a los empresarios que vean esta obviedad ¿a quién se lo podemos pedir?
Fuente: El Financiero, p. 6.
Por: Juan Guillermo Millán, presidente del Comité Técnico Nacional de Ética y Responsabilidad Social del IMEF
Publicada: 30 de enero de 2012.
