El año pasado Corporate Accountability International (CAI), una organización dedicada a combatir el abuso empresarial desde hace más de 30 años, lanzó la campaña “Value (the) Meal” que hace referencia al Value Meal (Cajita feliz, en México) que va dirigida a los niños. La campaña pedía a McDonald’s que dejara de dirigir sus esfuerzos de marketing hacia los niños, pero al no ver frutos ha seguido buscando formas de amedrentar al gigante de la comida rápida. En esta ocasión, la campaña va dirigida a los hospitales que tienen un restaurante McDonald’s en sus instalaciones, pidiéndoles terminar el contrato con la cadena por medio de una carta pública dirigida a las administraciones de dichos hospitales y firmada por más de 550 médicos y especialistas en salud.
CAI alega que tener restaurantes McDonald’s dentro de los hospitales beneficia a la cadena creando una falsa percepción de que es un producto saludable y además crea afinidad con los niños.
Para CAI, la mayor preocupación es la forma en que McDonald’s vende a los niños de forma “rapaz”. Incluso lanzaron una campaña anteriormente en la que buscaban mandar a Ronald Mc Donald a una casa de retiro, pero la cadena defendió al famoso payaso alegando que su imagen representa las casas de la Fundación Infantil Ronald McDonald, que lleva años apoyando programas que mejoran la salud y el bienestar de los niños alrededor del mundo.
De acuerdo con CAI, algunos hospitales, como el Cleveland Clinic han tratado de terminar el contrato de 10 años que tienen con McDonald’s, pero al ser incapaces de logarlo, decidieron esperar al término del mismo; mientras tanto, retiraron las bebidas azucaradas y los productos con grasas trans del menú.
Por su parte, McDonald’s defiende su derecho alegando que no importa en donde comas, sino la cantidad que decidas comer. Además dicen tener varias opciones saludables en el menú. Un ejemplo es el caso de México, en donde durante algún tiempo se podían cambiar las papás por zanahorias baby. Ahora todas las Cajitas Felices vienen con una ración de manzanas naturales en rebanadas.
Si algo queda claro es que son muchos los grupos que llevan tiempo buscando la forma de desestabilizar al gigante de la comida rápida imputándole la responsabilidad por el problema de obesidad infantil en el mundo –el Center for Science in the Public Interest demandó a McDonald’s para que dejara de usar juguetes para venderle comida a los niños, pero ésta fue descartada por un juez–, pero deberíamos de preguntarnos, ¿en quién recae realmente esta responsabilidad: los padres, las escuelas, el gobierno, los restaurantes…? A mi punto de vista, si bien no soy la mayor consumidora de comida chatarra, la única realidad es que todo con exceso hace daño y deberíamos de dejar de responsabilizar a terceros por nuestras propias decisiones y mejor dedicarnos a fomentar la alimentación saludable con aquellos por los que sí somos responsables.
Fuente: Expok.
Publicada: 13 de abril de 2012.
