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México, el rey de los sueldos bajos

Sueldos bajos vía Shutterstock
Sueldos bajos vía Shutterstock

En el país no se incentiva a la población a prepararse y la educación que se imparte no da prioridad a las habilidades para la generación de ingresos. El resultado son millones de desertores escolares convertidos primero en «ninís» y luego en vendedores telefónicos, guardias de seguridad, empleados de limpieza, ayudantes generales, con sueldos de 3,000 a 5,000 pesos mensuales.

Desde hace décadas, la educación que se brinda en las escuelas mexicanas no ofrece los elementos necesarios para hacer de México una nación próspera, al ser incapaz de desarrollar en los estudiantes las habilidades y los conocimientos que fundamenten una economía productiva e innovadora.

El efecto principal para un país de tener una educación de baja calidad es la incapacidad de acumular capital humano, entendido éste como el con-junto de habilidades, conocimientos y capacidades laborales que poseen sus habitantes.

La importancia del capital humano en términos económicos reside en que, a través de la educación, los individuos acumulan conocimientos y adquieren habilidades que posteriormente podrán utilizar en el mercado laboral de manera productiva para generar ingresos.

A escala colectiva, el capital humano acumulado por una población se traduce en crecimiento económico, como resultado de explotar con éxito las habilidades y competencias productivas.

En términos de capital humano, México ocupa el lugar 58 de 124 países, según el Índice de Capital Humano (ICH) 2015 elaborado por el Foro Económico Mundial. El país comparte posiciones con Tailandia (57) y Vietnam (59) y es superado por naciones latinoamericanas como Chile (45), Uruguay (47), Argentina (48), Panamá (49) y Costa Rica (53). Resulta claro que México se encuentra rezagado en la formación de individuos preparados y productivos.

México se encuentra a años luz de las condiciones de capital humano de los países que encabezan el índice: Finlandia, Noruega y Suiza. En estas naciones el gobierno garantiza a los estudiantes una educación moderna, de calidad

y que potencia las capacidades individuales. ¿A qué se debe la baja calificación que México obtiene en este índice? El ICH está formado por 46 indicadores, divididos en dos vertientes: condiciones de aprendizaje y de empleo. En ambas, nuestro país presenta ‘serias deficiencias que con tribu yen a una baja acumulación de capital humano.

La vertiente aprendizaje del ICH mide los aspectos educativos que tienen un impacto directo sobre las capacidades futuras de la fuerza laboral. En este ámbito, la educación básica y su calidad tienen gran peso y en ambas, México sale muy mal calificado.

La calidad de la educación primaria en el país lo sitúa en la posición 102 de 124 países, similar a la de Venezuela (lugar 99) o Uganda (lugar 100). En indicadores de matriculación de educación básica. México está rezagado principalmente en la de secundaria. donde ocupamos el puesto 74.

Fuente: Foro Económico Mundial
Fuente: Foro Económico Mundial

En cuanto a terminación de primaria y secundaria, el país se encuentra en los lugares 64 y 65, respectivamente. Lo anterior evidencia que la educación básica está lejos de ser universal en México y, además, que muchos de los que ingresan a ella no la concluyen.

Con respecto de la educación media y superior, las noticias tampoco son buenas. La matrícula de nivel medio superior nos ubica en la posición 70, lo que significa que pocos jóvenes acceden a este nivel de educación, cuestión que se correlaciona con el porcentaje de ninis (jóvenes que no estudian ni trabajan), en el que México ocupa el lugar 45.

Según el ICH, la diversidad de habilidades con que cuentan los jóvenes mexicanos de entre 15 y 24 años nos sitúa en el lugar 71. No es de sorprender que un elevado desempleo aqueje a este grupo de edad. México se ubica en la posición 36 como uno de los países con mayor desempleo juvenil. Es evidente que el sistema educativo mexicano no se adecua a la realidad del país y no provee a los jóvenes de las habilidades adecuadas a las necesidades que demanda el mercado laboral.

En cuanto al ámbito laboral, el Índice de Capital Humano mide aspectos tales como la tasa de participación laboral, nivel educativo y adecuación de habilidades de la población económicamente activa, calidad del empleo y facilidad de la economía de contar con trabajadores calificados.

En habilidades de la fuerza laboral, México se encuentra en las últimas posiciones del ICH. En habilidades especializadas se sitúa en el lugar 70, mientras que en habilidades medias en el 104. Con ello, la facilidad para encontrar empleados calificados por parte de empresas sitúa al país en la posición 61. ¿Qué relación tiene esta falta de habilidades de la fuerza laboral mexicana con la educación que se imparte en el país?

Origen del mal

En una revisión de las ofertas de empleo en cualquier medio impreso mexicano, es fácil observar que el nivel educativo requerido en la mayoría de los casos es secundaria o bachillerato. En los empleos donde el bachillerato es requisito, se acepta al candidato aun cuando no haya terminado ese nivel de estudios.

