Recientemente, el científico Peter Kalmus fue detenido por encerrarse en la entrada del edificio de JP Morgan Chase en el centro de Los Ángeles con colegas y simpatizantes, quienes protestaban contra el cambio climático. Tras este incidente parece que la película No miren arriba se vuelve real.
De acuerdo con The Guardian, lo ocurrido forma parte de una campaña internacional, organizada por un grupo de expertos preocupados por la situación ambiental, llamado Scientist Rebellion, en el que participan más de 1,200 científicos de 26 países y que cuenta con el apoyo de grupos climáticos locales.
No miren arriba se vuelve real
El activismo climático responde al informe del Grupo de Trabajo 3 del IPCC, que detalla la terrible brecha entre el rumbo de la sociedad y el que se necesita. Kalmus comentó que eligió a JP Morgan Chase para su protesta, porque de todos los bancos de inversión del mundo, es el que financia más proyectos de combustibles fósiles.
Como explica el nuevo reporte del IPCC, las emisiones de las infraestructuras energéticas fósiles actuales y previstas son ya más del doble de la cantidad que requiere el planeta para superar los 1.5°C, un nivel de calentamiento que traerá consigo temperaturas más intensas, incendios, tormentas, inundaciones y sequías.
El escenario es trágico, ya que incluso limitar el calentamiento por debajo de los 2°C —un nivel que podría amenazar a la civilización tal y como la conocemos— necesitaría que las emisiones alcanzaran su punto máximo antes de 2025.
Ante ello, el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, aseguró que «invertir en nuevas infraestructuras de combustibles fósiles es una locura moral y económica».
Los activistas del clima a veces son representados como radicales peligrosos, pero los verdaderos radicales peligrosos son los países que están aumentando la producción de combustibles fósiles.
Antonio Guterres, Secretario General de ONU.
Sin embargo, esto es precisamente lo que están haciendo el presidente Biden, la mayoría de los líderes mundiales y los principales bancos. No es exagerado decir que Chase y otras instituciones financieras están contribuyendo al asesinato y al neocidio a través de su apoyo a los combustibles fósiles.
Acciones de Kalmus ante la crisis
El colapso ambiental es mucho peor de lo que la mayoría de la gente cree. La ciencia indica que mientras los combustibles fósiles sigan calentando nuestro planeta, todo lo que amamos está en riesgo.
Para Kalmus, uno de los aspectos más horribles de todo esto es la yuxtaposición de los desastres climáticos actuales y futuros con el business as usual que ocurre a nuestro alrededor.
Si todo el mundo pudiera ver lo que yo veo venir, la sociedad pasaría al modo de emergencia climática y acabaría con los combustibles fósiles en pocos años […]. Odio ser Casandra. Preferiría estar con mi familia y hacer ciencia. Pero me siento moralmente obligado a dar la alarma.
Peter Kalmus, científico de la NASA.
Cuando pasó de la astrofísica a las ciencias de la Tierra en 2012, Kalmus se dio cuenta de que los hechos por sí solos no persuadían a los líderes mundiales para que actuaran. Así que exploró otras formas de crear un cambio social, al tiempo que se preocupaba cada vez más.
Esto lo llevo a unirse a Citizens’ Climate Lobby, una organización ambientalista mundial, además de a reducir sus propias emisiones en un 90% y escribir un libro sobre cómo esto resultaba satisfactorio, divertido y conectivo. Dejó de volar, creó un sitio web para a animar a otros y organizó a sus colegas para presionar a la Unión Geofísica Americana para que redujera los vuelos académicos.
Asimismo, colaboró en la organización del movimiento Fridays For Future en Estados Unidos, es cofundador de una popular aplicación sobre el clima y creó la primera agencia de publicidad para la Tierra.
Nada ha funcionado
El altruismo climático de Kalmus lo ha llevado a conceder cientos de entrevistas, siempre con autenticidad, con hechos sólidos y mostrando vulnerabilidad; y a apoyar a innumerables activistas climáticos y jóvenes. Lo anterior sacrificando su tiempo personal y carrera.
«Ahora es la undécima hora y me siento aterrado por mis hijos y por la humanidad» y comenta que, de igual forma, siente un profundo dolor por la pérdida de bosques y corales y la disminución de la biodiversidad.
El experto dice que seguirá luchando todo lo que pueda por el planeta, sin importar lo mal que se ponga, porque siempre puede empeorar si no acabamos con la industria de los combustibles fósiles y la búsqueda exponencial de más beneficios a costa de todo.
Por necesidad, y tras exhaustivos esfuerzos, se ha unido a las filas de quienes arriesgan desinteresadamente su libertad y ponen sus cuerpos en juego por la Tierra, a pesar de las burlas de los ignorantes y del castigo de un sistema legal colonizador diseñado para proteger los intereses de los ricos que matan el planeta, afirma.
Finalmente, escribe que «Es hora de que todos nos unamos a ellos. El sentimiento de solidaridad es un bálsamo maravilloso».
