Se estima que en la Ciudad de México hay 5 millones de refrigeradores viejos con clorofluorocarbonos (CFC), gases que deben ser extraídos en forma segura para no dañar el medio ambiente, expuso el directivo de Eco-frigo, Antoni Lozano.
«Los CFC son un aceite que permite la refrigeración, un invento de hace 70 años, que ahora sabemos daña la Capa de Ozono, cuando con un picahielo limpiamos la escarcha del congelador, podemos liberarlo a la atmósfera y contribuir al calentamiento del planeta», indicó.
Para recuperar el químico, Eco-frigo logró una alianza con SEG, grupo alemán, con el que da servicio de extracción del químico a la industria refresquera, de helados y a cualquier usuario de refrigeradores mayores de 10 años, en un esquema certificado dentro del mercado internacional de bonos de carbono.
La directora del Fideicomiso para el Ahorro de Energía (FIDE), Yolanda Valladares, y el coordinador de la Unidad de Protección de la Capa de Ozono de Semarnat, Agustín Sánchez, inauguraron ayer en Tezoyuca, Estado de México, una nueva tecnología en el Centro de Destrucción de Refrigeradores CAyD de Eco-frigo para mejorar la separación de CFC.
En el País existen alrededor de 70 millones de refrigeradores con nuevos gases generadores de enfriamiento, pero operan al menos 20 millones de aparatos con CFC.
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