Una mujer comprometida con la ecología no sólo importa productos de China que son manufacturados para Europa, sino que se pregunta: ¿por qué no somos capaces de intentar siquiera atender ese mercado que el día de mañana será maduro y gobernará las decisiones de consumidores?
La urbanista Esther Hernández M. es una mexicana que lleva a su máxima expresión el cuidado del medio ambiente y la vocación ecologista. Encabeza una microempresa orientada a la importación y comercialización de productos de consumo usual desechables, con la característica de que éstos sí son biodegradables. Para su sorpresa, son productos que elabora China.
Desde luego no los consume; los exporta, y por supuesto que a un mercado que es hoy el dominante en esa demanda: Europa.
Shell, en San Luis Potosí, levanta una planta que produce desechables biodegradables. Pero, ¿es la Shell la única que puede producirlos? ¿Es China la única nación que puede abastecer a Europa de estos productos? ¿No existe la posibilidad de que las Mipymes mexicanas consigan financiamiento o alianzas estratégicas para conformar unidades productivas? Productos de fécula de maíz o de papa, vasos desechables para portar fríos o calientes, envases para alimentos pequeños o grandes, fríos o calientes, guisados con caldos o productos «secos», macetas de bambú con carbonato de calcio. Macetas de coco. Más de 35 distintos productos.
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