¿Y si te dijeran que en solo un fin de semana puedes cambiar la vida de una familia… y también la tuya? Aunque suene extraordinario, es real. Solo se necesita voluntad, generosidad y el deseo profundo de hacer la diferencia.
Imagina por un momento que no sabes dónde vas a dormir esta noche. Que el calor, la lluvia o el frío atraviesan muros improvisados. Que tu familia sobrevive en condiciones que lastiman su dignidad. Esta es la realidad de miles de personas en nuestro país. Y también es la razón por la que tantas manos se unen para construir esperanza.
En Construyendo, la voluntad se convierte en acción. Gracias al esfuerzo colectivo de voluntarios y aliados, hoy existen cientos de viviendas, aulas, clínicas, albergues y centros comunitarios. Cada uno de ellos no es solo una estructura: es un espacio que transforma, que dignifica, que renueva vidas. Y tú, ¿te animas a ser parte de esta historia a través del voluntariado Construyendo?
Voluntad para ayudar: el pilar de Construyendo
Construyendo nació en 2008 gracias a la visión de personas que decidieron ver lo que otros ignoraban: la urgente necesidad de un hogar para miles de familias. Desde entonces, han invitado a más y más personas a sumarse a esta causa y visibilizar a quienes han perdido su casa o nunca la han tenido.
Un ejemplo reciente fue la llegada del huracán Otis en Acapulco, Guerrero en 2023. Ante la emergencia que afectó a más de 250 mil viviendas y dejó daños estimados en 16 millones de dólares, Construyendo no dudó en activar a su comunidad de voluntarios para levantar, desde cero, no solo viviendas, sino también espacios comunitarios que devolvieran dignidad, seguridad y estabilidad emocional a las personas afectadas.

Y estas construcciones no son comunes. Se diseñan con innovación y funcionalidad: estructuras resistentes a huracanes como Otis, con muros aislantes, mosquiteros para prevenir enfermedades, y materiales pensados para perdurar. Aquí, cada detalle importa.
Sumarse a Construyendo no es solo alzar una pared; es levantar un hogar, tejer comunidad y ser el puente entre la generosidad de aliados estratégicos y el bienestar tangible de quienes más lo necesitan. Es, en realidad, ser parte de un proyecto que transforma de manera integral. Esa es la esencia del voluntariado Construyendo: dejar una huella duradera en quienes más lo necesitan.
¿Por qué hacer un voluntariado?
Las razones sobran. Pero entre los beneficios más valiosos de hacer un voluntariado, destacan:
- Desarrollas nuevas habilidades: trabajo en equipo, liderazgo, construcción, comunicación… todo suma.
- Fortaleces tu red de contactos: conoces a personas con los mismos valores, lo que abre puertas tanto personales como profesionales.
- Mejoras tu bienestar emocional: ayudar genera propósito, gratitud, alegría. ¡Está comprobado que el voluntariado mejora el estado de ánimo!
- Aumentas tu empatía y conciencia social: te conectas con realidades distintas y aprendes a mirar el mundo con nuevos ojos.
- Dejas una huella positiva: más allá de lo que tú aprendes o vives, estás dejando una marca en la vida de alguien más.
Porque hacer un voluntariado es mucho más que donar tiempo: es regalar presencia, empatía y acción. Es mirar de frente las necesidades de otros y decidir no ser indiferente. Porque cuando te sumas, no solo ayudas a construir una casa… también edificas vínculos, confianza y esperanza. Descubres que en ese intercambio de esfuerzos y tú también te transformas. Y eso es precisamente lo que hace único al voluntariado Construyendo.
¿Cómo puedo participar?
Hay muchas maneras de hacerlo: a través de tu empresa, desde una escuela, o simplemente contagiando tu entusiasmo a tu familia y amigos. Durante dos o tres días, serás parte de un equipo que comparte un mismo propósito: transformar vidas, desde el corazón.
Y sí, vas a cargar paneles, alinear muros y mezclar cemento. Pero también vas a escuchar historias, conectar con otras personas y descubrir que tu tiempo y tus manos pueden significar un nuevo comienzo para alguien.
No importa el tipo de voluntariado que elijas, cada uno tiene su magia:
- Voluntariado empresarial: fortalece la cultura organizacional, el liderazgo y la integración entre equipos.
- Voluntariado académico: une a estudiantes y docentes a través de la empatía y el compromiso social.
- Voluntariado familiar o entre amigos: una experiencia íntima, transformadora y profundamente emotiva.
No olvides que cada jornada de voluntariado Construyendo es un recordatorio de lo esencial. Como lo dice Mariana Valle Raña, voluntaria de Construyendo:
“En la obra encuentro esperanza, comunidad y autenticidad, y por eso vuelvo: porque ahí me siento viva y me reconstruyo.”
Y no es la única. Hay quienes regresan una y otra vez, como Javier Quiróz, que resume su experiencia así:
“Ser voluntario me ha hecho crecer. Dejo un hogar distinto, nuevas amistades y la certeza de haber hecho la diferencia.”
Estos son solo algunos de los testimonios de los más de 67 mil voluntarios que han descubierto que construir también es sanar, conectar y transformar.
Recuerda que se trata de poner el alma en cada pared. Es aprender que la verdadera transformación ocurre cuando una comunidad entera se une para cambiar realidades. En cada jornada, los participantes del voluntariado Construyendo no solo dan forma a un hogar, sino que también moldean una nueva versión de sí mismos: más empática, más consciente, más comprometida con el bienestar colectivo.
Hoy más que nunca, necesitamos personas que se atrevan a actuar, que crean en la fuerza de la solidaridad y en el poder de las pequeñas grandes acciones. Si alguna vez has querido marcar la diferencia, este es tu momento. Porque en Construyendo, cada voluntario cuenta, cada historia suma y representa una esperanza firme.
¿Listo para ser parte de algo que deja huella? Conoce más sobre el voluntariado Construyendo y entérate de cómo puedes unirte haciendo click aquí.