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Trabaja UNAM por la salud

Trabajan en la UNAM a contrarreloj produciendo elementos radioactivos, pues el material tiene una vigencia sólo de minutos

De los cuatro laboratorios que hay en el País para producir radiofármacos que ayudan a realizar diagnósticos y tratamientos más precisos para los pacientes de cáncer, enfermedades cardiacas y neurológicas, uno está en la UNAM.

Este laboratorio, ubicado en la Facultad de Medicina, se conoce como Unidad responsable del Ciclotrón, Radiofarmacia y Micro-PET y es también el único operado por una institución pública en México.

Allí, cada día, desde las 03:00 de la mañana inicia el proceso para elaborar las unidosis que deben estar en los hospitales antes de las 07:00 horas para hacer las detecciones y seguimiento de diversos padecimientos.

«Tenemos que producirlos todos los días, en el momento en que se van a utilizar o unas cuantas horas antes, dependiendo de la vida media de cada radio-núcleo con el que marcamos las moléculas.

«Por ejemplo, el Flour 18 que es lo más utilizado, tiene una vida media de 110 minutos. Si yo produzco 100 unidades, a la hora me queda la mitad porque están emitiendo radiación, decayendo y transformándose en otros elementos estables», explicó Miguel Ángel Ávila, responsable del área de producción de radiofármacos de la unidad PET, de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Miguel Ángel Ávila, responsable del área de producción de radiofármacos, indicó que elaboran entre el 80 y 90 por ciento de los radiofármacos que se utilizan en los hospitales públicos y privados de la Zona Metropolitana.

La unidad se mantiene con recursos autogenerados

De lunes a sábado, desde las 03:00 horas, físicos, químicos y médicos de la UNAM empiezan el proceso para elaborar radiofármacos.

El proceso es iniciado por físicos que en la unidad conocida como Ciclotrón -donde se aceleran partículas- preparan el material radioactivo. Luego, químicos «pegan» este material a moléculas biológicas que ayudarán a ver el camino que las sustancias radioactivas siguen en el cuerpo de los pacientes.

Posteriormente, estos radiofármacos pasan por controles de calidad, para después ser enviados en unidades a los hospitales de la Zona Metropolitana.

Sin embargo, comentó Ávila, hay radiofármacos como los elaborados con Carbono 11 cuya vida media llega a ser hasta de 20 minutos.

Los materiales radioactivos son manipulados mediante robots y los integrantes del laboratorio siguen la normatividad de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguarda, dirigida por la Secretaría de Energía.

Todos los días se elaboran mediante este proceso unas 50 dosis para pacientes.

Y aunque la UNAM puede producir 10 diferentes radiofármacos, el más utilizado es el conocido como FDG que esta disponible todos los días. El resto se elaboran uno o dos días a la semana, dependiendo de la demanda.

La unidad sólo descansa los domingos y algunos días festivos

«Si paramos nosotros, paramos a todos los hospitales», agrega Ávila.

En este laboratorio también se realizan Tomografías por Emisión de Positrones (PET por sus siglas en inglés) que son estudios de cuerpo entero realizados a pacientes referidos por médicos e instituciones de diferentes partes del País.

El año pasado se efectuaron unos 2 mil 500 estudios y unas 10 mil 500 unidosis de radiofármacos.

Esta una unidad de servicio, investigación y docencia pues además de producir radiofármacos también forma alumnos de posgrado de física y química y otros de medicina asisten a la especialidad en tomografía por emisión de positrones.

Los recursos obtenidos por los servicios, dijo Ávila, son invertidos en el mantenimiento de los equipos, así como en proyectos de investigación pues esta unidad funciona con recursos autogenerados ya que no cuenta con presupuesto de la UNAM, aunque utiliza instalaciones, servicios y personal de la institución.

«Lo que más pega en los egresos es el mantenimiento a los equipos que son muy sofisticados, muy caros y una buena parte de los recursos se van a los contratos de servicios con las diferentes compañías», agregó el especialista

El laboratorio cuenta además con un área micro-PET, donde se realizan estudio de los radiofármacos en roedores, antes de aplicarse en humanos.

Ávila añadió que el Conacyt les otorga recursos para la investigación sobre nuevos radiofármacos y los más novedosos son los que podrían tener aplicaciones para atender enfermedades como Parkinson, Alzheimer, esquizofrenia y farmacodependencia.

Fuente: elnorte.com
Por: Mirtha Hernández
Publicada: 07 de mayo de 2012

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