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Entendiendo la Responsabilidad SocialLa crisis climática y el futuro de los alimentos

La crisis climática y el futuro de los alimentos

La crisis climática está en marcha, y una necesidad actual es la es la de producir más alimentos. Sin embargo, con la escasez de agua y comida que hay en ciertas partes del mundo, esto puede parecer un desafío insuperable, pero no todo está perdido.

Los modelos climáticos muestran que la producción mundial de cultivos disminuirá cada década durante el resto de este siglo debido a la sequía, el calor y las inundaciones. Los suministros de agua están en peligro.

Mientras tanto, se espera que la población mundial crezca otro 30% a mediados de siglo. Entonces, ¿cómo alimentaremos a 9 mil millones de personas de manera sostenible en las próximas décadas?

¿Quién es Amanda Little y qué tiene que ver con la crisis climática y el futuro de los alimentos?

Amanda Little, profesora de la Universidad de Vanderbilt y periodista galardonada, pasó tres años viajando por una docena de países y los Estados Unidos, buscando respuestas a la pregunta sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos.

Quién es Amanda Little y qué tiene que ver con la crisis climática y el futuro de los alimentos

Su viaje la llevó desde un huerto de manzanas en Wisconsin hasta una granja orgánica de control remoto en Shanghai, desde granjas de peces noruegas hasta regiones de Etiopía afectadas por el hambre.

Es la escritora del libro The Fate Food, publicado en 2019.

Libro sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos

Reinventar el sistema alimentario mundial está en marcha, y el desafío es doble: debemos resolver los problemas existentes de la agricultura industrial al tiempo que nos preparamos para las presiones que tenemos por delante.

A través de sus entrevistas y aventuras con granjeros, científicos, activistas e ingenieros, Little cuenta en su libro The Fate Food la fascinante historia de la innovación humana, y explora enfoques nuevos y antiguos para la producción de alimentos, mientras traza el crecimiento de un movimiento que podría redefinir la alimentación sostenible a gran escala.

Ella se encontró con pequeños agricultores de permacultura y ejecutivos botánicos que estudian superalimentos antiguos, y agricultores kenianos, dedicados a cultivar el primer maíz transgénico del país.

Viajó a lugares que pueden parecer irrelevantes para el futuro de los alimentos, pero que juegan un papel fundamental: una planta de aguas residuales de California, un laboratorio de investigación del ejército de los Estados Unidos, etc.

Little hace preguntas difíciles en el libro sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos:

  • ¿Pueden los OGM ser realmente buenos para el medio ambiente y para nosotros?
  • ¿Estamos ante el final de la carne animal?
  • ¿Qué se necesitará para eliminar los químicos nocivos de la agricultura?
  • ¿Cómo puede un suministro de alimentos limpio y resistente al clima ser accesible para todos?

En las próximas décadas, la demanda de alimentos aumentará a medida que la población mundial supere los 9 mil millones de personas, y las dietas cambien para incluir más productos lácteos y carne.

Al mismo tiempo, los sistemas agrícolas probablemente enfrentarán más incertidumbre debido al cambio climático y la degradación de los recursos naturales de los que dependen, como el agua dulce y los suelos saludables.

Las Naciones Unidas estiman que la producción de alimentos tendrá que aumentar hasta un 70% a mediados de siglo para garantizar la seguridad alimentaria mundial.

En The Fate of Food, Little explora cómo podemos satisfacer esta creciente demanda y, si no podemos, «¿qué tan mal estamos exactamente?»

Según Little, el calor, las sequías, las inundaciones, los incendios forestales, las estaciones cambiantes y otros factores, alterarán radicalmente nuestro panorama alimentario: lo que comemos, dónde está hecho, cómo lo pagamos y las opciones que tenemos.

Para poder sobrevivir hay que reinventar todo el sistema alimentario mundial y adaptarnos al clima cambiante.

¿Cómo podría afectar esto a la persona promedio? ¿Podemos confiar en la tecnología y el ingenio humano para rescatarnos? ¿Y cómo podrían ser nuestras dietas en cinco, diez o veinte años?

El cambio climático se está convirtiendo en algo que podemos probar y sentir, afirmó Little.

Entrevista con Amanda Little sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos

Echa ojo a partes de la entrevista que Vox hizo con Amanda Little sobre la crisis climática, el futuro de los alimentos y su libro.

