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Walmart, Puma y Amazon utilizan el 8M para sacar ofertas y promociones, ¿y la RSE?

El 8 de marzo, día de la conmemoración y lucha por los derechos de las mujeres, llegó con una avalancha de ofertas y promociones de marcas como Walmart, Amazon y Puma, una práctica que pone en duda la responsabilidad social empresarial (RSE) de estas y otras organizaciones que, en lugar de centrarse en el significado de la fecha, han optado por convertir el día en una estrategia comercial. 

Si buscamos el lado bueno de estas acciones, bien podrían parecer un gesto amable, pero, en realidad, es una práctica oportunista disfrazada de apoyo, que trivializa una jornada históricamente dedicada al activismo y la visibilización de las desigualdades de género. Lamentablemente, las ofertas del 8M se han convertido en una táctica recurrente para atraer clientas sin ofrecer soluciones reales a las problemáticas que enfrentan las mujeres.

Marcas lanzan “ofertas del 8M”

Diferentes marcas han anunciado promociones especiales para el 8 de marzo en sus sitios oficiales y medios de comunicación. Algunas de estas incluyen:

  • Walmart: Descuentos en productos de belleza, cosméticos y servicios de salud, como mastografías sin costo y papanicolaou con descuento.
  • Amazon: Ofertas en libros sobre feminismo y empoderamiento femenino, así como descuentos en ropa y accesorios.
  • Puma: Promociones en productos de su línea deportiva femenina y descuentos exclusivos por compras en línea.
  • Bodega Aurrera: Cupones de descuento en comida rápida y entretenimiento para clientas que realicen compras superiores a determinado monto.
ofertas del 8M

Lejos de representar un compromiso con la igualdad de género y la lucha por los derechos de las mujeres, las ofertas del 8M que ciertas marcas han ofrecido no sólo denotan una falta de comprensión del movimiento feminista, sino también una carencia de RSE, ya que, para mostrar un verdadero apoyo a la lucha de las mujeres es necesario implementar acciones con impacto real y profundo en las problemáticas que ellas enfrentan, no en descuentos y acciones superficiales.

El 8M: una fecha de lucha, no de consumo

El 8 de marzo es un día internacionalmente dedicado a visibilizar las desigualdades de género, las violencias que sufren las mujeres e impulsar la lucha por sus derechos. Aunque existen diversos acontecimientos históricos que han motivado la conmemoración, uno de los más aceptados como el origen de la fecha es una huelga de mujeres que ocurrió en Rusia el año de 1917 cuando, en plena Primera Guerra Mundial, miles de trabajadoras textiles y obreras salieron a las calles de Petrogrado (actual San Petersburgo) el 23 de febrero marcado por el calendario juliano, que era el utilizado en Rusia en ese momento y que, en el calendario gregoriano, que utilizamos actualmente, corresponde al 8 de marzo. Bajo el lema «pan y paz», las manifestantes exigían mejores condiciones laborales, acceso a alimentos y el fin de la guerra. 

La protesta creció rápidamente y derivó en una movilización masiva que llevó a la caída del régimen zarista y a la instauración de un gobierno provisional que concedió a las mujeres el derecho al voto en Rusia, mucho antes que en otros países europeos. Desde entonces, la jornada se ha convertido en un símbolo de lucha por la equidad y lucha por los derechos femeninos. El Día Internacional de la Mujer es un recordatorio de las injusticias y violencias sistemáticas que millones de mujeres enfrentan día a día, sin embargo, prácticas como las ofertas del 8M amenazan con convertirlo en un evento comercial y un claro ejemplo de whitewashing.

Las ofertas del 8M parecen ser más una estrategia de marketing utilizada por empresas, instituciones y gobiernos para aparentar compromiso con causas sociales sin adoptar acciones que realmente contribuyan a la solución de las problemáticas. En el contexto del 8M, muchas compañías utilizan las causas feministas con fines comerciales a través de campañas publicitarias y ofertas especiales, intentando posicionarse como aliadas del movimiento, pero sin modificar sus políticas laborales, salariales o estructurales que perpetúan la desigualdad de género.

ofertas del 8M

Transformar el 8M en una oportunidad comercial no solo distorsiona el propósito de la conmemoración, sino que desvía la atención de las problemáticas que deberían abordarse, como la brecha salarial, la violencia de género y la falta de acceso a derechos fundamentales, ya que, en lugar de generar cambios reales, las empresas se benefician económicamente de una lucha social que no respaldan en su operación diaria.

