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¿Por qué resulta atractivo obtener un distintivo de ESR, a pesar de que no siempre las empresas que obtienen estos certificados lo son?

1disdinDurante los últimos años se ha ido incrementando el interés de algunas empresas en México por obtener el certificado que otorga cada año el Cens instituciones que se distinguen por ser socialmente responsabtro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) a aquellales. Lo anterior me lleva a plantear algunas interrogantes: ¿Qué significa ser socialmente responsable? ¿Por qué resulta atractivo obtener un distintivo de esta naturaleza, a pesar de que no siempre las empresas que obtienen estos certificados lo son?

Por principio de cuentas habría que decir que ser socialmente responsables implica que las empresas, de verdad y sin simulación, estén comprometidas con mejores condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, y que puedan desarrollar sus actividades con el menor riesgo posible. Lo anterior también implica que los salarios que se pagan sean los más justos y adecuados en función de la responsabilidad que cada persona tiene para con la empresa, así como que no sean explotados en el desempeño de sus funciones. Debe también promoverse la capacitación y el desarrollo profesional de los empleados para su propio beneficio y el de empresa misma.

Lo anterior también significa no discriminar a las personas, ser incluyentes y fomentar la equidad de género, promover prácticas anticorrupción y fomentar una cultura de respeto a los derechos humanos. Ser socialmente responsables también implica cumplir con las diversas disposiciones legales que le aplican a cualquier giro, ya sea comercial, industrial, residencial, turístico o de servicios. Es muy común en nuestro país que muchas actividades se lleven a cabo al margen de la ley o buscando cómo burlarla, lo cual es contrario al espíritu de legalidad y Estado de derecho y tiene graves consecuencias económicas, sociales y ambientales.

Es importante aclarar también que ser socialmente responsable no implica necesariamente ser sustentable. De igual forma, llevar a cabo alguna acción aislada de «cuidado al medio ambiente» -como llevar un día a los empleados a plantar arbolitos- tampoco significa ser sustentable.

La sustentabilidad puede definirse como la habilidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las habilidades de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. Bajo esta premisa, una empresa sustentable es aquella que incorpora una visión integral en todos sus procesos, reduciendo los niveles de consumo de los materiales que emplean para la producción, incorpora tecnologías limpias para reducir sus emisiones y su huella de carbono, y establece una cadena de relación con proveedores, distribuidores y compradores que igualmente tengan un compromiso de sustentabilidad. En síntesis, una empresa sustentable crea valor social, ambiental y económico.

El ideal al que debemos aspirar es que México cuente cada vez más con empresas sustentables y socialmente responsables. Desafortunadamente, aún prevalece en nuestro país una cultura de simulación bajo la cual muchas empresas se autodenominan de una u otra forma, pero incurren en profundas contradicciones. Una empresa no puede, por ejemplo, ser socialmente responsable cuando por un lado dedica recursos y esfuerzos para proteger un área natural protegida y, al mismo tiempo, emplea a menores de edad en abierta violación a las leyes nacionales. Tristemente, estas cosas ocurren hoy en día y deben de evitarse a toda costa.

Igualmente, ser socialmente responsable implica un compromiso con los vecinos de una empresa para asegurar un buen manejo y vertimiento de las aguas residuales, adecuada disposición de los residuos peligrosos y la basura, así como control de emisiones contaminantes.

El cambio climático es una realidad que está obligando a modificar patrones de conducta tanto a nivel individual como de las empresas. Para hacer frente al problema se requiere un fuerte compromiso que se traduzca en la reducción de emisiones de bióxido de carbono (CO2), que son las principales causantes de este fenómeno. En tal sentido, vale la pena preguntarnos, ¿qué hará el sector privado para contribuir a mitigar los efectos del cambio climático? ¿Están dispuestos a hacer las inversiones en recursos humanos, dinero y en tecnología que se requieren? Es importante entender que destinar recursos para volverse sustentable y socialmente responsable no debe ser visto como un gasto, sino como una inversión que en un plazo relativamente corto redituará en ahorros significativos, así como en fortalecimiento de la imagen institucional tanto a nivel nacional como internacional.

No obstante todo lo anterior, en muchos casos las empresas buscan el certificado de empresa socialmente responsable para usarlo como un escudo o como una cortina de humo para aparentar que se comportan relativamente bien en su relación con la sociedad. En estos casos, nos encontramos en realidad frente al fenómeno conocido como green washing, es decir, un intento por mostrarse como una empresa «verde» y mostrar una imagen irreal para obtener ciertos beneficios. De consumarse, esto constituye un fraude y es responsabilidad de instituciones como el Cemefi vigilar estas conductas y evitar otorgar certificados de responsabilidad social a quienes no los merezcan.

Al final del día de lo que se trata es que, de manera abierta, franca y transparente, las empresas tengan un verdadero compromiso con la ciudadanía y con el medio ambiente, tomando en cuenta variables como la ambiental, laboral, social y cultural, entre otras. El camino a seguir no es fácil; se requiere cierta gradualidad para que los conceptos de sustentabilidad y responsabilidad social permeen y se conviertan en compromisos intrínsecamente asumidos por las empresas, de forma que se reflejen en todos los niveles de la organización y se traduzcan en beneficios reales para toda la sociedad.

Fuente: El Financiero, Sociedad, p. 25.
Por: Gustavo Alanís.
Publicada: 22 de junio de 2011.

1 COMENTARIO

  1. Una crítica muy constructiva, es bueno siempre ver la otra cara de la moneda. Para mí hay tres tipos de empresas hablando de RSE y Sustentabilidad: las comprometidas y auténticas, las muy de buena intención aunque poco impacto, y aquellas que solo lo usan como marketing. De cualquier forma el hecho de ostentarse públicamente como ESR, significa ponerse en el reflector, donde medios de comunicación, autoridades, ciudadanos y consumidores responsables habremos de premiar o castigar mediante un análisis concienzudo, la veracidad de estos distintivos, premios, programas, etc, en cada empresa y luego hacer público dicho análisis.

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