Las teorías mágicas del capitalismo de mercado han fracasado. El mundo necesita una nueva clase de política que fomente el diálogo y la solidaridad, y rechace la guerra a toda costa. Así lo afirmó el Papa Francisco el domingo pasado, refiriendo que esto ha quedado especialmente demostrado durante la pandemia de coronavirus que ha afectado a diversos países.
El máximo líder del catolicismo ha condensado sus enseñanzas sociales en una nueva encíclica «Fratelli Tutti» (Hermanos Todos), publicada en el feriado del santo del que tomó el nombre, el pacifista san Francisco de Asís.
Fratello Tutti ha sido publicado cinco años después de la primera encíclica del papa Francisco, Laudato Si, también conocida como la encíclica verde; por lo que no es el primer documento con el que el pontífice ha dejado registro de su responsabilidad social y su compromiso con el planeta y la población más vulnerable.
En su texto más reciente, el papa rechazó incluso la doctrina de la Iglesia católica que justificaba la guerra como medio de legítima defensa, afirmando que se ha aplicado de forma demasiado amplia durante siglos y ya no es viable.
Hoy en día es muy difícil invocar los criterios racionales elaborados en siglos pasados para hablar de la posibilidad de una «guerra justa«
Papa Francisco
En un de los fragmentos más controvertidos de la nueva encíclica, el papa detalló que actualmente es difícil invocar criterios racionales para hablar de una guerra justa, como se hacía en siglos pasados.
¿Pueden los países construir alianzas?
Francisco había empezado a escribir la encíclica, la tercera de su pontificado, antes de que se desatara la pandemia del coronavirus, trastocando desde la economía global a la vida cotidiana. Sin embargo, señaló que la pandemia había confirmado su creencia de que las instituciones económicas y políticas actuales deben reformarse para responder a las necesidades legítimas de la gente más afectada por la pandemia.
«Al margen de las distintas formas en las que los diversos países respondieron a la crisis, su incapacidad para trabajar juntos se hizo bastante evidente», dijo Francisco.
Por otra parte, el papa condenó la política populista que intenta demonizar y aislar, y pidió una «cultura del encuentro» que fomente el diálogo, la solidaridad y un esfuerzo sincero en buscar el bien común.
En ese sentido, Francisco reiteró sus críticas al «perverso» sistema económico global, afirmando que mantiene al pobre en los márgenes al tiempo que enriquece a unos pocos. Asimismo, rechazó nuevamente la teoría económica del «efecto goteo», como hizo en 2013 en ‘Evangelii Gaudium’ (El gozo del Evangelio), indicando que no tiene el efecto que dice tener.
«El neoliberalismo sencillamente se reproduce recurriendo a teorías mágicas de ‘derrame’ o ‘goteo’, sin usar ese nombre, como la única solución a los problemas de la sociedad […] Se presta poca atención al hecho de que el supuesto ‘derrame’ no resuelve la desigualdad que da pie a nuevas formas de violencia que amenazan el tejido de la sociedad’, escribió el papa.
