En una de las primeras escenas de Meat Me Halfway, el guionista y director Brian Kateman intenta que sus padres coman guacamole. No les impresiona su primer intento de comer aguacate. «El color me desagrada», dice su madre, haciendo una mueca. Su padre opina lo mismo. » ¡La fritura de maíz, me gusta!». ¿De qué va este documental sobre ser vegano?
El viaje de Kateman comienza en su casa, mientras aprende a persuadir a la gente para que reduzca su consumo de carne —en la medida de lo posible— para reducir nuestra dependencia de la ganadería industrial y sus efectos sobre la salud, el medio ambiente y el bienestar animal.
En el nuevo documental, estrenado el 20 de julio, Kateman (colaborador de Fast Company) difunde su mensaje de reducitariado, un movimiento que inició en 2014, razonando que el veganismo total no es la única forma de marcar la diferencia en el planeta y dice:
Somos muy diferentes de un típico documental sobre el veganismo. Eso era críticamente importante para mí.
Kateman, colaborador de Fast Company.
Documental sobre ser vegano
Era esencial entender por qué la gente está tan apegada a la carne, así que dedica la primera parte de su película a averiguar si la culpa es de la biología, del marketing o de la cultura. Alerta de spoiler: es todo lo anterior.
Los expertos apuntan a la evolución, por la que nos sigue atrayendo el olor de la carne humeando en una barbacoa; por la abundancia y el abaratamiento de la comida rápida; y por el valor cultural que la gente da a las reuniones con ciertos tipos de comida.
Muchos de nosotros hemos sido educados en la creencia de que un trozo de carne debe estar en el centro del plato.
El propio Kateman sigue una dieta mayoritariamente vegana, aunque se ha encontrado con algún desliz, a veces sacando un trozo de tocino del plato de un amigo. «Reducitario» sonaba mejor que «vegano perezoso» o «tramposo», como empezaron a llamarle sus conocidos veganos y carnívoros. Pero, en el gran esquema, comer una galleta en casa de un amigo no es gran cosa.
El primer paso es conseguir que la gente deje de pensar en vegano-omnívoro como algo binario.
Su actitud pragmática no es suficiente para muchos activistas de línea dura, pero, para Kateman: «No necesitamos ser puristas», dice. «No necesitamos ser una secta». Cuando el 90% de los estadounidenses come carne, y el americano medio se zampa 200 libras de ella al año, ve el veganismo total como una quimera. Está de acuerdo en que los recortes mínimos no son ideales, pero «cualquier cambio en la dirección positiva es digno de celebrarse».
Aun así, entiende la perspectiva de los activistas por los animales. La escena más emotiva de la película es cuando se le ruedan las lágrimas al unirse a ellos en una «vigilia de cerdos», para protestar frente a un matadero proporcionando a los cerdos enjaulados, evidentemente torturados, chorros de agua antes de ser enviados a su lecho de muerte.
Aunque está seguro de que una experiencia similar conmovería a cualquiera que asistiera a ella, es consciente de que la mayoría de la gente no lo hará. Por eso, la mejor estrategia es dirigirse a los seres queridos con información que responda a sus preocupaciones inmediatas.
Su padre, por ejemplo, estaba más preocupado por el deterioro de su salud que por las preocupaciones planetarias. Su prioridad era estar con su familia el mayor tiempo posible. Por eso, Kateman le dio artículos sobre la relación entre la carne y las enfermedades cardíacas, que son comunes en su familia.
Pero no se puede decir a la gente que reduzca los productos animales sin otras opciones, así que el resto de la película está dedicado a las alternativas.
Opciones asequibles y accesibles para todos
Kateman habla con Beyond Meat sobre las proteínas de origen vegetal; prueba los nuggets de «pollo» cultivado con células de Eat Just; y va a White Oak Pastures en Georgia, una granja de alto bienestar que sí sacrifica al ganado, pero cuyos métodos y cuidados para sus animales son mucho más preferibles que la ganadería industrial.
Durante un segmento con el candidato a la alcaldía de Nueva York y declarado vegano, Eric Adams, comenta que el mayor reto que necesitarán estas opciones es que sean asequibles y accesibles para todos.
Si es demasiado caro, si no sabe bien, y es difícil de conseguir, es un fracaso.
En una emotiva escena final, el padre de Kateman, con un aspecto más delgado y animado, revela que ha reducido seriamente su consumo de carne y comenta:
Incluso pienso con más claridad. Al principio, un plato de brócoli era aburrido. Pero luego, llegué a tener ganas de comerlo.
Una vez que obtienes pequeños resultados, entonces es energizante. Entonces haces más y más.
Kateman dice que le animaron los cambios que su padre, el antiguo detractor de los aguacates, hizo con bastante entusiasmo. «No somos perfectos», dice. «Todos tenemos defectos. Pero, con dar lo mejor de nosotros mismos, es más que suficiente para mí».
