Pareciera que la terna de los elementos que pudieran definir la viabilidad o no de la sostenibilidad se sintetizan en si la misma puede generar desarrollo económico, desarrollo social o, bien, la preservación del medio ambiente, lo cual, en efecto, invita a pensar en este enfoque práctico de uno de los tantos objetivos que la sostenibilidad debe tener presente.
Hace más de una década, se cuestionaba abiertamente si la ética era o no rentable. Posiblemente en aquel entonces la respuesta no podía contar con la claridad que ahora se tiene. Ejemplos como Enron, WorldCom, Tyco, Merck, pueden responder con mucha precisión este cuestionamiento.
No por nada, hablar sobre gobierno corporativo así como de otros tópicos relacionados con lo referente a rendición de cuentas, transparencia y ética de los negocios, son temas que están siendo mencionados cada vez más en la literatura administrativa. La respuesta ahora ya comprobada es que «sí», la ética sí resulta ser sumamente rentable, de hecho, sin ética, ¿cómo podría velarse por los intereses de los accionistas? ¿Cómo podría operar claramente un negocio, organización o empresa?
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