En el camino hacia una industria deportiva más equitativa, Adidas da un paso significativo al presentar una innovación diseñada especialmente para una comunidad históricamente invisibilizada: las personas con síndrome de Down. Lo hace de la mano de una campaña inspiradora y un producto con propósito que reconoce que la inclusión no es solo una narrativa, sino una acción tangible.
Hace tres años, Adidas y la agencia FCB lanzaron la campaña Runner 321, reservando el dorsal número 321 en maratones para atletas neurodivergentes, incluyendo a personas con síndrome de Down. Hoy, esa visión se materializa en un par de zapatillas deportivas desarrolladas específicamente para adaptarse a las particularidades genéticas de millones de corredores con esta condición, de acuerdo con el portal MM+M.
Tenis para personas con síndrome de Down: una innovación basada en la empatía
El anuncio fue realizado por Chris Nikic, atleta patrocinado por Adidas y el primer triatleta con síndrome de Down en completar un Ironman. A través de su cuenta de Instagram, Chris presentó el prototipo que llegará al mercado en 2026. Más allá del calzado, este anuncio simboliza un cambio de paradigma: escuchar y diseñar con y para quienes históricamente han estado fuera de foco.
Los tenis para personas con síndrome de Down están pensados para responder a anomalías comunes del pie que dificultan su participación en actividades físicas. Esto representa un avance clave para una población que enfrenta barreras físicas dolorosas que afectan su derecho al deporte y al bienestar.
Diseñados en colaboración directa con atletas con síndrome de Down, estos tenis incorporan mejoras específicas obtenidas tras múltiples pruebas de campo. En lugar de adaptar modelos existentes, Adidas eligió empezar desde cero, en co-creación con quienes verdaderamente entienden sus propias necesidades.
De la campaña Runner 321 al calzado especializado
El camino hacia estos tenis comenzó con una potente declaración simbólica: el número 321. Usado en honor a la trisomía 21, esta campaña logró que los seis maratones más importantes del mundo asignaran ese dorsal exclusivamente a atletas con síndrome de Down, haciendo visible su talento y presencia en el deporte de alto rendimiento.
Runner 321 no solo ganó premios internacionales como el Gran Prix de Cannes Lions y el PRWeek Award, sino que también transformó la forma en que el mundo deportivo concibe la inclusión. Lejos de ser una acción aislada, fue el punto de partida para una nueva cultura de diseño centrada en la equidad.
Ahora, con el desarrollo de estos tenis para personas con síndrome de Down, Adidas consolida su liderazgo en innovación social y demuestra que las campañas más valiosas son las que trascienden el mensaje para impactar la vida real de las personas.
Escuchar, co-crear y transformar: el nuevo enfoque de Adidas
Bjorn Gulden, director ejecutivo global de Adidas, lo explicó de forma clara: “Nuestro equipo de producto está trabajando directamente con atletas con discapacidades para entender lo que realmente necesitan”. Esta metodología participativa no solo garantiza un mejor producto, también representa una forma más ética de innovar.
A lo largo de tres años de desarrollo, Adidas ha probado múltiples prototipos junto a los atletas, incorporando sugerencias clave para crear un calzado que no solo sea funcional, sino también cómodo y motivador. Esta práctica sitúa a las personas en el centro del diseño, principio fundamental de la sostenibilidad social.
Los tenis para personas con síndrome de Down no son una edición limitada ni un gesto simbólico; son el resultado de una visión consistente que entiende la diversidad corporal como una fuente legítima de innovación. Adidas demuestra que cuando se escucha con respeto, se pueden crear soluciones que transforman vidas.
¿Qué significa realmente la inclusión en el deporte?
El deporte, además de mejorar la salud física, refuerza el autoestima, la confianza y la integración social. Para Chris Nikic, cada kilómetro recorrido fue un paso hacia una mejor calidad de vida, como lo explicó su padre al recordar los inicios difíciles de su hijo y la evolución que ha tenido desde entonces.
La inclusión no puede depender únicamente de campañas inspiradoras; requiere estructuras, productos y políticas que eliminen barreras reales. En este contexto, iniciativas como la creación de tenis para personas con síndrome de Down evidencian cómo el diseño inclusivo puede convertirse en una herramienta de justicia social.
Adidas apuesta por una inclusión real, más allá del marketing. Con acciones como esta, marca un estándar para toda la industria: diseñar para todos no es una opción, es una responsabilidad. Especialmente cuando el acceso al deporte aún parece inalcanzable para millones de personas en el mundo.
Retos y aprendizajes: Adidas frente a la competencia
Aunque Adidas ha sido aplaudida por campañas como Impossible Is Nothing, durante años ha sido criticada por estar un paso detrás de competidores como Nike y Reebok en innovación accesible. Sin embargo, esta nueva línea de calzado parece cambiar el panorama.
Al crear los tenis para personas con síndrome de Down, Adidas apuesta por un modelo que no solo celebra la diversidad, sino que la pone en el centro de su estrategia de producto. Esto le permite pasar de la comunicación emocional a una práctica concreta que responde a necesidades específicas.
Este movimiento representa una oportunidad para que otras marcas repiensen su rol en la inclusión desde el diseño, no solo desde el discurso. Para las personas expertas en responsabilidad social, este caso es ejemplo de cómo una compañía puede integrar su propósito en la creación de valor compartido.
El valor de caminar al lado de todos
Los tenis para personas con síndrome de Down no son solo una novedad en el catálogo de Adidas, son una declaración de principios: el deporte es para todos, y la industria tiene la obligación de facilitar ese acceso. Escuchar, colaborar y diseñar en comunidad es el verdadero camino hacia la inclusión.
Esta innovación representa un avance significativo para quienes trabajan desde la responsabilidad social en empresas, organizaciones y gobiernos. Nos recuerda que un producto puede ser también una plataforma de transformación social.
Y que cuando el diseño se hace con empatía, los pasos que damos nos acercan a una sociedad más justa, diversa y activa.
