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Columnistas ExpokR con R | Por Edgar LópezEl ESG cambia de manos: ¿Por qué las empresas privadas deben liderarlo?

El ESG cambia de manos: ¿Por qué las empresas privadas deben liderarlo?

Por Edgar López

Por años, el ESG ha sido promovido principalmente por empresas públicas, impulsadas por regulaciones, inversionistas y presiones de mercado. Sin embargo, este liderazgo ha demostrado ser frágil. Hoy, los CEOs han moderado su compromiso con la sostenibilidad. ESG pasó de ser un «boom» a un terreno incierto, donde las prioridades de corto plazo han tomado el control. Mientras tanto, las empresas privadas tienen una oportunidad única para asumir el liderazgo real y redefinir la sostenibilidad como una estrategia competitiva de largo plazo.

ESG en empresas públicas

El informe The Visionary CEO’s Guide to Sustainability 2024 de Bain & Company confirma que las prioridades de corto plazo han desplazado a la sostenibilidad en la agenda de los CEOs de empresas públicas:

  • Inflación, crecimiento, incertidumbre geopolítica e inteligencia artificial son ahora las principales preocupaciones directivas a nivel global.
  • El 30% de las empresas están rezagadas en sus objetivos de reducción de emisiones de Alcance 1 y 2; casi el 50% en metas de Alcance 3.
  • Muchas empresas han ajustado o incluso revertido sus compromisos climáticos tras darse cuenta de que no pueden cumplirlos en el corto plazo.
  • El ruido regulatorio y los retos financieros han llevado a las empresas públicas a enfocarse en «compliance», más que en una diferenciación estratégica mediante ESG.

Este fenómeno es clave. Para muchas empresas listadas en bolsa, la sostenibilidad ha sido vista como una «necesidad de mercado», pero su capacidad de maniobra está limitada por la presión de inversionistas y reguladores. No pueden darse el lujo de pensar a largo plazo sin evidencia inmediata de retorno.

Un ejemplo de esto me parece que es el caso de Danone quienes en 2015, bajo la dirección de Emmanuel Faber , reforzaron su enfoque en sostenibilidad instalando lo que denominan Proyecto Dual, una idea pionera en equilibrar progreso económico y social. Adoptando un «doble propósito» y comprometiéndose con la certificación B Corp de B Lab. En 2021, Faber fue destituido por presión de los accionistas, quienes argumentaron que su estrategia afectaba los resultados financieros inmediatos.

Este caso refleja un dilema recurrente: las empresas públicas deben equilibrar su compromiso con la sostenibilidad sin perder de vista la rentabilidad de corto plazo.

ESG en empresas privadas

A diferencia de las empresas públicas, las empresas privadas no están sujetas a la misma presión regulatoria ni a la volatilidad de los inversionistas. Sin embargo, muchas han intentado emular el camino de las públicas en ESG sin cuestionarlo. En lugar de aprovechar su flexibilidad y capacidad de innovar, han seguido la narrativa de «compliance» y «reporting», sin extraerle verdadero valor competitivo.

Sin embargo, los datos muestran que las empresas privadas tienen una ventaja para liderar este campo:

  • 31% de los CEOs de empresas privadas consideran que el mayor impacto de su estrategia ESG en los próximos tres años será en la construcción de relaciones con clientes y la percepción de marca (KPMG 2024 CEO Outlook)
  • 71% han mantenido la misma estrategia ESG, pero han adaptado su comunicación para alinearse con las expectativas cambiantes de sus stakeholders KPMG 2024 CEO Outlook
  • 74% de los CEOs de empresas privadas estarían dispuestos a deshacerse de una parte rentable del negocio si esta dañara la reputación de su empresa (KPMG 2024 CEO Outlook).
  • 65% de los CEOs en México consideran que sus inversiones en sostenibilidad han tenido poco o ningún impacto en los ingresos en los últimos cinco años, lo que sugiere que muchas empresas aún no han integrado ESG de manera estratégica (PwC 2025 Global CEO Survey).
  • Uno de cada tres CEOs globales reportó que sus inversiones en ESG han generado un aumento en ingresos, lo que indica que la sostenibilidad puede ser una ventaja competitiva si se ejecuta correctamente (PwC 2025 Global CEO Survey).

Se necesita líderes reales

La conversación sobre ESG ha estado dominada por actores financieros como BlackRock , empresas públicas y bolsas de valores, quienes, aunque prometían «agendas por el planeta», realmente atienden asuntos de gestión de riesgos y regulatorios. En lugar de incentivar la innovación, han hecho que ESG parezca una carga y no una ventaja.

Es hora de repensar el camino. Las empresas privadas deben ganar terreno en un espacio que las públicas están dejando libre. De hecho, ya estamos viendo un cambio de discurso.

Un ejemplo es el CFA Institute, que recientemente anunció que eliminará el término ‘ESG’ de su certificación en inversiones ESG, renombrándola como Sustainable Investing Certificate. Según el instituto, esto responde a la evolución del concepto y su uso ambiguo en distintos mercados. Sin embargo, también refleja cómo ESG ha sido politizado, especialmente en EE.UU., donde ha sido objeto de ataques por parte de legisladores y grupos conservadores. Estos movimientos no significan que la sostenibilidad haya perdido relevancia, sino que los grandes actores buscan nuevas narrativas alineadas con sus intereses de corto plazo.

El reto: entender mejor, implementar mejor y comunicar mejor

ESG no es un «checklist» regulatorio, es una estrategia de negocios. Para que funcione, es necesario:

  • Entender mejor el rol de ESG en la competitividad empresarial, no solo en el cumplimiento normativo.
  • Reconocer que el mercado está cambiando y que hay una gran oportunidad para las privadas en este terreno.
  • Alinear la estrategia ESG con la propuesta de valor del negocio y no con el ruido del mercado.
  • Comunicar con inteligencia, destacando que ESG no es un costo, sino un activo de percepción y diferenciación.

Las empresas que logran diferenciarse en ESG no solo informan, sino que generan confianza, muestran transparencia en sus avances y retos, y comunican con claridad cómo la sostenibilidad impulsa su competitividad. En un entorno donde el escepticismo sobre ESG crece, las compañías deben asegurarse de que su comunicación no sea percibida como un ejercicio superficial de relaciones públicas, sino como un reflejo genuino de su compromiso con el negocio responsable.

Y si… Ahí está la opción para quien quiera aprovecharla…

Las empresas públicas han abierto el camino, pero ahora enfrentan barreras que las limitan. En cambio, las privadas tienen la oportunidad de posicionarse como líderes en sostenibilidad, innovación y competitividad.

Para lograrlo, deben dejar de actuar como públicas y comenzar a construir estrategias que generen valor real. Y para que ESG realmente se convierta en un diferenciador, no basta con hacerlo bien: hay que comunicarlo mejor.

ESG no es una moda ni una etiqueta, sino una ventaja competitiva para quienes sepan ejecutarlo con visión, coherencia y resultados. En este nuevo escenario, las privadas pueden ser protagonistas. La oportunidad está sobre la mesa.


Edgar López Pimentel, es actualmente Director en Expok, ejerciendo su liderazgo día a día con pasión por la responsabilidad social y el desarrollo sustentable. Su labor ha contribuido significativamente al posicionamiento de empresas líderes en materia de responsabilidad social.

Su formación académica, enriquecida por programas de Alta Dirección de Empresas en el IPADE e IE Business School, así como una maestría en Responsabilidad Social Empresarial en la Universidad Anáhuac Norte, respaldan su liderazgo.

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