El mundo está aumentando su temperatura, es cada vez más concurrido y seco. ¿Está el sistema global de producción de alimentos preparado para estos cambios?

Según Little, la respuesta es sí y no.

La gran paradoja de nuestro futuro alimentario es esta disminución en las tierras cultivables, por un lado, y el aumento de la población por el otro.

Durante milenios, han existido predicciones de que los humanos superarán sus propios recursos comestibles, y se han encontrado formas de adaptarnos y sobrevivir. Las apuestas son más altas ahora que nunca, pero también existen posibles soluciones.

¿Cuál es el umbral del calentamiento global más allá del cual se derrumbarán nuestras prácticas agrícolas actuales? ¿Y qué tan cerca estamos de ese umbral?

Según Little la crisis climática relacionada con los alimentos ya es evidente en casi todas partes.

En los últimos meses y años, los fenómenos meteorológicos extremos han dañado o destruido olivares en Italia, viñedos en Francia, huertos de cítricos y duraznos en Florida y Georgia, huertos de manzanas y cerezos en Wisconsin y Michigan, granjas de aguacate en México, y granjas de café y cacao. Aunado a los daños severos en las operaciones lecheras y ganaderas en todo el mundo.

Pero mucho de esto no es obvio para las personas que no se han visto directamente afectadas por los problemas, porque la persona promedio puede entrar a una tienda de comestibles y elegir entre 30 marcas diferentes de cereales o pan.

Little dijo que por ahora estamos experimentando estas interrupciones solo como fluctuaciones sutiles en la calidad y el precio de los alimentos. El daño masivo a las granjas de maíz y soja en el Medio Oeste, esta primavera, simplemente resultará en costos ligeramente más altos de maíz y soja.

Esos efectos a corto plazo son sutiles, pero a mediados de siglo las consecuencias de la crisis climática ya serán más visibles. Millones de personas van a enfrentar el hambre.

Los alimentos más vulnerables al clima incluyen aquellos que son más volubles y que necesitan condiciones muy específicas para crecer bien, como café, uvas, aceitunas, cacao, fruta del bosque, cítricos, así como los que requieren más agua, como almendras, aguacates, alfalfa y el pasto que alimenta al ganado.

Soluciones para la crisis climática y el futuro de los alimentos

Un robot que deshierba desarrollado por la startup Blue River Technology puede distinguir entre una maleza bebé y una cosecha bebé, y es capaz de aniquilar esa hierba con una precisión increíble, reduciendo radicalmente el uso de herbicidas en los campos.

En vez de arrojar miles de millones de galones de herbicidas como el glifosato en los campos (como se hace en la agricultura convencional), este bot entrega pequeños chorros de herbicida parecidos a francotiradores, tomando decisiones en fracciones de milisegundos cuando se arrastra por un campo detrás de un tractor. La máquina sigue cometiendo errores pero se vuelve más inteligente al aprender qué plantas matar y cuáles proteger.

La robótica puede ayudar a aportar diversidad a la producción de alimentos a gran escala, tomando prestado de las lecciones de la agroecología.

Parte de lo que inspiró a Little a escribir el libro sobre la crisis climática y el futuro de los alimentos fue la comprensión de que los alimentos sostenibles están politizados, son elitistas y están plagados de percepciones erróneas.

Por un lado, hay gente como Bill Gates que dice que la comida está lista para la reinvención, y por otro, hay defensores de la alimentación sostenible que proponen: «Volvamos a la agricultura preindustrial».

Existe una profunda desconfianza hacia la tecnología aplicada a los alimentos, porque la agricultura industrial es muy defectuosa.

Se necesita una «tercera vía» que tome prestada la sabiduría de la producción tradicional de alimentos y de las tecnologías más avanzadas. Tal enfoque permitiría cultivar más alimentos y de mayor calidad mientras restauramos, en lugar de degradar, la salud pública y el medio ambiente.

¿Cómo será la dieta dentro de cinco o 10 o 30 años?

Little espera que nuestras dietas se parezcan a las de hoy.

“Vivimos en una era de diversidad y accesibilidad alimentaria. Idealmente, continuaremos teniendo este tipo de abundancia y diversidad en la elección de alimentos. Pero la procedencia de esos alimentos, dónde y cómo se cultivan, puede cambiar radicalmente.”

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