Reciclaje, cambio climático, extinción de especies forman parte del vocabulario habitual de las nuevas generaciones. Hace una década, hablar de medio ambiente en las escuelas se limitaba a «no tirar basura» y cuidar las áreas verdes.
Los niños de hoy saben que no basta con tirar la basura en el bote. Una de esas generaciones es la de los estudiantes de la Primaria Luis M. Martínez y el Internado San Juan Bosco de la Ciudad de México.
Desde el 2005, alumnos y maestros aceptaron la propuesta del Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norte América (CICEANA) y la Fundación MetLife México para formar parte del proyecto Huertos Escolares.
Con la instalación y cuidado de un huerto escolar, se incorporó en la educación formal de niños, niñas y profesores reforzar el hábito de tomar en cuenta el medio ambiente en las actividades de la escuela, explica Blanca Abisag Castillo, coordinadora de un proyecto titulado Eco-Escuela.
Una vez puesto en marcha el huerto, CICEANA amplió las medidas y fue entonces que nació el primer proyecto de Eco-Escuela. Para ello, el comité de ecología de la primaria se dividió en tres comisiones: agua, manejo de residuos sólidos y plantas medicinales.
Conformados voluntariamente por alumnos y maestros. Los integrantes se encargaron de desarrollar las acciones a partir de lo que detectaron como un problema en su plantel. www.ciceana.org.mx
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