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ColumnistasNadie es profeta en su tierra

Nadie es profeta en su tierra

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La indiferencia, la falta de reconocimiento y la condena han sido las constantes a lo largo de la historia, ante las investigaciones y descubrimientos de la ciencia. Galileo, Copérnico, Colón, Einstein, Fleming y muchos científicos, sufrieron en su tiempo descalificaciones, pero al final quedó la verdad.

En nuestro país, la ciencia además de no ser reconocida, cada año tiene menos presupuesto asignado, la fuga de cerebros aumenta y muchas de las patentes son otorgadas en otros países por la indiferencia y el burocratismo nacionales.

Entre muchos, el más sonado posiblemente sea el de Guillermo González Camarena y la televisión a color. Actualmente, otro científico mexicano, el Doctor Arturo Solís Herrera, médico cirujano oftalmólogo por el IPN y por la UNAM, neuro oftalmólogo por el INNN (Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía) Maestro en Ciencias Médicas por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y Doctor en farmacología por la Universidad de Guadalajara, tiene estudios para generar electricidad a partir del agua y la melanina.

Los protocolos de evaluación, se encuentran desde hace cuatro años en las oficinas de patentes de Estados Unidos, la Unión Europea, China e India. En México solicitó la patente hace cinco años al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y la comisión encargada todavía no le responde.

Sin embargo, la primera patente de su descubrimiento le fue otorgada por la Federación Rusa con el número 6017379 el 2 de abril de 2010, después de cuatro años de análisis y pruebas exhaustivas en laboratorio, tras demostrar que la melanina y sus derivados no sólo sirven para dar color a la piel y el cabello. Este otorgamiento de patente avala con un documento legal la veracidad de la investigación y testimonia que el descubrimiento fue hecho en México

Durante la búsqueda de posibles terapias para las principales causas de ceguera: glaucoma, retinopatía diabética y degeneración macular provocada por la edad, de manera accidental surgió su descubrimiento, que apunta a la existencia de la fotosíntesis humana.

De una molécula que existe en la piel, el cabello y el recubrimiento de la retina humana, pero que se puede producir artificialmente: la melanina o polihidroxiindol, separando sus componentes se puede extraer la energía del proceso. La innovación busca generar energía limpia a través del hidrógeno, en una lámpara que se puede mantener encendida por cien años, cambiando únicamente los focos cuando terminan su ciclo de vida, como lo confirman las lámparas que tiene encendidas en su laboratorio hace cuatro años.

Parece fantasía, pero el hallazgo permitió fabricar algo parecido a una pila infinita, que el investigador denominó Bat-Gen, porque funciona al mismo tiempo como una batería recargable y como un generador continuo de energía.

Sus componentes principales, agua y melanina (polihidroxiindol) existen en abundancia en la naturaleza y la segunda se puede producir artificialmente. La reacción libera energía al separar el oxígeno y el hidrógeno, pero lo más revolucionario es que se realiza la función a la inversa: une el hidrógeno y el oxígeno para que, otra vez como agua, libere una nueva carga de energía.

El ciclo se repite de manera incalculable armando y desarmando la molécula de agua y liberando energía, sin que haya merma, debido a que la melanina ayuda a absorber nuevos fotones, presentes en el ambiente en las radiaciones electromagnéticas que nos rodean en todo el planeta y que provienen del sol y del espacio.

No solo las plantas, sino los seres humanos y en general el reino animal, son capaces de hacer fotosíntesis, de forma semejante a lo que hace el reino animal. El ser humano en lugar de clorofila produce otra sustancia a la que se está llamando “clorofila humana”

Hasta hoy se aceptaba la clorofila como la única sustancia en la naturaleza capaz de proporcionar hidrógeno a la célula vegetal. La clorofila es al reino vegetal lo que la melanina es al reino animal. El ser humano, puntualiza el científico, procesa fotosíntesis, pero esta capacidad se reduce con la depresión, el alcohol, los pesticidas, los fertilizantes, la tristeza y la edad.

Las opiniones en contra no han faltado, pero ante la comunidad científica internacional es considerado como un acontecimiento extraordinario. Los beneficios reportados con el uso industrial de esta “clorofila humana”, son aplicaciones terapéuticas con resultados sorprendentes y generación de energía eléctrica: ecológica, económica y autorrenovable.

Ya forma parte de la corriente de estudios que busca generar energía limpia a través del hidrógeno, como el átomo más sencillo del universo, formado por un protón y un electrón. Lo que sigue es producir energía eléctrica para su uso en alumbrado público y generar un mecanismo para automotores, evitando el uso de los recursos naturales no renovables en el modo de combustibles fósiles, dañinos al ser humano y al medio ambiente.

La forma: todos los días aparecen avances en ciencia y tecnología, pero con este, la Humanidad modificará su curso entrando de lleno a la era del hidrógeno. El fondo: una vez más el conocimiento, a la luz de la investigación, enriquece el desarrollo de la Humanidad. Y no lo olvidemos: TODOS SOMOS NATURALEZA.

Nota: Todo un éxito ha resultado la convocatoria para que unidos, celebremos la Hora del Planeta, el próximo sábado 26 de Marzo a las 20:30 hrs.

Fuente: Acacia Fundación Ambiental A. C.

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