En diciembre pasado, ante la comunidad internacional, el Gobierno de México asumió la meta «aspiracional y voluntaria» de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 50 por ciento en el año 2050 respecto al volumen emitido en el 2000.
Esta meta, fijada en la Conferencia sobre el Clima, en Poznan, Polonia, es muy ambiciosa y será difícil cumplirla en un probable escenario de crecimiento económico y demográfico.
¿Cómo hacerlo? Según el Secretario del Medio Ambiente, Juan Rafael Elvira Quesada, las acciones de reducción de emisiones en el sector energético serán una de las claves. Sin embargo, la política energética actual en México -como en la mayoría de los países- es incongruente con este tipo de metas ambientales.
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