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Una nueva empresa para una nueva sociedad

Por: Antonio Tamayo Neyra

La Responsabilidad Social Empresarial, más que un modelo de gestión para la administración de una organización, eventualmente puede convertirse en una visión de cómo puede organizarse la sociedad en términos generales.

Es interesante el darse cuenta que en pleno siglo XXI, a poco más de 200 años que se iniciara el desarrollo de la empresa como una organización meramente mercantil y con fines económicos, todavía hay quienes la quieren seguir considerando en la actualidad como lo fuera en los “mil setecientos y tantos”, como una entidad que solo busca y tiene como finalidad única, la obtención de utilidades para sus dueños, o en términos genéricos, para el gran capital.

Contextualizando un poco, en aquellas épocas todavía imperaba en forma dominante la esclavitud, la marginación de la mujer, y las primeras empresas no tenían el más mínimo cuidado en atender a sus trabajadores, es decir, en el caso de este último punto, el concepto de relaciones laborales no existía en lo más mínimo.

El trabajador era considerado como un recurso más, buscando con ello elevar la productividad y por consiguiente elevar la utilidad al máximo posible.

Durante el siglo XIX y principios del XX, vinieron las fuertes reacciones ante tales inquietudes, ejemplo de ello fue la aparición de Carlos Marx, y poco después Taylor, Fayol y Mayo; todos ellos a su manera buscando dar una mayor importancia al recurso humano y atenderlo de diferente manera.

En todo este tiempo, la empresa siguió teniendo como su función única su visión económica y utilitaria, dejando la parte social a los gobiernos; manejándose y conceptualizando a la empresa como un ente aparte, ajeno a los cambios sociales que se daban en su entorno.

Y así, a pesar de todo este tiempo transcurrido, en la actualidad todavía es posible constatar que en mayor o menor grado, en forma descarada o simulada, la mentalidad y el paradigma de inicios de la Revolución Industrial del siglo XVII se mantiene vigente.

Para algunos la responsabilidad social es una simple mascarada y maquillaje, o bien es el nuevo esquema para continuar operando y administrando la empresa con los mismos fines que fue concebida hace 200 años, la búsqueda y el incremento de las utilidades para los dueños y directivos del capital, pero con un formato diferente, donde el trabajador del conocimiento viene a sustituir al operador que vendía solamente su mano de obra.

De ser cierto lo anterior, la empresa sigue siendo ajena a su entorno, el cual parece que si ha cambiado en todos estos años, o bien, que todos los cambios sociales son cosméticos y que en el fondo, realmente la mentalidad imperante del mercantilismo y utilitarismo sigue siendo la misma.

La crisis financiera de estos últimos años puede ser un claro ejemplo de que muchas cosas no han cambiado, ya que según estudiosos al respecto, señalan que estas crisis económicas tienen su origen en una falta de ética que tiene la avaricia como meta principal.

Buscando ver el “vaso medio lleno”, esta crisis tal vez sea el momento o la coyuntura adecuada que sirva para terminar con estas crisis que en su ciclicidad, ya se han convertido en algo crónico y por lo tanto se han considerado como normales.

Desde esta perspectiva es necesario terminar con dicha “normalidad”, y empezar a considerar nuevos paradigmas, y entre ellos el ver a la empresa más que una entidad económica que tiene como su credo principal la búsqueda de utilidades para unos cuantos, y darle un sentido social en el más amplio de los términos.

Y este primer paso es considerar a la empresa como parte de la sociedad y no una entidad aparte, como antes se señaló, que cumpla su papel de Ciudadanía Corporativa, y que además evalúe y mida su impacto e influencia social; tomando en cuenta además que no solo es una entidad en sí misma, sino que su existencia y desenvolvimiento está dado por seres humanos, seres que son parte de una sociedad.

Así, la empresa como el resto de instituciones sociales, ya sean privadas o públicas, no pueden ya manejarse de manera autista, todas tienen una responsabilidad social y por lo tanto deben de buscar cumplirla cabalmente.

Seguiremos platicando…

Blog: http://atamayon.blogspot.com



Antonio Rey Tamayo Neyra

Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)

También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.

Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.

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