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Noticias¡Un millón 200 mil gracias!

¡Un millón 200 mil gracias!

Para ti, que eres una persona voluntaria

“Quien tiene la voluntad tiene la fuerza”

Menandro de Atenas

Por Emilio Guerra Díaz

Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Voluntario. Expok felicita a todas aquellas personas que lo son. En México, a pesar de ya dar los primeros pasos para saber a cuánto asciende el numero de activistas que prestan servicio a favor de los demás en el país, la cifra puede ser aproximada (pero inexacta), pues a pesar de que el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en la I Cuenta Satelital de organizaciones sin fines de lucro de 2008, señala que hay alrededor de un millón doscientos mil voluntarios en esta nuestra nación.

De acuerdo al INEGI, la aportación del servicio voluntario en el país equivale a 28 mil 260 millones de pesos; lo que representa el 0.24% del PIB nacional. De la población voluntaria el 62% son hombres y el 38% son mujeres. Seguro este último dato hará brincar a muchas, pero lo que sucede es que en varios casos algunos varones forman parte de varios consejos y patronatos a la vez.

Por qué la aseveración de “cifra inexacta del INEGI”, porque para fines prácticos al registro de dicho instituto pueden escaparse la recolección de datos sobre personas que hacen servicio voluntario ¡Y no lo saben o no lo declaran…! ¿Cómo?…, ¿¡Cómo que no lo saben!? Apreciar y estudiar la participación voluntaria de personas se vuelve complejo en un país como el nuestro donde hay gran generosidad pero también en esa misma medida, gran disparidad de actividades y sectores donde el servicio voluntario ocurre.

Otros fuentes sobre datos de interés nos lo ofrecen tanto la obra “México Solidario, Participación Ciudadana y Voluntaria (Rivas; Jacqueline, México 2008) como la Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil en México (ITAM, 2008) que en su ejercicio de investigación y cualificación sobre cuáles son las características de involucramiento del mexicano en materia de filantropía revelan se prefiere donar de persona a persona, ocurre en la calle y no se hacen donaciones con regularidad a organizaciones formalmente constituidas. Persiste en la nación la preferencia de participar en forma individual y la desconfianza ciudadana hacia las organizaciones civiles.

¿A qué se deben esos rasgos de nuestra filantropía y trabajo voluntario? Mucho depende de la capacidad de las organizaciones para formar y administrar programas de voluntariado que establezcan estrategias para el adecuado involucramiento en este sector.

Ante la falta de destreza de un sinnúmero de organizaciones para convocar, reclutar y mantener voluntarios, el círculo vicioso se retroalimenta y para salir del hoyo en muchas ocasiones no se advierte que las organizaciones son responsables de hacer atractivas las actividades donde potenciales voluntarios se incorporen. En otros casos no se considera como un sujeto activo a la comunidad que requiere de servicio voluntario. Para muchas organizaciones siguen siendo los beneficiarios en lugar de apreciarlos como participantes para transformar su propia condición adversa.

La actividad voluntaria, la más deseable, debiese fluir a través de grupos voluntarios formalmente constituidos para convertirse en acción social voluntaria, pero como señalamos arriba, el voluntariado en México se da manera informal, ocasional, discontinua y a veces orientada por distintas motivaciones e intereses que escapan del imaginario colectivo.

Así por ejemplo se pueden observar ciudadanos colaborando como voluntarios informales en una asociación de condóminos. Otros ayudan para que sus calles estén limpias, sean seguras, se disponga adecuadamente de la basura, se cuente con los servicios públicos, etc. Es rasgo fundamental que un voluntario no cobran ningún salario por su colaboración pero están interesados y motivados por la seguridad y bienestar de sus familias.

Otro caso son los voluntarios (también no formales) que participan en la prestación de servicios religiosos. Todos los sábados o domingos se presentan en su templo, ayudan para la celebración de la eucaristía, en la administración del templo o en servicios de educación y salud que ofrece la parroquia. Otros más dan catequesis. Algunos más brindan orientación familiar e incluso apoyo psicológico.

Qué decir de los padres y madres de familia que de forma voluntaria se involucran con las autoridades de la escuela primaria a la que acuden sus hijos para apoyar la generación de ingresos para el mantenimiento del recinto educativo. Ayudan en organizar kermeses, festivales, bazares, visitas a sitios de interés cultural, se abocan a llevar conferencistas y vinculan a maestros, orientadores y consultores a apoyar y a formar escuela para papás y mamás.

Qué decir de los empleados de una empresa u oficina y dependencias públicas que ha sido designado como brigadista en casos de desastres y su compromiso le motiva a capacitarse y saber cómo reaccionar en situaciones de emergencia.

Los jóvenes son otra fuente inagotable de servicio voluntario. los ves participando en brigadas de educación, salud, atención a desastres (como Las Hormigas del ITESM). Otros acuden a asilos y albergues para organizar una vez a la semana actividades recreativas para adultos mayores o niños huérfanos. También se han involucrado en servicio comunitario y por ejemplo, a través de Un Techo para mi país o Hábitat para la Humanidad, construyen casas para población marginal que no tiene una vivienda digna. Los jóvenes participan en deportes, arte, cultura y fotografía. Animan, estimulan, se involucran.

A pesar de que sus padres puedan decirles “ya déjate de hacer güey y ponte a trabajar en serio, ¿Qué es eso de dar servicio voluntario”?, ponte a buscar un verdadero trabajo donde te paguen”, miles de jóvenes han encontrado su vocación y han descubierto su misión personal en la vida y enfilan su barco hacia esos mares, con los años papá y mamá reconocerán que esa actividad les ayudó a hacerlos ciudadanos de provecho y profesionistas dedicados con vocación social, viviendo los valores que a veces se quieren inculcar de manera teórica y no vivencial.

También se pueden observar voluntarios que hacen labor individual y pueden ser cuentacuentos, visitadores frecuentes de abuelitos, organizadores de actividades recreativas y educativas para niños. Observas voluntarios que son activistas que trabajan por el bienestar de los animales; otros más, se acercan a dar alimento al migrante, reparten cobijas, hacen colectas, etc.

Por ello, desde Expok, damos mucho más de un millón doscientas mil gracias a todos los voluntarios que dan servicio en nuestro país y recordemos que ellos como dice Menandro de Atenas, al tener la voluntad tienen la fuerza de transformar a nuestra comunidad, a nuestro país, en un mejor lugar para vivir pero nos toca participar. ¡Felicidades a nuestros voluntarios!


Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

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