¿Por qué las ofertas del 8M no son una solución real?

En el caso del 8M, las ofertas comerciales no representan una solución real para los retos y desigualdades que enfrentan las mujeres debido a que:

  • Los descuentos en productos no resuelven la inequidad económica. En lugar de ofrecer rebajas, las empresas deberían garantizar equidad salarial, ascensos justos y políticas de contratación incluyentes.
  • Las promociones en salud no son suficientes, si el acceso sigue siendo limitado. No basta con ofrecer mastografías gratuitas una vez al año; es necesario fortalecer los sistemas de salud pública y asegurar atención médica de calidad y accesible para todas las mujeres.
  • Los descuentos en comida rápida no solucionan la inseguridad alimentaria. En lugar de promociones temporales en restaurantes, se requieren programas de alimentación sostenible y subsidios que reduzcan la pobreza y garanticen acceso a una dieta nutritiva para mujeres, adolescentes y niñas en situación de vulnerabilidad.
ofertas del 8M
  • Las ofertas en educación no solucionan la desigualdad en el acceso a la educación. Más allá de cursos con descuentos, las empresas pueden contribuir a cerrar la brecha educativa a través de becas, mentorías y programas que fomenten la inclusión de mujeres en sectores estratégicos como la ciencia y la tecnología.
  • Las promociones no combaten la violencia de género. Mientras las marcas impulsan estrategias comerciales en el 8M, la violencia contra las mujeres sigue en aumento. En lugar de lanzar cupones de descuento, las empresas deben invertir en políticas de prevención, apoyo a víctimas y ambientes laborales seguros y libres de acoso.
  • Las promociones en ropa y cosméticos no ayudan a combatir los estereotipos de belleza. Ofrecer descuentos en estos productos no contribuye a erradicar la presión social sobre la apariencia de las mujeres ni a redefinir su valor más allá de lo estético. En su lugar, las empresas deberían impulsar campañas que fomenten la diversidad, la autoaceptación y el reconocimiento de la mujer por sus capacidades y logros, no por su imagen.

Las ofertas del 8M no abordan estas problemáticas, sino que desvían la conversación de lo realmente urgente y necesario para garantizar la igualdad de género.

¿Cómo pueden las empresas evitar este tipo de situaciones?

Las empresas pueden demostrar su compromiso con la igualdad de género de manera responsable. Algunas recomendaciones incluyen:

  • Implementar políticas salariales equitativas y garantizar igualdad de oportunidades.
  • Fomentar ambientes laborales libres de violencia de género y acoso.
  • Apoyar programas de educación y formación para mujeres y niñas en sectores históricamente dominados por hombres.
  • Invertir en iniciativas de impacto social enfocadas en empoderamiento femenino.
  • Evitar el uso de la imagen feminista como estrategia comercial, y en su lugar, comprometerse con acciones concretas todo el año.
lucha feminista

Las ofertas del 8M son un reflejo del oportunismo corporativo y la falta de comprensión sobre la lucha feminista. Convertir una fecha de protesta en un evento de descuentos desvirtúa su significado y minimiza las problemáticas estructurales que enfrentan las mujeres en el mundo.

Las empresas tienen la responsabilidad de alinear sus valores con acciones concretas y coherentes durante todo el año. En lugar de lanzar ofertas del 8M y promociones, deberían comprometerse con la equidad de género a través de políticas de inclusión, apoyo a iniciativas feministas y garantías de derechos para sus trabajadoras y clientas.

El 8M no es una celebración comercial, sino un recordatorio de la deuda histórica con los derechos de las mujeres. Es tiempo de que las empresas lo entiendan y actúen en consecuencia.

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