¿Cómo nace el comercio justo?

Los antecedentes son proyectos creados y promovidos por la Iglesia Católica de los años 50 en Europa, pero con el nombre de comercio justo al movimiento se le empieza a identificar en la década de los 80.

La idea fundamental que anima este esfuerzo es que los pequeños productores de los países pobres coloquen sus productos a un precio mayor del que impera en el mercado por consideraciones de justicia.

Los compradores conscientes de los países desarrollados deciden, de manera voluntaria, solidarizarse con los productores de los países en vías de desarrollo, para posibilitar que obtengan un mayor ingreso por la venta de sus productos.

Otras ideas o criterios que animan al movimiento son reducir al máximo la cadena de intermediación, proteger al medio ambiente y apoyar de manera preferencial a los productores más pobres, para contribuir a que tengan mayores ingresos y vida.

De los compradores, 75 % pertenece a distintos países de Europa. En el 2008 las ventas en el Reino Unido alcanzaron los 880 millones de euros, en Estados Unidos 757 millones de euros y en Francia 255 millones de euros.

Los montos negociados por el movimiento del mercado justo en el 2004 ascendió a los 832 millones de euros y para el 2008 pasó a 2,900 millones de euros. En cinco años un crecimiento de casi 400 por ciento. No es un dato menor.

Actualmente, los productos más comercializados bajo este esquema son: café, azúcar, cacao, frutas y algodón. Al principio tuvieron especial demanda las artesanías, pero en los últimos años ese mercado se ha estancado por el crecimiento que han alcanzado otros productos.

Si Latinoamérica, África, Asia Oriental y Meridional crecieran sólo 1% y sus cuotas de exportación obtuvieran ingresos cinco veces mayor a la ayuda que ahora reciben de la cooperación internacional, se podría sacar de la pobreza a 128 millones de personas en esas regiones

Algunos críticos del movimiento, con buenos argumentos plantean que la producción y venta concentrada en las materias primas por parte de los productores de los países en vías de desarrollo, que luego se trasforman en los países desarrollados, mantienen el modelo agroexportador y de monocultivo.

El movimiento del comercio justo ahora promueve, es una nueva línea de acción, que en los países en vías de desarrollo no se importe lo que ya se produce y también fomenta el intercambio, vía el trueque, entre los países pobres.

En estos tiempos, al interior del movimiento se vive la tensión entre quienes se proponen aumentar las ventas para ayudar al mayor número de productores y los que concentran su esfuerzo en luchar contra las estructuras injustas y realizar las ventas entre los consumidores conscientes y no en las grandes cadenas comerciales, como proponen los primeros.

Fuente: El Economista, Política y Sociedad, p. 38.
Columnista: Rubén Aguilar
Publicada: 20 de abril de 2011.