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Historias de vida nacidas de la responsabilidad social

Hay ocasiones en las que tenemos que poner una pausa a nuestros planes u objetivos debido a que en ese momento las circunstancias pueden no ser las más favorables, sin embargo nunca es tarde para retomarlos y cumplir nuestros sueños, basta con tomar la decisión y encontrar los medios necesarios para hacerlo; para aquellos que tienen voluntad no existen las excusas y los impedimentos son solo retos a vencer… estas dos mujeres nos dan una lección de vida…

A ellas nada las detiene

Historia de Lucía Martínez

Lucía Martínez es una mujer que desde hace tres años trabaja en el área de limpieza en la actual construcción del complejo arquitectónico Miyana. Fue hace dos años que decidió continuar con su preparación académica y terminar la secundaria que tiempo atrás dejó inconclusa.

Todos los días va a trabajar y al finalizar su jornada laboral asiste a las aulas dentro de la misma construcción en las que puede tomar sus clases. Tras haber logrado terminar la secundaria y obtener su certificado, Lucía decidió continuar sus estudios de preparatoria, mismos que actualmente se encuentra cursando.

La señora Lucía es la mayor de su familia, y asegura que todos se encuentran muy sorprendidos y orgullosos de que haya decidido retomar sus estudios, pues uno de sus principales alicientes es poder llevar el certificado a su madre, quien siempre quiso que sus hijos terminaran su formación académica.

Confiesa que el camino no ha sido fácil y que lo más complicado de este reto ha sido la falta de tiempo, así como la dedicación y concentración que se requiere, sin embargo ninguno de estos obstáculos ha sido limitante para sacar adelante su sueño.

Lucía dice que se siente afortunada de tener la oportunidad de continuar con sus estudios dentro de su trabajo, siente que está en un lugar en el que la aceptan e impulsan su crecimiento personal por medio de nuevas habilidades.

Historia de Emilia Martínez

Por otro lado, Emilia Martínez empezó a trabajar hace año y medio en la misma construcción en el departamento de limpieza, actualmente trabaja en el área de almacén y desde hace 5 meses está estudiando la secundaria.

Emilia hace tres horas de ida a su trabajo y tres de regreso a casa, sin embargo ni eso, ni el álgebra, que es la materia de mayor dificultad para ella, la han detenido para que busque concluir con sus estudios. Tras una etapa de depresión, Emilia asegura que con la capacitación se siente otra, y ya tiene las fuerzas para salir adelante.

Hay decenas de historias de éxito como las de Lucía y Emilia en Miyana, mujeres que decidieron retomar sus estudios y crecer de forma personal y profesional. Esto gracias al apoyo que ofrece Fundación Gigante al programa de aulas de la organización Construyendo y Creciendo.

¿Qué es Construyendo y Creciendo?

El programa en Miyana inició en 2014 y pretende invitar y motivar a los trabajadores de la construcción a continuar y terminar sus estudios por medio de capacitación en aulas que se encuentran instaladas dentro de la misma edificación.

Cualquier trabajador de la construcción que así lo deseé puede participar en el programa que está alineado a la INEA. Se ofrecen asesorías de lunes a viernes con duración de dos horas y media, que van desde alfabetización, primaria, secundaria y preparatoria, hasta talleres de computación y educación financiera.

Maya Márquez Quiroga, la coordinadora operativa de las aulas comentó en entrevista “Es un proyecto muy rico en muchos aspectos; hay muchos testimonios de gente que antes no sabía leer o escribir. Ahora, por ejemplo, ya saben qué camión tomar y no se guían por los colores del letrero, sino porque ya lo saben leer.”

En América Latina, las cifras más alarmantes de deserción escolar se presentan en la educación media, tanto en secundaria como en bachillerato, y muchas de las personas que trabajan en industrias como la de la construcción, por alguna u otra situación tuvieron que abandonar los estudios.

Por ello es tan trascendente que empresas y organizaciones, como en este caso Gigante Grupo Inmobiliario a través de Fundación Gigante, trabajen en conjunto para ofrecer oportunidades a sus colaboradores de desarrollarse en lo profesional y académico, elevando al mismo tiempo el nivel de la construcción.

Tan solo en lo que va de la construcción de Miyana se han beneficiado a 357 trabajadores, sin embargo, este programa no solo se lleva a cabo en Miyana, sino en las demás construcciones de la inmobiliaria.

En tota, el programa ha beneficiado con éxito a tres mil personas, que tuvieron la oportunidad de empezar o terminar sus estudios en su trabajo y de sentir el apoyo de su empresa.

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