Trump retira a EE. UU. del Acuerdo de París… otra vez
Ayer, Donald Trump, avaló su decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, argumentando que la medida busca «hacer que el país vuelva a ser asequible y energéticamente dominante». En su orden ejecutiva, el expresidente destacó la intención de eliminar regulaciones climáticas implementadas por administraciones previas, agilizar permisos para la industria energética y revisar normativas que, según él, afectan la producción.
Trump señaló la posibilidad de reincorporarse al acuerdo bajo condiciones más favorables o incluso negociar un nuevo pacto, aunque dejó claro que esta no sería su prioridad.
Los efectos ambientales de esta decisión podrían ser significativos. Según cálculos científicos, la retirada de Estados Unidos, uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, podría contribuir con hasta 3,000 millones de toneladas adicionales de dióxido de carbono al año. Esto aumentaría el ritmo del calentamiento global, provocando el derretimiento de capas de hielo, un incremento en el nivel del mar y eventos climáticos extremos con mayor frecuencia y severidad.
Aunque la Casa Blanca señaló que el proceso formal de salida llevaría tres años y medio, lo que mantendría a Estados Unidos técnicamente en el pacto durante ese tiempo, Trump declaró que suspendería de inmediato la implementación de cualquier compromiso relacionado con el Acuerdo de París.
Esta decisión polarizó opiniones en el ámbito nacional e internacional, generando preocupaciones por su impacto ambiental y el liderazgo estadounidense en iniciativas globales contra el cambio climático.
Trump retira a EE. UU. de la OMS por segunda vez
El presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), marcando la segunda vez que toma esta acción durante su mandato. Esta decisión implica detener la financiación futura, reasignar al personal federal y buscar socios alternativos para las funciones que desempeñaba la OMS. Trump justifica la medida señalando una gestión inadecuada de la pandemia de COVID-19 por parte de la OMS y una supuesta falta de independencia de influencias políticas, especialmente de China.
La OMS ha expresado su pesar por la decisión y ha instado a Estados Unidos a reconsiderar su postura, destacando la importancia de la colaboración internacional en la protección de la salud global, incluyendo la de los ciudadanos estadounidenses. La organización subraya que, desde su fundación en 1948, Estados Unidos ha sido un socio clave en iniciativas sanitarias mundiales.
Esta retirada podría tener implicaciones significativas en la respuesta global a emergencias sanitarias, ya que Estados Unidos ha sido uno de los principales contribuyentes financieros de la OMS, aportando entre 160 y 815 millones de dólares anuales. La ausencia de estos fondos podría afectar programas esenciales como la lucha contra el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis, y debilitar la capacidad de respuesta ante futuras pandemias. La decisión aún requiere la aprobación del Congreso y se espera que genere debates sobre el papel de Estados Unidos en la salud pública mundial.
