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Emprendimiento hecho a mano

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Foto vía facebook.com/www.lunaje.com.mx

Un accidente y un viaje al extranjero fueron parteaguas para que Angélika Juárez -fotógrafa de profesión- diera un giro a su vida. La terapia para asimilar estas experiencias la llevó a aprender a hacer bolsas y carteras, a través de lo cual encontró la forma de vivir en armonía con la inquietud que había sentido toda su vida: ayudar.

“Siempre había traído ese rollo de ayudar a la gente pero no sabía cómo. Con Lunaje está presente esa parte de ayuda: les doy trabajo a mujeres indígenas y eso las hace felices. Y a mí también porque sin conocerme, me abrieron sus puertas y se aventaron a hacer un negocio conmigo. Eso me llena y no tengo más que agradecer por todo. Trabajar con estas mujeres ha sido lo mejor que me pudo haber pasado en la vida.”

Después de aprender el oficio con otra marca que ya proponía materiales alternativos para “mexicanizar” los productos, y frente a la falta de posibilidades de crecimiento, Angélika se decidió a crear su propia propuesta que consiste en incluir los textiles mexicanos en carteras, cosmetiqueras, monederos, bolsas, cojines, puffs, neceser “y lo que se acumule”.

La definición del valor agregado: la artesanía textil mexicana, un mar de oportunidades

Para encontrar el toque mexicano de sus bolsas, Angélika echó mano de su formación como fotógrafa y la sensibilidad visual que ésta le ha dado: “me ayudó mucho el trabajo con colores y combinaciones”. Los bordados son creados en su totalidad por las mujeres, lo que permite mantener y enfatizar el valor artesanal: “que ellas como mujeres, como creativas, como artesanas, se lancen a hacer lo que quieran, yo les saco jugo. Les digo que no dejen de ponerle su power y que le echen su magia, sus manos… -¡todo tiene magia muchachas, suéltenlo!-“

Una vez seleccionado el bordado, Angélika realizó un pequeño estudio de mercado donde identificó que no había sido aplicado en este tipo de productos e investigó el lugar donde se realiza, el municipio Jalapa de Díaz, Tuxtepec, Oaxaca.

Por supuesto, esta labor de investigación no termina. A dos años de trabajo, Angélika ha encontrado ya otros bordados que aún no han sido explotados.

La búsqueda de aliados: las instituciones como fuentes de vinculación con otros actores

Angélika acudió a la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas (CDI)* quienes la orientaron y la llevaron a las comunidades de Jalapa de Díaz para reunirse con diez grupos de mujeres organizadas** en torno a la elaboración de blusas bordadas: “les expliqué que yo no hago blusas y que quería usar el bordado de sus blusas en bolsas. Preparé muestras señalando dónde iría su trabajo.”

Sólo dos grupos de mujeres aceptaron, tras lo cual, Angélika se fue a las comunidades de Loma Naranjo y Zacatal, para definir, en conjunto con las mujeres, la forma en la que trabajarían juntas.

El trabajo con comunidades indígenas: otra forma de concebir la vida

“Algunos de los grupos con los que platiqué no quisieron porque es un cambio de chip: ´a mí me enseñaron a hacer hipiles y blusas y a bordar de esta manera´, y estos proyectos implican cambiarles todo el panorama de trabajo, lo que han estado haciendo toda su vida.”

Respecto a la forma de relacionarse con estos grupos de usos y costumbres totalmente distintos a los citadinos, Angélika enfatiza lo sorprendente de que una persona, sin conocerte, tome la decisión de trabajar en conjunto: “Cada grupo tiene una representante que habla español, Elvira es una de ellas y desde principio me ofreció su casa, me abrió su mundo y eso me encantó”.

El trabajo con el otro grupo ha experimentado algunos tropiezos por la diferencia de idiomas: “ha sido un poco difícil entendernos, por ejemplo, en un principio me hilvanaron la tela en donde tenían que bordar, explicarles esto fue difícil porque era como el teléfono descompuesto”

La producción: el ritmo de los artesanos

A partir del proceso acordado, Angélika realiza el diseño de los productos, lleva a las mujeres los lienzos con las áreas de bordado ya definidas, los recoge, y una persona le ayuda a elaborar las bolsas y a ensamblar en ellas los lienzos bordados.

Los grupos varían de 6 a 10 mujeres, y cada una se compromete a trabajar un lienzo. Los tiempos de bordado varían entre uno y dos meses de mujer a mujer y se ven también afectados por trabajos alternos, es por ello que se ayudan unas a otras de manera que puedan entregarle entre 10 y 15 lienzos a Angélika cada vez que va a recogerlos.

