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Mueren millones de abejas en Quintana Roo

«Si la abeja desapareciera de la superficie de la Tierra, al hombre solo le quedarían cuatro años de vida», esta frase de Albert Einstein engloba en pocas palabras la importancia que tienen estos insectos en el planeta y la humanidad. Por ello, es crucial entenderlas, en particular saber qué sucede con las abejas en Quintana Roo.

México produjo más de 60 mil toneladas de miel en 2019, de las cuales Quintana Roo colaboró con aproximadamente 4 mil, alcanzando así el lugar número 10 de los estados que concentran la producción de miel en el país.

Estos números dan una idea de la importancia de las abejas en Quinta Roo, sin embargo, es necesario conocer sus condiciones actuales y, en particular entender por qué están muriendo.

Mueren abejas en Quintana Roo

De acuerdo al portal cmss, en 2018 murieron millones de abejas en Quintana Roo debido al uso de Fipronil—insecticida mortal para las abejas — que fue empleado por un empresario yucateco para la fumigación en su terreno dedicado al cultivo de chile.

Uno de los principales riesgos que tienen las abejas son los insecticidas y pesticidas. Además de la deforestación, urbanización, el cambio climático, pérdida y reducción de hábitats, propagación de enfermedades, especies invasoras, cambios de uso agrícola y más.

Particularmente, el Fipronil actúa sobre las células nerviosas de las abejas y puede causar:

  • Cambios de conducta.
  • Agitación.
  • Espasmos.
  • Temblores.
  • Parálisis.

Tan solo en la primera fumigación en el Ejido Candelaria se perdieron 357 colmenas en 18 apiarios. Se calcula que cada colmena tiene entre 50 a 80 mil ejemplares de esta especie, por lo que murieron entre 17 a más de 28 millones de abejas en Quintana Roo.

En términos monetarios, esta pérdida representa más de dos millones de pesos en abejas, cera y miel, así como la afectación al patrimonio de las y los apicultores. A pesar de esta catástrofe, le siguió una segunda fumigación que dañó otras 500 colmenas más, aunque hay cifras que reportan 700.

¿Daño ambiental o patrimonial?

Tras este evento, las y los apicultores iniciaron un camino para exigir justicia, no obstante, la agencia del ministerio público se negó a intervenir bajo el argumento de que no les correspondía resolver delitos ambientales.

Por su parte, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), también se negó a realizar una investigación, con la justificación de que se trataba de un delito patrimonial, no ambiental.

Más allá de la negligencia de las autoridades, se presenta una disyuntiva: ¿Este evento es un delito ambiental o daño patrimonial? De acuerdo con la Secretaria de Desarrollo Rural, la apicultura es un tipo de ganadería, por lo que efectivamente sería un daño patrimonial, sin embargo, las abejas son polinizadores y realizan diversos beneficios ambientales por lo que su muerte también es un delito ambiental.

Desafortunadamente, para ese momento, la situación se arregló a puertas cerradas, (literalmente):

En un hotel a puerta cerrada y respaldado por autoridades de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca de Quintana Roo (Sedarpe) y de la Fiscalía del estado, Pablo Erosa Manrique hizo firmar a los apicultores mayas, un acuerdo de conciliación en español, que lo comprometía a pagar una cantidad menor a los daños causados, cubriendo solo la pérdida de 250 colmenas.

Este hecho denota varios elementos, por un lado la falta de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de Pablo Erosa, dueño del chilar, quien solo hizo un pago mínimo a las y los apicultores. Por otro la falta de reparación ambiental y la vulnerabilidad tanto de las y los apicultores como de las abejas en Quintana Roo.

En su momento y a lo largo de los años, es decir, desde 2018 a la fecha, las y los apicultores demandaron prohibir el uso de algunos agroquímicos y regular otros. Al parecer en 2021, estas peticiones fueron escuchadas.

Ley Federal Apícola

En 2021 la Cámara de Diputados aprobó con 455 votos a favor y una abstención, el dictámen que expide la Ley Federal Apícola, cuyo objetivo es resaltar la apicultura y a las abejas a través:

  • Impulsar.
  • Conservar.
  • Proteger.
  • Organizar.
  • Fomentar.
  • Promover.
  • Difundir la apicultura y a los polinizadores.

Esta Ley establece que las abejas son una especie prioritaria de protección, debido a que ayudan a conservar la biodiversidad. Además, la normativa fomenta a las y los apicultores que resguarden esta especie y promueve el respeto, cuidado, protección y conservación de las abejas.

La Ley llegó tres años tarde, luego de una catástrofe en donde murieron millones de abejas en Quintana Roo. Evento en el cual también se vieron afectados las y los apicultores así como el medio ambiente, ya que las abejas son esenciales para realizar la polinización, proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas.

Cuidar la biodiversidad debería ser interés de todos, ya que sin excepción habitamos un mismo planeta, sobre todo cuando los impactos ambientales son ocasionados por los humanos, tal como el caso de estas fumigaciones. Este es un caso del que se puede aprender sobre las malas prácticas y la importancia de alinearse a la RSE.

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