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¿Muerte sustentable? Con estas tendencias es posible

Para Jae Rhim Lee la manera en la que la cultura occidental entierra a sus muertos constituye una negación de la muerte y es un «asunto crítico» para el medio ambiente.

La artista estadounidense ha invertido los últimos años de su vida en el desarrollo de una sofisticada indumentaria basada en una mezcla de hongos «come-carne», que efectivamente descompone rápidamente los cadáveres, los limpia de toxinas y proporciona nutrientes a la tierra.

Se trata del «Traje de entierro infinito» que empezó a llamar la atención del público estadounidense cuando Lee llegó vistiendo uno de ellos a una de las populares conferencias «Ted Talks», en 2011.

Consiste en un enterizo, diseñado por Lee -profesora e investigadora de la Universidad Tecnológica de Massachusetts y de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos- y confeccionado en una tela similar al algodón, a base de hongos y otros materiales naturales, con el que pretende que las personas reemplacen los ataúdes tradicionales.

«Nuestra misión es retar a nuestra cultura a aceptar la muerte», le dice a BBC Mundo Lee en una entrevista en su taller de Brooklyn, en Nueva York.

«La aceptación de la muerte es muy importante para la sostenibilidad ambiental», explica.

«Nosotros necesitamos regresar a la tierra porque somos energía y recursos acumulados en nuestros cuerpos», agrega la mujer nacida en Corea del Sur y criada cerca de la ciudad de Boston.

«Una vez que tú aceptas que eres mortal, que eres parte de la Tierra, que estás hecho de las mismas cosas y que además eres una casa de almacenaje, no sólo de fuentes de energía sino también de toxinas, puedes empezar a tomar responsabilidad en el largo camino del planeta», señala.

Cada vez más adeptos

Algo tiene sentido con el creciente interés que existe en los «entierros verdes» entre el público estadounidense.

Una encuesta realizada de 2015 por el Consejo de Información Funerario de Estados Unidos, indica que el 64% de adultos mayores de 40 años optaría por opciones ecológicas para su propio funeral.

El menú de opciones disponibles en el mercado incluye desde el traje de hongos de Lee hasta ataúdes de cartón biodegradables, pasando por cementerios completamente verdes sin monumentos ni tumbas o cenizas que se convierten en diamantes o árboles.

«Se ve tan natural, tan dormido»

Entre las variantes de entierros ecológicos se encuentra usar ataúdes de cartón en vez de otros materiales.

De acuerdo a la investigación de Lee, en el caso de Estados Unidos, los entierros convencionales le agregan a la tierra alrededor de 800.000 galones de formaldehído, un compuesto químico presente en productos de limpieza y
cosméticos de uso cotidiano, que se aplica sobre los cadáveres en los funerales convencionales en lo que ella describe como un «falso intento» de preservación de los cuerpos.

«Intentan simular que la persona muerta está dormida. Le ponen maquillaje y usan todo tiempo de químicos y técnicas como objetos en los ojos y la boca del cadáver para que la gente vea a su ser amado en una especie de bella escena de sueño eterno», afirma Lee.

«La gente dice «luce tan natural, luce tan descansado, ¿qué significa eso?», se pregunta Lee, «si está muerto».

Con Lee coincide Kate Kalanick, del Consejo de Entierros Verdes (GBC, por sus siglas en inglés).

«Se ha perpetuado erróneamente la idea de que de que uno necesita todo este tipo de cosas elegantes para ser enterrado», le dice a BBC Mundo Kalanick, directora del GBC, organización ecológica que ha diseñado los
parámetros de entierros ecológicos en EE.UU. y que certifica a los proveedores y prestadores de estos servicios en el país.

«Porque la muerte es una conversación incómoda para muchas personas», afirma, «pero he visto que cuando descubren lo que yo hago tienen muchas preguntas y están abiertos a hablar de eso».

Datos del GBC indican que la industria crece rápidamente y hoy en día en 42 de los 50 estados en EE.UU. se ofrecen opciones de entierros ecológicos, entre proveedores y cementerios, lo que Kalanick cree que es sobresaliente.

«Cuando el GRC comenzó sus labores, en 2005, había sólo un proveedor de funerales ecológicos, hoy existen más de 300 en todo EE.UU.», le dice a BBC Mundo.

«La mayoría de ellos están en el noreste del país».

¿Qué es un entierro ecológico?

Un entierro ecológico no involucra cemento e incluye solamente materiales biodegradables. Los cuerpos no son embalsamados ni se les han agregan productos tóxicos.

«La idea principal es evitar poner productos tóxicos en la tierra, desde el cuerpo hasta el recipiente que carga el cuerpo. Incluso se usan monumentos no tradicionales y se puede hacer una adecuación ecológica sobre el terreno», señala Kalanick.

«Se preserva y prepara el cuerpo de una manera no tóxica, usando refrigeración en hielo seco, con recipientes biodegradables y si usted decide ir más allá, se usa un cementerio 100% ecológico».

Kalanick explica que entre los cementerios hay niveles, desde los mixtos que incluyen también tumbas tradicionales hasta los exclusivos para conservación, donde sólo se entierran personas sin cofres que dañen la tierra.

«La gente puede agregar otras cosas que además de no dañar al medio ambiente son buenas para él, como nutrientes, minerales, semillas, etc», dice la experta.
Cenizas convertidas en diamantes o árboles.

Aunque para Lee y Kalanick la cremación no es una alternativa realmente ecológica, sí lo es mucho más que los entierros tradicionales.

Y es la que escogen muchos estadounidenses para preservar los restos de sus seres queridos, algunas veces con el objetivo de guardar las cenizas en una urna en casa o incluso derramarlas en el mar o en un bosque.

Pero todo eso parece demasiado simple frente a la posibilidad de que los restos del ser querido se transformen en una costosa piedra preciosa.

Sin embargo, es otra de las alternativas en el mercado.

Consiste en un proceso de calentamiento industrial de las cenizas que a una temperatura de 2.700ºC que oxida todos los elementos a excepción del carbono. Tras una catalización de varios días, el resultado es un diamante que puede costar entre US$3.000 y US$25.000 dependiendo del tamaño, el color y la calidad deseada.

Pero si el diamante es demasiado para su economía, una opción puede ser la oferta de la nueva compañía BioUrn, que recaudó este año más de US$80.000 en el sitio de financiación Kickstarter y cuyo lema es «Hay vida después de la vida».

BioUrn ofrece una urna para las cenizas del difunto que al entrar en contacto con la tierra, sea directamente sobre el piso o en una maceta, deja crecer un árbol de su preferencia.

El crecimiento de la planta se puede monitorear permanentemente a través de una aplicación móvil.

Aunque Lee es más radical frente a la cremación por la cantidad de energía que requiere cremar un cuerpo, Kalanick matiza un poco su posición.

«La cremación es menos contaminante que un entierro convencional, pero no tan amigable como los entierros verdes», asegura.

«Lo que me gusta de propuestas como la de convertir las cenizas en un diamante, o la de por ejemplo ser cremado para terminar dentro de un árbol que la familia puede abrazar, es que se está creando una nueva cultura en torno a la muerte y yo aplaudo esa conversación y la innovación», concluye.

Fuente: BBCMundo

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