Después de dos sesiones de debates en la Asamblea Nacional y una en el Senado, la ley que autoriza el matrimonio homosexual podría ser aprobada hoy por la Asamblea Nacional francesa.
El proyecto de ley llega a su última etapa en un ambiente muy tenso y con un movimiento de oposición que no decae a pesar de que la mayoría que tiene la izquierda en el Parlamento supone que esta reforma de sociedad se aprobará.
A unas horas de ser sometido a voto en la Asamblea Nacional, un centenar de jóvenes parisinos velaron hasta la medianoche del lunes frente al Monumento de los Inválidos en protesta contra la reforma que promueve el Gobierno del Presidente François Hollande, y lo mismo hicieron otros grupos en alrededor de otras 40 ciudades francesas.
Desde el pasado 16 de abril, este movimiento de jóvenes de entre 18 y 25 años prolonga las manifestaciones contra el matrimonio gay que imperan en Francia desde hace meses con una voluntad de mostrar una forma de protesta pacífica.
Los grupos de Les Veuilleurs (Los centinelas), como se hacen llamar, pretenden sobre todo desmarcarse de los grupúsculos violentos que habían manchado las más recientes manifestaciones.
En las últimas semanas, el movimiento de oposición había multiplicado las protestas frente al Parlamento, pero también en los eventos públicos a los que asistían los Ministros del gobierno de Hollande, suscitándose algunos forcejeos con la Policía y detenciones de varios manifestantes.
Peor aún, al margen de este movimiento, algunos individuos mostraron su homofobia y en los últimos días se detectaron algunos ataques contra homosexuales en diversas ciudades de Francia.
El sociólogo Jean-Pierre Le Goff explica que la fuerza del movimiento contra el matrimonio gay proviene del perfil de los manifestantes, del hecho de que se sienten ignorados y sienten que se menosprecian sus valores, además de que a esta protesta se está sumando el descontento general contra Hollande.
«La masa de la gente que se manifiesta es una clase media, instruida, en gran parte de provincia. Es lo que llamaría la ‘tercera Francia’. Una Francia que no estaba acostumbrada a manifestarse, que no se expresaba y que la izquierda ignoraba porque ve a Francia únicamente en dos partes, la Francia de las grandes urbes mundializadas y la Francia de los suburbios», explicó el especialista a REFORMA.
De acuerdo con el estudioso francés, por esta misma ignorancia de esa parte de la sociedad francesa, a la izquierda le sorprendió mucho la oposición al matrimonio homosexual y la manera en la que se mantiene en el tiempo.
«Los socialistas pensaron que la aprobación sería un trámite porque no vieron a esa Francia y no la entienden. Sólo con los grupúsculos radicales surgió la imagen del extremista con la que la izquierda siempre quiere identificar a sus oponentes y calificarlos de homófobos», agregó.
De acuerdo con Le Goff, por esa ignorancia de esa parte de Francia, el Gobierno de Hollande no buscó diálogo ni concertación en este tema como lo ha hecho con otros, hiriendo así a toda esa franja de la sociedad.
«Dice que es una promesa electoral y que por eso la quiere aplicar pero hay muchas otras promesas que ya descartó. Lo cierto es que quiere imponer una reforma de sociedad porque es lo único que tiene hoy. Pero es una visión de la sociedad que una parte de Francia rechaza y crea profundas divisiones», comentó.
Ahora el movimiento contra el matrimonio gay, llamado «La manif pour tous» (la Manifestación para todos), eco del nombre que el Gobierno dio a su proyecto de ley para el matrimonio gay, «Le Mariage pour tous» (el matrimonio para todos), dirigida por la ex cantante y ex actriz, Frijide Barjot, no pretende detenerse con el voto en la Asamblea Nacional este martes.
Barjot ya anunció que se llevará a cabo una nueva manifestación nacional el próximo 26 de mayo además de que el movimiento podría evolucionar en grupo político y presentar candidatos a las próximas elecciones municipales del 2014.
Fuente: Reforma
