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ColumnistasResponsabilidad diaria, confianza permanente

Responsabilidad diaria, confianza permanente

Responsabilidad

Por Javier Visoso

Uno de los factores clave que aporta la Responsabilidad Social, es la confianza. Cuando este elemento está presente en la vida cotidiana, los avances sociales se dan de manera natural y de una forma acelerada.

Tanto el término confianza como el de responsabilidad son frecuentemente obviados y entendidos de una manera muy superficial. Quedó marcada en mi memoria una anécdota en la cual un alto ejecutivo de una empresa trasnacional, un día, por la mañana, dio una conferencia a sus colaboradores sobre liderazgo y responsabilidad, para llegar a su casa por la tarde a fumar marihuana y pedir a su grupo más cercano que sacaran ventaja de los contratos con proveedores para así incrementar las utilidades de la empresa.

Así como la conducta incongruente de este directivo, México está teniendo un concepto equivocado de la palabra confianza. Para verlo más claramente podemos tomar como ejemplo lo que sucede con el debate de las reformas en los principales temas que ha enviado el ejecutivo federal al Congreso y de las cuales al menos dos ya han sido aprobadas.

Empecemos por la reforma educativa, donde los “maestros” manifestantes piden que la población los apoye y confíe en que sus demandas son legítimas y que los bloqueos que están haciendo los incomodan mucho pero que son necesarios. ¿Cómo puede la población darles este voto de confianza cuando su trabajo ha tenido resultados mediocres a nivel nacional? ¿Cómo tener confianza en ellos cuando tienen tanto miedo a presentar una evaluación a conocimientos básicos y cuando la han presentado, han salido reprobados? La confianza debe construirse a través de acciones responsables y resultados tangibles y comprobables. Qué diferente sería el apoyo hacia ellos si sus alumnos tuvieran niveles educativos que estuvieran compitiendo en el mundo y si sus acciones evidenciaran que les importan sus alumnos y el éxito que éstos tengan en sus vidas.

Referente a la reforma energética, podemos remontarnos a los discursos políticos alrededor del petróleo, para analizar solamente falsas promesas y un discurso engañoso en torno a un patrimonio de todos los mexicanos, que ha llevado a PEMEX a ser una empresa pública con enorme déficit y poco sustentable.

Y la reciente discusión, la reforma hacendaria. Si bien es cierto que los impuestos en ningún lugar del mundo son vistos con beneplácito por los ciudadanos, en México son especialmente rechazados por la falta de confianza hacia el gobierno. Los excesos gubernamentales, la cara y burocrática estructura que lo conforma y los recurrentes actos de corrupción y desfalcos a las arcas públicas, acompañados de una fuerte impunidad, no generan las condiciones para que los ciudadanos estemos dispuestos a pagar más al gobierno, aunque estemos conscientes de que es necesario que el éste deje de depender del petróleo para hacer una gestión efectiva.

Actuar responsablemente es una obligación de todos, pues construye una imagen de confianza que repercute en la credibilidad de nuestras propuestas y acciones. Por el contrario, construir discursos con doble intención y actuar con intereses ocultos, fomenta desconfianza y falta de legitimidad. Actualmente los debates para aprobar las reformas están encaminados a favorecer intereses particulares, buscando sacar ventaja de la propuesta o intentar derribarlas para mantener un estado de comodidad tras la ventaja ya obtenida. Actuar responsablemente es analizar la propuesta gubernamental y buscar su mejora para favorecer el bien común. El debate es lo correcto en una democracia, pero el enfoque que se da al debate es lo que permite construir a través de éste, o frenar el crecimiento y destruir cuando los fundamentos del debate nacen desvirtuados.

Si la primera propuesta gubernamental hubiera sido redefinir el gasto público, para darle un mejor enfoque, es muy probable que la reforma hacendaria hubiera tenido mejor aceptación. Las condiciones en las que vive el ciudadano promedio y la evidente ineficiencia de los servicios públicos crea un sentimiento de desconfianza y abuso en la población, y probablemente lo sea, pues seguimos teniendo grandes deficiencias en los servicios de salud, seguridad pública deteriorada, burocracia excesiva, mantenimiento y desarrollo de infraestructura retrasado, insuficiente y en algunos casos nulo y niveles de transparencia en el manejo gubernamental de muy baja credibilidad y de acceso restringido, además de una total ausencia de autoridad en todo el territorio.

La invitación es a trabajar y actuar responsablemente para crear una sociedad confiable. Es redituable e indispensable, pues los beneficios van desde la captación de inversiones, hasta la sana convivencia y la paz social. Busquemos una nueva dinámica de convivencia para alcanzar mejores oportunidades para todos.


Francisco Chávez Visoso

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México. En la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) cursó la maestría en Administración y Mercadotecnia. Desde 2008 ha trabajado en actividades de Responsabilidad Social en empresas trasnacionales de origen mexicano. Actualmente labora en Grupo Bimbo desde donde busca aportar un grano de trigo a la mejora y fortalecimiento de la Responsabilidad Social y la Sustentabilidad.

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