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Columnistas ExpokR con R | Por Edgar LópezAbrir la ventana: el 89% quiere acción, pero pocos lo dicen

Abrir la ventana: el 89% quiere acción, pero pocos lo dicen

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Imagina esto:

Estás en una sala con otras 100 personas.

Hace calor. El ambiente es denso, el aire no circula. Sientes cómo la ropa empieza a pegarse en la espalda y la incomodidad se vuelve inevitable. Cambias ligeramente de postura, miras alrededor. Nadie dice nada.

Te preguntas si solo tú lo notas, si solo tú lo sientes así.

El 89% de los presentes quiere abrir la ventana. Pero nadie lo dice.

Cada uno piensa que es de los pocos que siente el malestar y, por temor a incomodar o equivocarse, permanece en silencio.

El resultado: la ventana no se abre, el calor se mantiene y todos se resignan.

No por falta de voluntad, sino por una falsa percepción. No porque no importe, sino porque nadie quiere ser el primero en hablar.

Así funciona hoy la acción climática

Un reciente estudio global, publicado en Nature Climate Change y destacado por The Guardian, revela que el 89% de las personas en 125 países quiere que sus gobiernos hagan más para combatir el cambio climático.

Pero lo más relevante no es solo esa cifra, sino que la mayoría cree que solo una minoría piensa igual.

La espiral del silencio: cuando todos esperan a alguien más

Este fenómeno es conocido como la espiral del silencio, y afecta no solo a ciudadanos, sino también a gobiernos, empresas y líderes de opinión.

  • La sociedad quiere acción, pero cree que está sola.
  • Los gobiernos dudan, porque subestiman el respaldo social.
  • Las empresas no se atreven a liderar, porque perciben poco interés.

El problema no es la falta de consenso, sino la falta de visibilidad de ese consenso.

Contenido del artículo
Guardian graphicSource: Globally representative evidence on the actual and perceived support for climate action, Peter Andre, Teodora Boneva et al

El poder de la cooperación condicional

Además, las personas no solo responden a sus propias creencias, sino a lo que perciben que los demás hacen.

Somos, como explica la investigadora Teodora Boneva, “cooperadores condicionales”: es más probable que contribuyamos al bien común si creemos que otros también lo están haciendo.

“Si todos los demás en una casa compartida están lavando los platos, tú también lo harás. Si todos los demás simplemente dejan sus cosas, tú tampoco te molestarás.”

Esto aplica también a la acción climática. Los estudios demuestran que cuando las personas conocen la popularidad de las acciones ambientales, tienden a replicarlas: desde ahorrar energía hasta apoyar políticas climáticas.

Incluso corregir percepciones erróneas —como lo que piensan los ciudadanos estadounidenses sobre las opiniones climáticas en China— ha incrementado el respaldo a tratados internacionales.

Romper el silencio tiene un efecto multiplicador

Corregir estas percepciones puede interrumpir la espiral del silencio. Si las personas saben que la mayoría comparte su preocupación, son más propensas a hablar y actuar. Y en ese ciclo, se activan otros.

De lo local a lo global

Hace unos días compartí un análisis sobre México: “Cambio climático: lo que la gente espera, lo que el gobierno no hace, y lo que las empresas pueden lograr”.

En él señalaba que el 77% de los mexicanos quiere más acción climática, mientras que el gobierno reduce sus compromisos. Concluía que hay un espacio disponible que las empresas pueden ocupar, desde su lógica de eficiencia e innovación.

Hoy, esa reflexión toma una nueva dimensión. Esa expectativa no es solo mexicana, es global. Y la oportunidad también lo es.

Para las empresas, la oportunidad sigue ahí.

  1. Romper el silencio tiene valor. Las empresas que lideren con coherencia y transparencia pueden activar esa mayoría silenciosa y consolidarse como actores de cambio, sin necesidad de confrontar, pero sí de marcar diferencia.
  2. Lo que ya se hace, debe comunicarse mejor. Eficiencia, innovación, gestión de riesgos… Muchas empresas ya avanzan en sostenibilidad, aunque no lo proyecten como tal. Hoy, hacerlo visible es tan relevante como hacerlo bien.
  3. El liderazgo no espera validación, se ejerce. La percepción errónea de estar solos ha paralizado a muchos. Pero quien entiende que hay respaldo, puede moverse con la confianza de que el mercado, la sociedad y los stakeholders están listos para responder.

Abrir la ventana: tomar el primer paso, con visión de largo plazo

Romper el silencio y liderar en sostenibilidad no siempre paga de inmediato. Requiere visión, consistencia y entender que el valor reputacional y competitivo se construye con el tiempo.

Es cierto que hay intereses económicos y políticos que frenan el cambio, y que los beneficios de actuar no siempre son visibles en el corto plazo. Sin embargo, las empresas que asumen este reto como una estrategia de largo alcance, pueden transformar la expectativa social en legitimidad, confianza y preferencia.

El liderazgo no es solo atreverse, es sostener la acción cuando otros aún no ven sus frutos.

La palanca más poderosa aún no se ha activado del todo

Cuando el consumo responsable, el consumo sustentable —o como decidamos llamarlo— se conozca, se replique y se normalice, vendrá, desde mi punto de vista, la principal palanca que impulsará el cambio real: la preferencia del consumidor.

Esa preferencia, cuando se consolida, mueve montañas. Y no cualquier montaña: montañas corporativas, que se adaptan, reaccionan, compiten y se transforman.

La oportunidad es inmensa. Y sin embargo, la inacción prevalece. La necesidad ya está en el cuarto.

Todos sentimos esas gotas de sudor ocultas. Pero ya se está notando la humedad. Ya comienza a oler el sudor.

Es inevitable: la ventana se abrirá.


Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.

Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.

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