Estas variaciones en cantidad y tiempos han llevado a Angélika a replantearse continuamente los tiempos de su negocio: “me cambió totalmente el ritmo con el que había trabajado, es muy diferente trabajar con este tipo de comunidades”.

El volumen de producción inició con 10 bolsas por periodo y recientemente subió a 20, mientras que los periodos se han reducido de 3 a 1.5 meses. Esto en buena medida, debido a que la estrategia de venta se amplió de la tienda a los bazares con buenos resultados. “la ventaja es que las mujeres se pueden organizar para producir más, quieren más.”

El arreglo comercial: sin regateos

En cuanto al arreglo comercial “ellas me pusieron su precio, y acordamos un cálculo como medición”. Con ese punto de partida y como parte de su compromiso por un “precio justo”, las utilidades han sido bajas durante el arranque del negocio debido a toda esta dinámica de trabajo. Sin embargo, a medida que experimenta, aprende y se adapta, el negocio empieza a fluir.

El punto de venta: la unión de esfuerzos por un objetivo común

Para dar impulso a Lunaje, Angélika se unió con otros 2 diseñadores que conoció en el bazar Fusión y con quienes concibió a Tenderete, una tienda para exhibir y vender sus productos. Finalmente fue un grupo de 6 personas el que dio vida al proyecto con una pequeña inversión.

Sin experiencia sobre el manejo de la tienda, esta sociedad abrió sus puertas a diseñadores ya no como socios sino como invitados: “queríamos tener precios bajos para que la gente pudiera comprar pero tuvimos que invitar a más diseñadores y subir un poco los precios porque no daban para sostener una tienda.” Esta medida y el reparto de responsabilidades les ha permitido tener a una persona encargada de la tienda y a tener más variedad en la tienda lo que a su vez atrae más clientes. Tanto los diseñadores fundadores como los invitados, que pueden variar, dejan su producto a consignación.

Actualmente Tenderete ofrece productos de 20 diseñadores. Los fundadores deciden en conjunto quien entra a la tienda para lo cual se enfocan en la calidad de los productos, en la experiencia de los diseñadores, en su manejo de redes, y en el funcionamiento previo de la marca.

La demanda y las oportunidades de crecimiento: la revalorización de la artesanía y mexicanidad

Angélika cuanta que ha recibido muy buenos comentarios sobre sus productos principalmente debido a que el bordado gusta mucho al igual que la idea de mezclarlo con cosas funcionales. Por otro lado, desde hace un año Lunaje ha mezclado el punto de venta fijo con su presencia en bazares con resultados favorables por lo que Angélika está ya estudiando sus posibilidades de incrementar la producción, de acuerdo a los tiempos y capacidad de producción, la estacionalidad y otros factores.

La recomendación

Que les guste muchísimo y que tengan mucha paciencia. Este tipo de negocio es también una responsabilidad con ellas…

Lo que aprendí

Las producciones pequeñas no necesariamente implican un mal negocio. Puede ser mejor aprender a manejar los ritmos que enfocarse en producir y vender más.


* La CDI es una institución orientadora de las políticas públicas para el desarrollo integral y sustentable de los pueblos y comunidades indígenas, que promueve el respeto a sus culturas y el ejercicio de sus derechos. http://www.cdi.gob.mx/historias/

**Las mujeres organizadas de estas comunidades se coordinan para pedir material, máquinas de coser y otros tipos de apoyo. Salen a vender sus blusas a poblaciones más grandes y a las carreteras. Como la CDI ya las tiene ubicadas, en ocasiones las llaman para exposiciones en el DF y otras ciudades.

Lunaje

  • Tenderete

Jalapa 130, esq. Guanajuato, Colonia Roma. México, D.F. 

Redes Sociales: @lunajemarca, facebook.com/www.lunaje.com.mx

  • La ofrenda concept store

Privada Rayón #188 Norte, Entre Abasolo y Ocampo, Centro Histórico. Torreón, Coahuila, México.


Alex Expok  Alejandra Meza

Se dedica al desarrollo de contenidos para el Centro Regional en América Latina y el Caribe en apoyo al Pacto Mundial de la ONU y colabora con el Observatorio Mexicano de Responsabilidad Social Universitaria, OMERSU, entre otros proyectos de Responsabilidad Social. Contacto: [email protected], Facebook.com/Alebrije777, Twitter.com/Ale_brije77

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