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Protesta contra el cambio climático; una joven lo hace una vez por semana

Los niños son el futuro de la sociedad. ¿Qué mundo les dejaremos? Esta es una pregunta que surge en varios adultos, sin embargo, hay una joven de 16 años que se hace esta pregunta día con día e incluso falta un día a la semana a la escuela para protestar a favor del planeta y en contra del cambio climático.

Se trata de Greta Thunberg una joven sueca que lidera un movimiento juvenil en Europa y que cada viernes sale de su casa para protestar contra el gobierno por su accionar contra el calentamiento global.

Su protesta ha ido más allá y recientemente se presentó en la ciudad suiza de Davos, donde Thunberg habló frente a los líderes del mundo que se reúnen cada año en el marco del Foro Económico Mundial.

En su discurso, Thunberg dijo que “nuestra casa está en llamas. Estoy acá para decirles que nuestro hogar está ardiendo”.

Thunberg es un ejemplo para cientos de estudiantes, tanto que ellos también han decidido salir y marchar en Berlín para exigir más medidas para evitar el calentamiento global. En esa misma semana, 12 mil estudiantes se movilizaron en Bruselas, donde se encuentra la sede de la Unión Europea y exigir lo mismo.

Greta Thunberg es una niña que hace un año asistía a la escuela de forma habitual en la ciudad de Estocolmo.

Sin embargo, ese verano fue complicado: hubo una ola de calor que afectó gran parte del país lo que originó más de 50 incendios que arrasaron con 20 mil hectáreas. Este panorama fue el que determinó que Thunberg saliera a protestar.

Fue así que desde el 20 de agosto se detuvo frente al Parlamento sueco y anunció que no iba a regresar a la escuela hasta que la escucharan.

«Estoy protestando sobre el cambio climático, porque a nadie parece importarle lo que está ocurriendo. Nadie parece estar haciendo algo”

“Sé que mis padres quieren que vuelva al colegio, pero también entienden lo que estoy haciendo aquí”.

Todos los viernes se salta sus clases y va a protestar, un hecho que ha atraído la atención de cientos de personas e incluso de organizaciones ambientales que han respaldado su llamado y además la han invitado a hablar en eventos como la Cumbre sobre Cambio Climático (COP24), que se realizó en Polonia hace unas semanas.

Según los diarios como The Guardian y The New York Times este hecho se ha replicado en cerca de 270 ciudades del mundo.

“Nunca pensé que esto se iba a convertir en algo tan grande. Ahora está en los cinco continentes. Es increíble”.

Thunberg no viaja en avión y critica a los que viajan a Suiza en ellos para hablar sobre la crisis del clima. “Creo que es un poco de hipocresía viajar en jet privado a un lugar donde van a hablar sobre la crisis del clima. Los escucho decir ‘esto nos importa mucho’, pero no es así”.

Durante su conferencia en Davos, Thunberg dijo que «algunas personas, algunas empresas, saben exactamente qué valores intransferibles han sacrificado para continuar produciendo cantidades inimaginables de dinero. Y creo que muchos de ustedes pertenecen a ese grupo.

Hasta que Suecia esté en línea con el Acuerdo de París sobre el cambio climático, la joven sueca continuará su huelga de faltar al colegio.


Actualización

(El País)

Bélgica está sorprendida. Sus adolescentes se han lanzado a la huelga en los institutos y en esta ocasión no piden tasas educativas más bajas ni oportunidades de empleo al salir de las aulas. Desde hace tres semanas, miles de estudiantes de secundaria y bachillerato han dejado de asistir a clase los jueves y desfilan por las calles de Bruselas escoltados por la policía con un objetivo altruista: reclamar medidas efectivas contra el cambio climático. El crecimiento de la protesta es exponencial. El 10 de enero fueron 3.000 manifestantes, luego 12.500 y la pasada semana 35.000.

En la mañana de este jueves alumnos de todo el país han vuelto a reunirse para una nueva demostración de fuerza que ha congregado a 12.500 de ellos en Bruselas y 10.000 en Lieja. La cuestión climática ha aglutinado en Bélgica un descontento generacional tan poderoso como inesperado. Su potencia en la calle se ha vuelto imposible de ignorar. Y ha llevado la ecología a la agenda del primer ministro, Charles Michel, obligado a explicar en qué ha contribuido su Gobierno a frenar el deterioro del planeta. “Hemos hecho mucho, pero quizá no lo hemos sabido explicar demasiado bien”, justificó en el diario Le Soir.

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