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Cárteles mexicanos son el quinto mayor empleador del país: Estudio

Un reciente estudio publicado en la revista Science ha revelado un dato impactante y alarmante: los grupos del crimen organizado en México cuentan con aproximadamente 175 mil miembros, lo que los convierte en el quinto mayor empleador del país.

Esta cifra pone de manifiesto la magnitud de su influencia y arroja luz sobre la responsabilidad social del gobierno y las empresas en múltiples frentes, de acuerdo con The Guardian.

Responsabilidad Social del gobierno

La responsabilidad social del gobierno es un principio fundamental en cualquier sociedad democrática. Implica que las autoridades gubernamentales deben actuar en beneficio de sus ciudadanos, garantizando su bienestar y promoviendo el desarrollo económico y social.

En el caso de México, el hecho de que los cárteles mexicanos sean el quinto mayor empleador del país resalta una significativa falla en el cumplimiento de esta responsabilidad, y la urgencia de abordarla de manera efectiva.

El estudio titulado «Reducir el reclutamiento de los cárteles es la única manera de reducir la violencia en México» utilizó una década de datos sobre homicidios, personas desaparecidas y encarcelamientos, así como información sobre interacciones entre facciones rivales. A través de modelos matemáticos, examinó la membresía total de los cárteles y cómo los niveles de violencia responderían a diversas políticas.

Según los autores, la mejor manera de reducir la violencia sería disminuir el reclutamiento por parte de los cárteles, ya que encarcelar a más miembros aumentaría la tasa de homicidios. Argumentan que «más de 1.7 millones de personas en América Latina están encarceladas, y agregar más personas a cárceles saturadas no resolverá el problema de la inseguridad».

Implicaciones sociales y económicas

El aumento en la violencia es evidente en México, donde el número de homicidios se triplicó entre 2007 y 2021. En este último año, el gobierno informó de 34 mil víctimas de homicidios, lo que equivale a casi 27 víctimas por cada 100 mil habitantes. Esta situación coloca a México entre los países más mortales de América Latina.

A nivel nacional, se han identificado dos grupos del crimen organizado, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, luchan por la dominación. Sin embargo, se han identificado 198 grupos armados en México, muchos de los cuales son subcontratistas de actores más grandes pero también se involucran en disputas locales por territorio.

El estudio, titulado «Reducir el reclutamiento de los cárteles es la única forma de reducir la violencia en México» (2023), fue recibido con cautela por analistas de seguridad en el campo. Aunque es un primer intento de estimar cuántas personas están relacionadas de alguna manera con grupos criminales, la definición de lo que constituye un cartel y la membresía pueden variar significativamente.

Cárteles mexicanos son el quinto mayor empleador del país

Reducción del reclutamiento

Pero el objetivo de reducir el reclutamiento de los cárteles para disminuir la violencia no es nuevo. Sin embargo, el estudio proporciona una evaluación basada en datos de cómo podría funcionar en la práctica. La estrategia implicaría abordar subgrupos específicos dentro de los cárteles, incluidos los jóvenes de clase trabajadora que podrían ser reclutados como sicarios o para control territorial.

Reducción del reclutamiento no es la única forma de reducir la violencia. El desarme de los cárteles también debe ser una parte central de cualquier estrategia. Además, la violencia en México se ve exacerbada por el uso de armas de grado militar por parte de los cárteles.

«Si los cárteles no pueden reclutar, entonces no podrán compensar sus pérdidas y entonces no podrán seguir luchando entre sí».

Valentín Pereda, profesor de la Universidad de Montreal que no participó en el estudio.

Divergencias en las estrategias gubernamentales

El estudio plantea un debate en América Latina sobre cómo reducir la violencia, ejemplificado por las estrategias radicalmente diferentes de México y El Salvador. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha promovido una política de «abrazos, no balazos», argumentando que ofrecer alternativas económicas a los jóvenes los alejaría de los cárteles y reduciría la violencia.

Sin embargo, hasta ahora, esta estrategia no ha logrado reducir la violencia en general, que ha aumentado durante su mandato. Por otro lado, en El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha reducido drásticamente la violencia mediante una estrategia opuesta, encarcelando a alrededor del 2% de la población del país en una oleada masiva de encarcelamientos que ha generado acusaciones de violaciones sistemáticas de los derechos humanos.