La existencia de una enorme población en edad de trabajar con un bajo nivel de instrucción provoca la proliferación de empleos de baja calidad. ¿Qué efectos tiene este fenómeno sobre la decisión de un joven mexicano de seguir estudiando? ¿Qué incentivos tienen los mexicanos para continuar educándose?

Estudios económicos han demostrado que los individuos deciden acumular años adicionales de educación cuando los ingresos futuros que recibirían al continuar estudiando, son mayores a los ingresos que obtendrían hoy si dejaran la escuela e ingresaran al mercado laboral.

La decisión de continuar estudiando es plenamente racional en términos económicos. Sin embargo, miles de jóvenes mexicanos deciden no seguir estudiando después terminar la secundaria, porque el ingreso que pueden obtener hoy con ese nivel de estudios es igual al que podrían obtener con un nivel adicional de educación (bachillerato).

Del lado del empleador, éste no encuentra ventajas comparativas sustanciales entre un individuo con preparatoria o bachillerato trunco y uno con secundaria terminada, debido a que no hay habilidades productivas adicionales que los diferencien.

Esta situación la corrobora el reporte Panorama de Habilidades 2015 de la OC DE, que señala que los jóvenes mexicanos abandonan la educación secundaria o media superior sin haber adquirido habilidades básicas necesarias que contribuyan a su empleabilidad.

La OCDE destaca que la adquisición de habilidades depende de la calidad educativa y, en nuestro país, el sistema educativo no desarrolla en los individuos capacidades básicas de aprendizaje y adaptación, sino que sólo provee un bajo nivel de habilidades cognitivas (lectura, operación matemática, resolución de problemas).

Por otro lado, la decisión de miles de jóvenes de abandonar los estudios después de la secundaria es reforzada por la «facilidad» con la que pueden acceder a una actividad laboral de baja calidad que retribuye ingresos mínimos para subsistir.

En el mercado laboral formal existe un grupo de actividades para personas con bajo nivel de instrucción que garantizan un sueldo mínimo y prestaciones de seguridad social. Vendedores telefónicos, guardias de seguridad, empleados de limpieza, ayudantes generales, son los puestos ,más ofrecidos con remuneraciones mensuales de entre 3,000 y 5,000 pesos.

Otro fenómeno que refuerza la decisión de incorporse al mercado laboral y abandonar los estudios es la existencia de un enorme mercado informal. Sea como emprendedor de un negocio informal o trabajando para uno, existe la facilidad de generar ingresos para personas con poca educación.

El bajo nivel educativo, combinado con el trabajo informal, creo un círculo vicioso en el que las reducidas habilidades laborales de las personas se emplean en actividades poco productivas, que generan ingresos bajos y que, a su vez, impiden o hacen innecesario capacitarse o adquirir nuevas habilidades.

Actualmente, gran parte de la fuerza laboral mexicana se emplea en actividades de baja productividad que no aportan al crecimiento económico. Al primer trimestre de 2015, los trabajadores informales en México sumaron 28.7 millones de personas, el 57.6 de la población ocupada.

El capital humano

Como primer paso, debe repensarse la manera en la que se invierten recursos públicos en educación. Los resultados actuales de la inversión en educación demuestran ser poco efectivos para la formación de una sociedad preparada y productiva que propicie el crecimiento económico.

México debe centrar el debate educativo en planteamientos esenciales como ¿cuales son las habilidades con que cuentan y deben desarrollar niños y jóvenes? ¿las habilidades desarrolladas son adecuadas para integrarse al mercado laboral? ¿Cómo se integran los jóvenes al mercado laboral?

Nuestra sociedad requiere desarrollar capacidades cognitivas esenciales, pero también requiere de habilidades sociales y de comportamiento que permitan la colaboración, fomenten el emprendimiento y la innovación. Para ello, la agenda educativa debe también contemplar aspectos esenciales que promuevan la disciplina, la confianza, la cooperación y la adecuación a las aptitudes de cada individuo.

Al mismo tiempo, deben contemplarse opciones para aquellas personas que no completaron los niveles de educación básica, pero que requieren capacitarse para el trabajo. Es urgente desarrollar mecanismos para reintegrar a los «ninis» al estudio.

En México, los jóvenes cuentan con muy poca información para decidir qué carrera quieren estudiar y saber si dichas carreras son opciones viables para encontrar empleo. También desconocen cuáles son las aptitudes necesarias para concluir con éxito sus estudios, lo que lleva a una elevada deserción escolar.

Al mismo tiempo, es imprescindible que los que imparten la enseñanza cuenten con la preparación necesaria para formar individuos con habilidades y conocimientos que les permitan desarrollarse adecuadamente. En este ámbito, la política no debe predominar sobre el interés general que, en este caso, involucra el presente y futuro del país.

Fuente: PALMA, Paola. México el paraíso de los bajos sueldos. Forbes. Año 3, n° 32, julio-agosto 2015, p. 112 – 115.

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