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Responsabilidad social y confianza; valores devaluados

Por: Antonio Tamayo Neyra

A principios del presente año se percibía un ambiente de distensión en los aspectos financieros y políticos tanto a escala mundial como nacional, parecía que con la entrada del 2010 se iniciaba un etapa de recuperación que dejaba atrás los aciagos años 2008 y principalmente 2009, cuando no se sentía el piso de la debacle, no solo financiera, sino principalmente de confianza entre los agentes económicos y políticos.

Sin embargo, ya casi a la mitad del actual 2010, dicha sensación de que quedaba en el pasado la gran crisis se ha venido desvaneciendo por los problemas financieros de los países europeos, encabezados por Grecia, país de donde proviene la mayor parte de la cultura occidental que predomina en gran parte del mundo.

Sería interesante saber que pensarían los “platones”, los “sócrates”, los “aristóteles” de la gran época de la filosofía sobre lo que está pasando actualmente con su país, pero no concretándolo al aspecto financiero, sino en el aspecto filosófico, en cuanto al comportamiento ético de sus líderes y de su sociedad en general.

Pero dejando al margen la anterior disgregación, la realidad actual nos está diciendo que “los mercados”, los dioses del actual Olimpo que gobiernan al mundo, están castigando a los mortales griegos y también a otros pueblos por su mal manejo del dinero que les prestaron, y por lo tanto deberán pagar con creces los recursos que se les facilitaron, y recibirán un castigo adicional por su mal desempeño manejándose ahora con una disciplina espartana, que sirva de lección y de ejemplo para otros pueblos que puedan llegar a tener las mismas tentaciones de despilfarro.

Este pago extra por parte de los griegos por ahora, y que puede extenderse a otros países, es una forma concreta y material para ser de nuevo sujeto de crédito, o dicho en otras palabras, recuperar la confianza de los dioses actuales del Olimpo, el mercado.

En otros términos, y sin menospreciar los miles de millones de dólares que se están manejando en este recate, lo que está realmente en juego es la confianza, término que si bien no tiene un valor económico cuantificable, viene a ser la unidad de medida clave y que está detrás de todos los vaivenes que hemos visto en al menos los pasados tres meses.

Así, ya casi a finales de mayo, en retrospectiva se ve ya muy lejos esa sensación de distensión de enero, volviendo a imperar de nuevo la incertidumbre en forma preponderante, y minando con ello la confianza que todavía quedaba hace tan solo unos cuantos meses.

Pero esta creciente incertidumbre seguramente no terminará disponiendo de enormes cantidades de dinero, y aunque sirva de paliativo se requiere mucho más de conductas que vayan más allá de lo espartano y disciplinado que se quiera ser.

Específicamente me refiero a conductas responsables, pero no solo de los mortales que reciben los créditos, sino también de los dioses del Olimpo, o sea de los mercados que ofrecen el dinero; recordemos que aún en el mitológico Olimpo griego sus dioses tenían las mismas pasiones humanas, y por lo tanto estaban sujetos a estas mismas pasiones y defectos que los mortales.

Y la principal conducta que se requiere de los líderes políticos tanto de la antigua Grecia como ahora en el siglo XXI es su responsabilidad social; y considerar también que los mercados no son entidades autónomas y etéreas, sino que están formadas por seres mortales que si bien se erigen como dioses, también están sujetos a tener un comportamiento socialmente responsable.

Vale la pena señalar que tanto los líderes políticos como los que manejan los mercados, son representantes de diversos grupos sociales, no dueños de los recursos que manejan, por lo que a ellos son a quienes hay que exigirles una mayor dosis de responsabilidad social.

Si a las empresas privadas se les pide una responsabilidad con la sociedad, creo que tal vez a dichos representantes sociales se les debe exigir esta multimencionada responsabilidad.

Y en la medida que cumplan realmente la mencionada responsabilidad, será la forma en que se pueda ir recuperando la confianza perdida.

Seguiremos platicando …

Blog: http://atamayon.blogspot.com/



Antonio Rey Tamayo Neyra

Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, y actualmente estudiando la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña. Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. En los pasados 19 años hasta la fecha, colaborando en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de haber escritor para otros medios durante este mismo tiempo. Adicionalmente se ha dedicado también a la consultoría y capacitación en relacionales laborales desde hace 18 años, trabajando para diferentes empresas en todo México. De siete años a la fecha, involucrado en el tema de Responsabilidad Social, realizando varios proyectos editoriales, y estudiado un diplomado al respecto coordinado por el Tecnológico de Monterrey, Cemex y el Banco Mundial, y un curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña.

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