La estrategia de Bukele se basa en utilizar a los encarcelados como rehenes y condicionar su seguridad en prisión al comportamiento de sus asociados que no están encarcelados. Sin embargo, esta estrategia podría no ser adecuada para México, donde implicaría una política aún más draconiana de encarcelamiento y posibles abusos a los derechos humanos.

Se evidencia falta de RS en el gobierno de México

El caso de cárteles mexicanos como el quinto mayor empleador del país plantea cuestiones importantes sobre la responsabilidad social del gobierno entre las que podemos mencionar:

1. Combate a la delincuencia

El gobierno tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. El hecho de que los cárteles operen como empleadores masivos sugiere que las autoridades no han cumplido adecuadamente con su responsabilidad de mantener el orden y la paz en la sociedad.

2. Políticas de empleo y desarrollo

El gobierno también tiene la responsabilidad de promover políticas de empleo y desarrollo económico que ofrezcan oportunidades legítimas a la población. Cuando los cárteles se convierten en empleadores, indica que hay carencias en la creación de empleos y en la generación de oportunidades económicas legítimas para la población.

3. Responsabilidad Social Empresarial

Las empresas tienen la responsabilidad de operar de manera transparente y legal. En zonas de alto riesgo, las empresas pueden desempeñar un papel activo en apoyar programas de desarrollo comunitario y proyectos que aborden las causas del reclutamiento de los cárteles.

Abordar el problema de reclutamiento de cárteles mexicanos

El objetivo de reducir el reclutamiento de los cárteles para disminuir la violencia no es nuevo. Sin embargo, el estudio proporciona una evaluación basada en datos de cómo podría funcionar en la práctica.

La estrategia implicaría abordar subgrupos específicos dentro de los cárteles, incluidos los jóvenes de clase trabajadora que podrían ser reclutados como sicarios o para control territorial.

El estudio también señala que la reducción del reclutamiento no es la única forma de reducir la violencia. El desarme de los cárteles también debe ser una parte central de cualquier estrategia. Además, la violencia en México se ve exacerbada por el uso de armas de grado militar por parte de los cárteles.

«Una cosa que falta en este estudio es que la violencia en México también es producto del armamento que se utiliza.  No estamos hablando de personas con cuchillos que se atacan en un bar. Estamos hablando de unidades paramilitares con armas de grado militar».

Valentín Pereda, profesor de la Universidad de Montreal que no participó en el estudio.

¿Política fallida contra cárteles mexicanos?

El documento sobre cárteles mexicanos son el quinto mayor empleador del país arroja luz sobre un problema latente en México y toda América Latina: el aumento de la violencia y las células delictivas, así como la falta de políticas para abordar eficazmente esta situación.

Ante el debate sobre cómo afrontar los altos niveles de violencia y delincuencia que afectan a varios países de la región, el documento destaca dos enfoques contrastantes como ejemplos representativos de las estrategias para combatir la violencia.

En México, el enfoque predominante, representado por la política de «abrazos, no balas» promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se basa en la idea de que ofrecer alternativas económicas y oportunidades legítimas a los jóvenes disminuirá su tentación de involucrarse en actividades delictivas, como unirse a los cárteles de la droga.

Este enfoque se centra en abordar las causas subyacentes de la delincuencia, como la falta de empleo y las condiciones socioeconómicas precarias, como una forma de reducir la violencia. Sin embargo, tal como se implementó, la estrategia no ha logrado reducir la violencia general, que ha aumentado durante esta administración.

Tratar con grupos armados en México

En contraste, en El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha adoptado una estrategia completamente diferente. En lugar de buscar soluciones económicas o sociales para combatir la violencia, su enfoque ha sido encarcelar a un gran número de personas, incluyendo miembros de pandillas y grupos criminales, como una medida para controlar y reducir la violencia en las calles.

«La lógica detrás de la estrategia de Bukele no es encarcelar a todos los pandilleros, sino utilizar a los que están encarcelados como rehenes y condicionar su seguridad tras las rejas al comportamiento de sus asociados que no están encarcelados», dijo Pereda.

De acuerdo con Pereda, esta estrategia en El Salvador muestra que los grupos del crimen organizado son entidades políticas y que se pueden idear formas de manipular su comportamiento tratándolos como tales.

En conclusión, el estudio sobre cárteles mexicanos son el quinto mayor empleador del país proporciona información sobre la necesidad de una estrategia viable para reducir la violencia, pero también se requieren medidas adicionales, como la colaboración entre gobierno, sociedad y empresas.

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