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ColumnasActivismo político de los CEO ante fallas del gobierno

Activismo político de los CEO ante fallas del gobierno

Por: Antonio Vives

¿Tienen los líderes de las empresas privadas la responsabilidad de intervenir en la solución de problemas sociales y ambientales si los gobiernos no quieren o no pueden hacerlo?  Es ciertamente un tema controversial.  Por una parte porque puede parecer que intervienen en política pública. Por otra parte, porque, dependiendo del tema, su intervención puede tener consecuencias sobre sus empresas, tanto positivas (menos probable la reacción de los afectados) como negativas (reacciones mas probables).


I.                Introducción
En los artículos anteriores Masacres y responsabilidad empresarial y Masacres y responsabilidad empresarial: Sí, las empresas hacen algo, analizábamos el papel que las empresas pueden jugar en la prevención de las recientes (y continuas) masacres en EE. UU. En el segundo de estos artículos comentábamos que el CEO de Walmart, el más afectado directamente por una de ellas, anunció una serie de medidas al interno de la empresa y una externa, de activismo político.

Envió cartas a congresistas y al presidente pidiendo un debate sobre la reactivación de la prohibición de armas de asalto y del financiamiento de investigaciones sobre violencia por armas. [1]Pidió hablar del tema y ello se considera en EE. UU. como una osadía digna de encomio.


Esta iniciativa ha sido ahora respaldada por 145 CEOlo cual es muy indicativo de la asunción de la responsabilidad social de estos CEO sobre una situación que es potencialmente explosiva, valga el doble sentido. Y ello es controversial.  

Algunos pueden ver los ingresos de sus empresas afectados ya que el tema tiene una elevada carga emocional. 

 Es posible que los clientes que están a favor del control de armas favorezcan sus productos y servicios, pero también es posible que enfrenten reacciones negativas de los que se oponen, que en general suelen ser mucho más activistas y belicosos que los que se están a favor del control de armas, que suelen ser más pasivos y pacíficos.  

Estos pueden ser afectados, eventualmente, por una masacre, pero los otros serán definitivamente afectados si se establecen controles. [2]
Este activismo político de los CEO estaría en línea con la reciente Declaración sobre el propósito de la empresa, que ha sido criticada por ligera y posiblemente de greenwashing[3][4] Por lo menos este activismo demuestra que algo hay.


Y esta situación dio lugar a la inusual publicación de un editorial en el New York Times, NYT, sobre el control de armas. Y lo más notable es que fue puesto en el contexto de la responsabilidad social de la empresa (como lo habíamos propuesto en los artículos mencionados arriba).  

Ojalá más medios ejercieran su responsabilidad social al exigir esta responsabilidad empresarial. Por este motivo lo comentaremos.

II.             Activismo político de los CEO en el control de armas
El 12 de septiembre los CEO de 145 empresa enviaron una carta a los líderes del Senado (que bloquean cualquier intento de establecer mínimos controles sobre la posesión de estas armas), en la que pedían legislación con la obligatoriedad de verificación de antecedentes antes de poder adquirirlas (horror: hoy en día cualquiera puede comprar estas armas en la tienda de la esquina) y el establecimiento de un sistema de denuncias sobre tenedores peligrosos (red flags) que permita controlar su posesión. Ante la falla de gobierno dicen: “No hacer algo es simplemente inaceptable[5]


Entre los firmantes están los líderes de Airbnb, Bloomberg, Uber, Lyft, Levi Strauss y Twitter.  También la firmó el CEO de Dick´s Sporting Goods, uno de los grandes vendedores de armas que había ya dejado de venderlas después de la masacre en una escuela en Florida (febrero 2018).  

En su libro de próxima aparición dice:  “El beneficio de una empresa debe resultar no solo de la venta de productos dignos y una buena estrategia de negocios, sino de un comportamiento responsable.  En pocas palabras, para ser una buena empresa hay que ser buenos.


Pero no firmaron ni Facebook ni Google que temieron llamar más la atención del gobierno sobre los problemas que ya confrontan sobre privacidad y el uso de sus plataformas para difundir informaciones tendenciosas. Prefirieron “no agitar el avispero”.  

Tampoco firmó el CEO de Visa, que ha recibido peticiones para limitar el uso de sus tarjetas en la adquisición de armas, lo que tendría gran impacto.  Dijo: “Estamos en el negocio de facilitar el comercio legal.  No nos compete establecer o interpretar sino seguir las leyes”.  O sea, si es legal, adelante.  Lo de ética y responsabilidad es otra cosa.  Compete a los gobiernos establecer las leyes. ¿Pero, y si el gobierno no actúa? ¿Pueden las empresas ser indiferentes?[6]


III.           Editorial del New York Times sobre la responsabilidad social de las empresas


En el mismo medio en el que se publicó el famoso artículo de Friedman [7] se publica ahora, casi 50 años después, un editorial Making Companies Act When Government Won’t (Las empresas deben actuar cuando los gobiernos no lo hacen). Es un editorial con potencial de impacto ya que es el medio periodístico más influyente del país y uno de los más influyentes en el mundo. [8]


Empezando por el título, el editorial es muy notable, ya que pide a las empresas que actúen ante una falla del gobierno.  Esto es una de las proposiciones de la concepción moderna de la responsabilidad social de las empresas, la de suplir las fallas de gobierno en casos necesarios.  En general esta es una responsabilidad más notable en países en vías de desarrollo, donde las fallas de gobierno son más comunes y amplias, pero en este caso el gobierno de EE. UU. ha demostrado una falla flagrante en actuar sobre un problema que afecta a la sociedad, cual es las frecuentes masacres con armas de asalto, en manos de la población civil.


El editorial pasa revista a diferentes aspectos de la responsabilidad social, en particular al papel de los inversionistas y consumidores en ejercer las presiones en los mercados, que es lo que entienden las empresas, y llamando a los dirigentes responsables a ejercer su poder cuando el gobierno no ejerce el suyo. Pero no menciona el poder de la sociedad civil en pedir cuentas tanto a gobiernos como a empresas por los compromisos adquiridos. 


IV.           En resumen


Este caso no es uno en el que las empresas pueden hacer lo que los gobiernos deben, pero no quieren o no pueden hacer, como es el caso, por ejemplo, de salud, educación, agua, etc., en países en vías de desarrollo. En este caso las empresas hacen lo que saben hacer, el cabildeo, pero en positivo, pidiendo regulaciones y legislaciones para resolver un problema social. Y en algunos casos usan sus actividades para contribuir a resolverlo, con impacto directo e inmediato, como dejar de vender armas y lo que sería muy efectivo, que el sistema financiero dejase de procesar transacciones de compra venta de armas al público y de financiar las empresas que contribuyen a ello.


Utópico, pero pensable.

Antonio Vives

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Con un Ph.D. en Mercados Financieros de Carnegie Mellon University y con una trayectoria como profesor en 4 escuelas de negocios, Antonio Vives es actualmente catedrático y consultor en la Stanford University. Socio Principal de Cumpetere. Ex-Gerente de Desarrollo Sostenible del Banco Interamericano de Desarrollo. Creador de las Conferencias Interamericanas sobre RSE. Autor de numerosos artículos y libros sobre RSE y del blog Cumpetere en español.

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