Este 17 de junio entró en vigor la Ley Silla, una de las reformas laborales más relevantes de los últimos años en México. De acuerdo con información de El Economista, la denominada Ley Silla busca garantizar el derecho al descanso de los trabajadores durante la jornada laboral, reconociendo así una deuda histórica con los trabajadores. La modificación a la Ley Federal del Trabajo significa un paso importante hacia un modelo más humano, centrado en el bienestar de las personas trabajadoras.
Esta ley pone énfasis en que el descanso es una pieza indispensable para prevenir daños a la salud y el agotamiento físico de los trabajadores expuestos a largas jornadas de pie. La aplicación de esta normativa permitirá que los espacios laborales sean más justos, más saludables y más eficientes, aumentando así el compromiso de las empresas hacia el fortalecimiento de una cultura organizacional más respetuosa de los derechos laborales.
Entra en vigor Ley Silla: así se implementará
Este 17 de junio entra en vigor Ley Silla, una modificación a la Ley Federal del Trabajo que establece nuevos parámetros laborales en favor de los trabajadores. A partir de esta fecha, los empleadores estarán obligados a proporcionar asientos con respaldo, ubicados en espacios específicos para que el personal pueda tomar un descanso, sin dejar de atender sus responsabilidades laborales.
Esta modificación va dirigida principalmente a los trabajadores de empresas del sector de servicios, del comercio y análogos. En el sector industrial, en cambio, se permitirá que esta obligación se ajuste según las particularidades de cada puesto y las tareas involucradas, considerando si es posible implementar un asiento sin que interfiera en el procedimiento de fabricación o manipulación de maquinaria.
Además, entra en vigor Ley Silla junto con nuevos plazos específicos: a partir del 17 de junio, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tiene 30 días para dar a conocer la normatividad secundaria que permitirá implementar esta obligación. Posteriormente, las empresas contarán con 180 días, hasta el 13 de diciembre de 2025, para adecuar sus espacios laborales y cumplir así con lo dispuesto en la ley.
Obligaciones para los empleadores y plazos de adecuaciones
Entra en vigor Ley Silla, aumentando así las responsabilidades de los empleadores hacia sus trabajadores. A partir de esta fecha, están obligados a proporcionar asientos con respaldo en espacios específicos, habilitados para que el personal pueda descansar sin dejar de atender sus responsabilidades laborales.
Este cambio lleva aparejado el compromiso de las empresas de adaptar sus espacios de trabajo y de implementar un Reglamento Interno que incluya las reglas para el uso de las sillas y el tiempo destinado para el descanso. Así, el procedimiento permitirá que el derecho al descanso sea efectivo y contribuya tanto a la salud como al rendimiento de los trabajadores.
Además, el 13 de diciembre de 2025 vencerá el plazo para que todos los espacios laborales sean adecuadamente modificados según lo dispuesto en la Ley Silla. A partir de aquel momento, el incumplir esta obligación podría dar lugar a sanciones laborales, aumentando así el compromiso hacia el pleno disfrute de los nuevos derechos laborales.
La salud de los trabajadores: el paso hacia espacios laborales más humanos
Entra en vigor Ley Silla y, junto con ella, el inicio de un cambio importante en las condiciones laborales de millones de trabajadores. Según los estudios recogidos en la revista Gait and posture, el “límite de exposición seguro” para permanecer de pie sin descanso es de 40 minutos. Pasado ese umbral, aumenta el riesgo de padecer dolencias lumbares, tendinitis, várices, lesiones en las rodillas, fascitis plantar y lumbalgia, entre otras consecuencias para la salud.
Este paso hacia un modelo más humano permitirá prevenir nuevos padecimientos asociados a largas exposiciones sin moverse de lugar. La aplicación de esta ley significa que los trabajadores podrán tomar un respiro, prevenir lesiones crónicas y, así, tener una mayor calidad de vida tanto en el trabajo como en el ámbito personal.
Además, el implementar espacios específicos para el descanso permitirá que el personal pueda llevar a cabo sus funciones sin que el cansancio termine por mermar tanto el rendimiento como el buen estado de salud de ellos mismos. La Ley Silla proporciona así una base más justa y más protectora de los trabajadores frente a los retos específicos de sus entornos laborales.
La Ley Silla: el resultado de un reclamo histórico
Entra en vigor Ley Silla como resultado de un reclamo histórico de trabajadores, grupos sindicales y defensores de los derechos laborales, que habían exigido el derecho al descanso sin que eso representara dejar de atender sus responsabilidades. La Ley Federal del Trabajo contemplaba, antes de esta modificación, que se proporcionaran asientos, pero sin que eso estuviese directamente relacionado con el derecho al descanso.
Este vacío legal daba lugar a interpretaciones muy restrictivas, que exigían que el asiento estuviese simplemente ahí, sin que el trabajador pudiera dejar de estar de pie para tomar un respiro. La aprobación de esta ley corrige esta falta de claridad y proporciona un marco más preciso, más digno y más respetuoso hacia el ser humano en el centro de toda relación laboral.
Este cambio significa un paso importante hacia el fortalecimiento de una cultura organizacional más justa, que valore el aporte de las trabajadoras y trabajadores, reconozca sus necesidades y contribuya así a crear espacios laborales más eficientes, más respetuosos de los grupos vulnerables, aumentando el compromiso social de las empresas en el marco de sus estrategias de RSE.
Hacia una cultura organizacional más justa y sostenible
En definitiva, entra en vigor Ley Silla como un paso importante hacia el fortalecimiento de los espacios laborales en México. La adopción de esta modificación permitirá que millones de trabajadores puedan llevar a cabo sus actividades sin dejar de salvaguardar sus cuerpos, aumentando así tanto el rendimiento como el bienestar de las empresas y de sus grupos de interés.
Esta regulación revela el compromiso de las autoridades laborales, de las empresas y de los grupos sociales hacia el fortalecimiento de una cultura organizacional más justa, más respetuosa de los trabajadores y más sostenible en el tiempo. La Ley Silla deja así una huella importante en el camino hacia el trabajo digno y el pleno disfrute de los derechos laborales en el siglo XXI.