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Noticias“El Talón de Aquiles de la RSE-7”

“El Talón de Aquiles de la RSE-7”

El acceso a la parte alta de la colonia pobre que estaba en colindancia con la planta que pidió nuestros servicios para investigar qué estaba pasando con aquella colonia que se quejaba cada vez con mayor agresividad, era cada vez más inclinado y rocoso. Los vehículos de modelos viejos difícilmente llegaban hasta mediados del camino y ahí los dejaban estacionados.

El calor era sofocante, el sudor escurría por todo el cuerpo y, claro, había que poner la mejor cara con aquella gente que amablemente accedía a responder a las preguntas que les hacíamos con el cuestionario, diseñado de tal manera, que respondía a sus intereses pero sin identificar a nuestro cliente.

Al tocar los problemas de la comunidad de esas características, era lógico que surgieran los de la seguridad, analfabetismo, drogadicción, desempleo y por ende pandillerismo, falta de agua, drenaje, estructura vial, equipamiento –entre otros-, de tal manera que había suficiente materia para iniciar y profundizar en el diálogo. Al llegar al tema de la contaminación, se empezó a dar una fuerte incidencia en la presencia de polvos que, al estar caminando por sus calles sinuosas, llegaba por todos lados y era bastante frecuente la mayor parte del día y… todos los días.

Por su parte, la planta ya me había dado con anterioridad la información de sus ‘acciones sociales’ en dicha comunidad, asegurándome que de alguna manera estaban respondiendo a lo que ellos consideraban era necesario para mejorar el entorno y la calidad de vida de sus vecinos. El reporte era impresionante por el número de acciones ejercidas y la cantidad de beneficiarios que bajo no sé que metodología estaban presentando.

Era notoria la cantidad de ‘programas’ de corto plazo y centradas principalmente en celebraciones tradicionales, tales como el “Día de la Madre”, “Día del Niño”, “Día del Anciano”, “Día del Maestro”, aunado a otras de corte similar como “Apoyo a la Educación” (regalando cuadernos y lápices a los niños de primaria), “Apoyo al Deporte” (regalando uniformes deportivos a niños de alguna escuela) y “Apoyo a la Limpieza” (regalando botes de basura con el logo de la compañía)… sólo por mencionar algunos.

Al preguntarle a la gente si existía alguna empresa cercana –ya que íbamos de fuera- nos indicaban la presencia obvia de nuestro cliente, por lo que podíamos centrar las baterías para saber qué pensaban de ella, qué relación tenían con ella y el tipo de problemática que veían por su cercanía. Lo interesante que surgió de la investigación era la mala reputación que se había ganado por años de contaminar el medio ambiente con sus polvos, y aunque había reducido significativamente las emisiones con nuevos equipos y tecnologías de captación, todavía se veía y sentía la presencia de los mismos, aunado al fenómeno natural no modificable de los vientos dominantes que por las tardes se los llevaba en dirección exacta de la colonia bajo escrutinio.

Ciertamente algunos entrevistados al azar mencionaron dichos programas, pero siempre como algo que les llegaba sin pedir. “Los de esa empresa –se quejaba una señora- nos trajeron unos cuadernos y lápices para los niños el año pasado. Qué bueno, pero este año ya no nos los trajeron. Se los vamos a ir a pedir”. Un maestro de escuela nos confirmó que la empresa había mandado regalos para ellos el día del maestro, “muy pobrecitos por cierto y pues, no se los pedimos, seguramente quieren quedar bien con nosotros”.

Doña Panchita, la dueña de la tienda de la esquina, dijo: “pos una señorita muy amable me trajo un ramo de flores por el día de la madre, pero no hemos sabido más de ellos”… No obstante, al hablar de la contaminación se quejó amargamente del polvo que les “echaba la planta y más que nada de sus camiones que pasaban todos los días llevando material y levantando una gran polvareda que se metía a su tienda y que tenía que estar limpiando cada rato”, pero no sólo la tiendita –enfatizaba- “viera usté cómo tenemos la casa y la ropa recién lavada”.

El Talón de Aquiles en este caso particular nos enseñó lo siguiente:

1. Tratar de resolver un problema grave y ancestral con paliativos o parches de corte social “de corto plazo” y desligados del contexto,

2. El no dialogar con la comunidad por temor a ser seriamente cuestionados y exacerbar los ánimos al explicar que la solución encontrada reducía significativamente la generación de polvos pero que al mismo tiempo era prácticamente imposible bajarlos a “cero emisiones”,

3. El no entender que una mala reputación ganada con años de afectación, no se cambia de la noche a la mañana, ni se compra con acciones sociales intrascendentes que pueden proyectar una buena imagen temporal de buen vecino, pero que se pierde de inmediato por falta de continuidad, profundidad y duración,

4. El pasar por desapercibido el incremento sustancial del problema central de polvos, pensando y argumentando que los camiones que mueven el material “son de otra empresa y que por tanto el problema es de ellos, no nuestro”, cerrándose a la realidad de que para la comunidad son lo mismo.

5. El no haber considerado previamente las necesidades reales, sentidas por la comunidad, para tratar de responder a una o varias de las más importantes, para mostrar una verdadera buena voluntad, en lugar de llegar con “acciones sociales” pre-establecidas no solicitadas.

6. El ignorar que mientras no se resuelva a fondo el problema que impacta negativamente a los vecinos, cualquier otra acción siempre será tomada como “cosmético” e irrelevante por los supuestos beneficiarios, y

7. Cualquier regalo que se dé a la comunidad –sea una fiestesita, un presente por insignificante que sea, una cena- siempre será bienvenida, pero nunca cambiará lo que la gente siente y defiende posteriormente como parte de su entorno en el que se desarrolla su vida diaria.



Dr. Luis Béjar

Gerente de Desarrollo Regional y Comunitario de CASOLAR en Manzanillo, Col., con investigación social (1977-1981). Subdirector de Proyectos Especiales y Subdirector de Operación y Evaluación Social del Instituto de Acción Urbana e Integración Social -AURIS- del Estado de México (1982-1988). Investigador de VITROTEC y Gerente de Tecnología Ambiental Corporativo, de la DITAC de VITRO, estableciendo el Sistema de Evaluación de Programas de Control Ambiental (1988-1990). Miembro del Comité Espejo Mexicano que está participando en el desarrollo de la Norma ISO 26000 sobre Responsabilidad Social (2006-09), y miembro del equipo de trabajo que está revisando la Norma Mexicana voluntaria (NMX) sobre Responsabilidad Social (2007-09).

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